SEMANA: ¿Estaba dentro de sus cálculos ser el ministro del Interior?
LUIS FERNANDO VELASCO: Déjeme darle un contexto. Era estudiante universitario, y con monseñor Alberto Giraldo éramos los copresidentes de Caucanos por la Paz y ayudamos a acercar al M-19 con el Gobierno para hacer el acuerdo de paz. En 1992 llegué a la Alcaldía de Popayán por elección popular, tenía 26 años, y llegué con una coalición entre el M-19 y el Partido Liberal. En el Congreso estuve 24 años, la mayor parte haciendo oposición. Solo acompañé la reelección de Juan Manuel Santos por los temas de paz, y en ese espacio me encontré muchísimas veces con las posiciones que asumimos con Gustavo Petro. Este contexto es importante porque hace cinco años me aparté de la recomendación del director del Partido Liberal, César Gaviria, para acompañar a Iván Duque y luego para convertirnos en partido de gobierno; hace poco más de un año acompañé con decisión el proyecto de Gustavo Petro en contra de la recomendación de Gaviria para votar por la derecha. Eso significa que he creído y he sido coherente con un proyecto político, eso me llevó a ayudarle Petro a liderar el liberalismo progresista para que lo acompañara. Cuando me pidió ser su consejero para las Regiones, ahí estuve ayudando a la relación del Gobierno con las regiones, gobernadores y alcaldes; ahora me pide que sea su ministro de Gobierno y lo hago con entusiasmo porque creo en un proyecto político.
Conozco a los congresistas de Colombia, conozco el Parlamento y creo que desde el Ministerio del Interior puedo aportar.
SEMANA: Pero entonces lo que le funcionó fue llevarle la contraria a César Gaviria…
L.V.: Yo no le llevo la contraria a César Gaviria; César Gaviria les lleva la contraria a las ideas liberales de Colombia.
SEMANA: Cuando se posesionó Gustavo Petro se pensó que usted sería el ministro del Interior, pero no ocurrió. ¿Qué pasó?
L.V.: Yo estaba listo para ayudar a construir el proyecto. El presidente hizo un gabinete muy interesante y llegó un hombre capaz y con compromiso como Alfonso Prada. Hizo un gran trabajo en la cartera; ahora el presidente Petro me dio esta posibilidad y la asumo con el mayor entusiasmo.
SEMANA: ¿Y está listo para todos los chicharrones que deberá atender en el ministerio?
L.V.: Sí, claro. Cuando en los últimos días uno ha cuidado un volcán, está listo para el Congreso.
SEMANA: El presidente Petro dijo que se acabó la coalición de gobierno. ¿Es así?
L.V.: El presidente expresó algo que es evidente. Cuando inicia el Gobierno, él invita a los partidos a hacer un pacto nacional para sacar las reformas que les preocupan a los colombianos, y una reforma central, evidentemente, es la reforma de salud. Los partidos aceptan y varios de ellos se convierten en partidos de gobierno; dos no aceptaron la invitación y se fueron a la oposición, pero los que son de gobierno se enfrentan a una verdad, que es la votación de la reforma a la salud. Y en el momento en que se necesita sacar adelante la iniciativa central, algunos directores de partidos retiran a su gente, otros amenazan para que no voten la reforma, y no se hunde, pero sí la frenan. Y obviamente, cuando un partido de gobierno entra a hacerle oposición a una propuesta central de ese Gobierno, pues es claro que se rompió la coalición.
Un ejemplo es lo que está pasando en el Partido Liberal. Allí mayoritariamente quieren acompañar al Gobierno y hay una posición respetable, pero no compartida por la mayor parte de las bases de ese partido, y por lo menos en Cámara mayoritariamente no acatada, para decir que el liberalismo sí quiere apoyar la reforma a la salud, entonces, nosotros entendemos que tenemos que hablar claro. Seguiremos hablando con los partidos, pero no renunciaremos a hablar con los parlamentarios, que es lo que estamos haciendo.
SEMANA: ¿Es decir que César Gaviria está obligando a los liberales a que no apoyen la reforma?
L.V.: Pues cuando uno escribe un comunicado amenazándolos para que voten en contra de sus convicciones, pues no sé cómo se le puede llamar a eso, entre otras cosas, porque entiendo que el liberalismo no ha tomado decisiones en bancada. De hecho, los representantes a la Cámara le han pedido al director de su partido que los cite para que se tome una decisión en bancada frente a este tema.
SEMANA: ¿Cuál será su estrategia para recomponer las relaciones con la coalición?
