El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, puso punto final a la posibilidad de que el gobierno tenga en el foco una eventual constituyente para lograr la aprobación de sus reformas si, al final de la legislatura, no las aprueba el Congreso.
“Nos metemos en una asamblea nacional constituyente y se nos acaba el gobierno”, reconoció Velasco.
Lo dijo porque él, quien transitó en el Congreso durante más de 24 años, tiene claro que el escenario no es fácil y que esa ruta es engorrosa, demorada y se traduce en un desgaste político.
De entrada, tendría que votarse a un referendo que lleve a una constituyente. Y tendría que pasar por el Congreso y ser aprobada por mayorías calificadas, pero el presidente, en sus primeros ocho meses de gobierno, no parece tener el control del grueso de los congresistas con los que inició su mandato en agosto de 2022. De hecho, su reforma a la salud pende de un hilo. También sus reformas laboral y pensional.
Adicional, un referendo contaría con la logística de unas elecciones regionales en el país, es decir, costaría más de 40.000 millones de pesos y el gobierno ha insistido en la austeridad en el gasto.
Velasco hizo la aclaración ante el ruido que generó el discurso del Presidente Gustavo Petro, desde el balcón de la Casa de Nariño, este 1 de Mayo, cuando el país celebró el Día Internacional de Trabajo.
Sus palabras, cargadas de una gran dosis de rabia y radicalismo, donde el Jefe de Estado le pidió a la ciudadanía respaldar desde las calles sus reformas en el Congreso, llevaron a más de un sector político a creer que el Jefe de Estado tenía en mente, eventualmente, un Plan B y C en caso de que sus iniciativas naufraguen políticamente.
Velasco cree que, por la vía legislativa, no todo está perdido para las reformas de Petro.
“Más que venir a pensar en ese tipo de locuras - de una constituyente-, lo que queremos es consolidar unas reformas que estoy seguro de que el Congreso terminará aprobando”, dijo.
Precisamente, él, dos semanas atrás de ser designado como ministro del Interior, empezó en la búsqueda de los votos que requieren las iniciativas de Gustavo Petro para que surtan su trámite.
Se reunió hace con un sector disidente del Partido Liberal y los sentó, posteriormente, en el comedor de la Casa de Nariño a dialogar con Gustavo Petro. 18 de 33 representantes a la Cámara del Partido Liberal se quejaron de las amenazas de su director César Gaviria contra quienes votaran en favor del proyecto de Carolina Corcho.
Aunque Petro pateó al Partido Liberal, La U y el Conservador, Luis Fernando Velasco ha recogido los escombros y, casi en silencio, ha buscado tender puentes, recomponer las relaciones políticas y revivir la coalición mayoritaria de gobierno.
Al fin y al cabo, pese a que la directora de La U, Dilian Francisca Toro, y el director del conservatismo, Efraín Cepeda, tienen claro que Petro le cerró la puerta a la coalición y la voló en 1.000 pedazos, ellos, al menos hoy, no son enemigos de la administración.