Durante el domingo 15 de octubre, el Gobierno de Israel, a través de un comunicado, anunció que iba a “detener las exportaciones de seguridad a Colombia”. La decisión se debe a las declaraciones del presidente Gustavo Petro desde que se desató el conflicto entre el grupo extremista Hamás e Israel.
Ante la decisión del país de Oriente Medio, el mandatario colombiano, a través de su cuenta de X, manifestó que si había que suspender relaciones con los israelíes, se hará. También recalcó que no apoyará “genocidios”.
El mandatario también indicó que esperan del pueblo de Israel la ayuda para conseguir la paz en Colombia y Palestina. “Colombia, como nos enseñaron Bolívar y Nariño, es un pueblo independiente, soberano y justo”, aseveró.
“Algún día el Ejército y el Gobierno de Israel nos pedirán perdón por lo que hicieron sus hombres en nuestra tierra desatando el genocidio. Me abrazaré con ellos y ellas y lloraré por el homicidio de Auschwitz y de Gaza, y por el Auschwitz colombiano. Hitler será derrotado en bien de la humanidad, su democracia, la paz y la libertad del mundo”, puntualizó el presidente Petro.
La situación se agudizó cuando el canciller Álvaro Leyva criticó en horas de la mañana de este lunes al embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan.
“La historia de la diplomacia universal consignará como hito la patanería insensata del embajador de Israel en Colombia para con @petrogustavo presidente de la República. Vergüenza. Mínimo pedir excusas e irse. La inteligencia se enfrenta con inteligencia. Hay Estados en juego”, indicó Leyva.
Ante lo dicho, el ministro de Relaciones Exteriores tiempo después tuvo que salir a aclarar que no estaba expulsando al diplomático, pero reiteró el respeto frente al presidente Gustavo Petro.
“Entiéndase. No he dicho que el embajador de Israel esté expulsado. Solo se aspira y se indica que la cordura de las palabras y respeto al presidente Petro son obligatorias en las relaciones diplomáticas. Así debe ser”, señaló Leyva.
Asimismo, reiteró que Colombia sigue manteniendo toda la intención de seguir con las relaciones que tiene con Israel, pero volvió a exigir respeto por el derecho internacional.
Debido a la situación que se vive entre los dos gobiernos, muchos sectores se han pronunciado; ese es el caso del Centro Democrático, que a través de un comunicado indicó que el manejo de las relaciones no ha sido el adecuado y no representa a Colombia.
“El manejo de las relaciones exteriores del Gobierno de Colombia ha sido equivocado y está sometido a los intereses de sectores radicales que no representan a la Nación”, indicó la colectividad.
Además, agregó: “Que no quepa duda: con Hamás y el terrorismo NO puede haber ambivalencias ni matices. Es lo que corresponde a un país como el nuestro, martirizado durante tantos años por fenómenos muy similares”.
El Centro Democrático recalcó que se encuentra en oposición al actual Gobierno y jamás olvidará “la amistad que nos une con Israel, no solamente por décadas de cooperación económica, cultural, militar y política, sino por ser herederos de la civilización judeocristiana cuyos principios y valores son pilares de nuestra sociedad”.
El partido político indicó que el grupo extremista Hamás es una amenaza para todo el mundo y desencadena el odio frente a los seres humanos.
“Hamás es un grupo terrorista que desencadena la más ruin de las acciones de odio frente a otros seres humanos: el aniquilamiento de niños y la obsesión por desaparecer al pueblo judío. Además, es una amenaza para el mundo entero”, aseveró la colectividad.
El Centro Democrático manifestó que los dos pueblos merecen la paz, debido a que a cada uno tiene su derecho al Estado “sin interferencia de grupos terroristas como Hamás o Hezbolá que cooptan la libertad de los palestinos a decidir su futuro”.
Por tal motivo, rechazaron la postura del presidente Petro contra Israel y le exigieron “responsabilidad y sensatez en la conducción de las relaciones internacionales del país”.
Finalmente, el Centro Democrático pidió un grado de coherencia con la historia de Colombia y la batalla contra el terrorismo.
“Colombia ha tenido una política exterior estable, ponderada e institucional, de la cual el primer mandatario está obligado a ser intérprete y guardián. Esto incluye un mínimo grado de coherencia con nuestra propia historia de batalla contra el flagelo del terrorismo, que hoy sigue derramando sangre con masacres y atentados en todo el territorio”, puntualizó.