Durante un par de semanas los rumores sobre los retiros de las visas a algunos magistrados por parte de la Embajada de los Estados Unidos empezaron a rondar cada vez con más fuerza. Aunque en un principio el tema trató de manejarse a nivel diplomático y sin que se armara un escándalo en la opinión pública, la semana pasada se hicieron oficiales las versiones que hasta entonces habían rondado por los corredores políticos y el país se enteró de que tres magistrados, dos de la Corte Constitucional y uno de la Suprema, habían sido despojados de sus visas americanas. Le puede interesar: Portada de SEMANA: ¿Chantaje diplomático? La noticia generó conmoción en el país pues para muchos se trata de una presión indebida por parte de la diplomacia de Trump para enviar el mensaje a las cortes de que fallaran en función de los intereses americanos. Los temas que estaban sobre la mesa eran dos que se han convertido en puntos de honor para el gobierno de Trump: las objeciones a la JEP y la fumigación con glifosato. Al no existir ningún proceso ni sospecha personal sobre los magistrados en cuestión, se entendió que el retiro de la visas no podía ser por otra razón sino presionar las decisiones que estarán en manos de los togados en los próximos días. Tras el escándalo ya conocido en la opinión, muchos analistas y comentaristas del acontecer político empezaban a reclamar un pronunciamiento contundente por parte del Gobierno nacional pues se trataba, no de un asunto personal con los magistrados sino de la defensa misma de la dignidad nacional. Entre tanto, el Consejo de Estado en Pleno, la Corte Constitucional, la JEP y la Corte Suprema de Justicia, rechazaron la posibilidad de que la amenaza de las visas estuviera siendo usada para generar ingerencia. Puede leer: “Respetamos la soberanía de Colombia”: Estados Unidos sobre cancelación de visas a magistrados Fueron varios los días en los que el Gobierno colombiano guardó silencio sobre esta situación. Sin embargo, el fin de semana llegó el primer pronunciamiento de un miembro del alto gobierno. La primera voz que se refirió al tema fue la de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien dijo que respetaba las decisiones de los Estados Unidos. Sin embargo, esa fue una expresión informal. Esa frase de la vicepresidenta causó malestar en una buena parte de la rama judicial que esperaba un tratamiento más solidario en medio de esta situación. Tanto la Corte Suprema como el Consejo de Estado y la JEP, han emitido comunicados de rechazo al reciente accionar de la diplomacia americana en Colombia. Solo faltaba entonces un pronunciamiento oficial del presidente de la república.
En las últimas horas, acaba de hacerse público un texto en el que el presidente Duque explica su postura en este que se ha convertido en un lio diplomático de marca mayor. ¨ El Gobierno Nacional, en cabeza del Presidente Iván Duque, es defensor de la independencia de poderes como principio fundamental de nuestra democracia y nuestro ordenamiento constitucional. De igual manera valora y practica el principio de cooperación armónica entre los poderes públicos. Así mismo respeta la soberanía de los Estados en materia migratoria y su competencia para otorgar y retirar visas”, anota el gobierno en su comunicado. Así mismo, el primer mandatario dejó saber que "Colombia y los Estados Unidos han mantenido por años una importante cooperación y colaboración que se ha fortalecido a través del tiempo respetándose recíprocamente la soberanía de cada Estado y sus instituciones. Estos principios se han mantenido y se deben mantener para estrechar la relación bilateral".
El presidente se enfrentaba a un dilema complejo en el momento de hacer el comunicado. Por un lado, debería respaldar a los magistrados y demostrar fortaleza frente a la opinión ante eventuales presiones de otros Estados ante decisiones internas. Por otro, debía acudir a la diplomacia. Los Estados Unidos se han convertido en el principal aliado de su administración. Sortear la situación no ha sido ni será fácil para el Gobierno pues, como si fuese poco, esta semana podría darse el pronunciamiento de la JEP en el caso Santrich, lo que traería más tensiones y posibles retiros de visas a miembros de esa corporación. Manejar a la vez la situación con Estados Unidos y la opinión pública nacional será una verdadera obra de malabarismo que deberá seguir sorteando el mandatario los próximos días.