L.V.: Yo creo que el Gobierno tiene unas relaciones políticas interesantes con el Congreso, que tienen altibajos, pero el problema, más que el Congreso, han sido unas decisiones de los directores de partidos. Mantendremos la comunicación con aquellos directores de partidos que quieran hablar con el Gobierno, ni más faltaba, y también hablaremos con todos los congresistas. No vamos a renunciar al derecho y al deber que tiene un Gobierno que defiende sus propuestas de hablar con los congresistas.
Ahora, hablaremos y los escucharemos porque yo sé, por experiencia propia, que la mayoría de proyectos que llegan al Congreso salen mejorados del Legislativo porque para cada tema hay gente juiciosa que estudia a fondo distintos temas y aporta. Incluso, desde la crítica de la oposición se mejoran proyectos, porque la oposición es como una alerta cuando las cosas no están funcionando y si uno escucha con respeto, puede mejorar su propio proyecto.
SEMANA: Para nadie es un secreto que usted ha tenido diferencias con César Gaviria, pero ahora usted es el ministro del Interior. ¿Hablará con él y mejorará la relación?
L.V.: Este país necesita que entendamos que uno puede tener diferencias conceptuales, ideológicas, pero eso no lo convierte a uno en enemigo. Independientemente de lo que piense de mí el expresidente, yo tengo respeto por la figura del expresidente que ayudó a construir la Constitución del 91, pero lo veo un poco desdibujado pidiéndole al liberalismo votar por la derecha desde hace más de un lustro. Pero si él me da la oportunidad, pues claro que estoy dispuesto a sentarme a dialogar con César Gaviria. No solo le tengo respeto, tengo agradecimiento porque cuando me intentaron hacer un montaje judicial, y las personas que usaron están presas por falsos testigos y pagando condenas por los delitos, nunca podré olvidar que César Gaviria fue a la Corte a hablar y a defenderme. De manera que aquí lo que hay es un debate político, no una enemistad personal.
SEMANA: ¿Qué lineamientos le dio el presidente Petro para manejar el ministerio?
L.V.: Defender sus principales programas, hablar con los congresistas y escucharlos. El presidente ha sido muy claro y desde la campaña dijo lo que quería hacer y lo está intentando hacer: un plan de desarrollo, su reforma a la salud, su reforma pensional, su política exterior, y las cosas le han venido saliendo bien y en el Congreso ya sacamos una reforma tributaria que si usted la hubiese propuesto hace pocos años, nadie hubiese creído que podía salir. Y yo tengo la fe de que vamos a poder con la reforma de la salud y todas las reformas centrales del Gobierno. Tampoco nos creemos infalibles, y esa será parte de mi tarea.
SEMANA: Pero resulta que en esas tareas, recaen en sus hombros todas las reformas del cambio que se prometieron…
L.V.: Claro, y a mí me gustan los retos grandes en la vida. Políticamente soy un hombre que asume retos. Cuando las encuestas no señalaban el favoritismo de Gustavo Petro, comencé a ayudar en ese proyecto político y me siento muy orgulloso de haber ayudado, y por eso me siento muy honrado de ser el ministro del Interior.
SEMANA: ¿Entonces todas las reformas van?
L.V.: Sí, claro. Intentaremos sacar adelante las principales reformas de este país. Recordemos el estallido social de hace un par de años, porque se demostró que mucha gente quería algo distinto porque no sentía que el Estado le respondiera a sus expectativas. Es por eso que luchamos con tanta pasión por las reformas del cambio.
SEMANA: Usted seguramente ha escuchado sobre la ‘operación mermelada’ y negociaciones a cambio de votos. ¿En su cartera habrá mermelada o cupos para los congresistas?
L.V.: (Risas) No, ni en mi cartera ni en ninguna cartera del Gobierno. Esto no es de comprar convicciones, esto es de ganar afectos y de ganar ideas.
SEMANA: ¿Este cambio en el gabinete del presidente Petro se puede interpretar como un segundo tiempo para el Gobierno?
L.V.: Es un estartazo. El presidente Petro está realmente comprometido con su programa, y el cambio no es simplemente un eslogan de campaña. Él habló del cambio con convicción, y entonces necesitamos hacerlo realmente y les está pidiendo a sus ministros que ejecuten. Que el tema no solo sea filosófico, sino práctico.
SEMANA: ¿Ya le notificó a su esposa y su familia que prácticamente le tocará irse a vivir al centro de Bogotá?
L.V.: (Risas) Sin necesidad de notificarlo, creo que ya sospechan ese tema porque viene mucho trabajo.