La reforma política aún no ha empezado su discusión en segunda vuelta en el Congreso y ya empezó a desatar toda una controversia. Todo por cuenta de la ponencia para quinto debate radicada en las últimas horas, en la que fueron detectados varios ‘micos’.
Una de las que rechazó dicha ponencia fue la representante de Alianza Verde Katherine Miranda: “No puedo creer que se hayan atrevido a mantener el mico de la reelección inmediata de los actuales congresistas en las listas cerradas”, sostuvo la congresista.
La representante se refiere a un parágrafo transitorio del proyecto que dice textualmente: “Para el periodo de transición al nuevo sistema de democratización interna para la selección de los candidatos que integrarán las listas cerradas y bloqueadas de los partidos y movimientos políticos con personería jurídica, se utilizarán los diferentes mecanismos establecidos en el artículo 107 y en la Ley. Para la organización de esas listas, por una única vez se podrá tener en cuenta el orden de elección, sin condicionamiento de género, del último periodo constitucional para la respectiva corporación”.
A esto se suma otro ‘mico’ que fue descubierto en las últimas horas, con el que se permitiría que los congresistas puedan saltar a ser ministros sin ninguna inhabilidad y, además, si no les gusta el cargo, puede devolverse de nuevo a ocupar su curul.
Estos planteamientos no cayeron bien en algunos sectores. Uno de los más molestos fue el exsenador Gustavo Bolívar, quien sigue siendo uno de los más influyentes en el petrismo.
“El Pacto histórico no puede apoyar la vagabundería de permitir que Congresistas vayan al ejecutivo y vuelvan a su antojo. Sería una vergüenza”, apuntó Bolívar.
Y luego lanzó un duro sablazo al Congreso: “la Reforma Política se concibió para acabar la politiquería y depurar las costumbres políticas, no para empeorarlas”.
Según conoció SEMANA, a pesar de que es un proyecto clave para el Gobierno, la reforma está con pronóstico reservado.
A finales del año pasado, SEMANA habló con varios congresistas de diferentes partidos políticos —incluidos senadores y representantes— y hay dos conclusiones básicas: la primera, que la reforma política no pasará el examen del Congreso en este 2023; y la segunda, que el proyecto de enmienda constitucional desnudó varias enemistades que hay en la coalición de gobierno, especialmente en el Partido Alianza Verde.
Para varios legisladores, la reforma política está condenada al fracaso. Un representante a la Cámara le dijo a esta revista que la prueba más grande de esto son las votaciones tan apretadas que hubo en el debate en diciembre pasado en la Plenaria de la Cámara.
Temas como las listas cerradas y la financiación totalmente estatal de las campañas políticas no terminan de convencer a varios sectores en el Capitolio, los cuales tienen sus procesos de elección adecuados a las listas abiertas y a la posibilidad de recibir dinero de privados.
En las listas abiertas, las cuales utilizan la mayoría de los partidos políticos hoy en día, cada candidato tiene su propio número y la competencia es, incluso, entre los aspirantes de una misma colectividad. En las listas cerradas, en cambio, habría un solo cabeza de lista y se votaría por la organización política, no por cada candidato.
Si se aprueban las listas cerradas en la reforma política, los candidatos tendrían que someterse al lugar que les sea asignado en la plancha y “rezar” para que los votos del partido alcancen para entrar en el Congreso, el Concejo o la Asamblea Departamental por la que esté compitiendo.
Y en cuanto a la financiación de las campañas totalmente estatal, los candidatos no podrían recibir dineros de privados, entre los cuales hay varios contratistas interesados en obras en las regiones de los aspirantes y que, en algunos casos, les ponen plata en sus campañas electorales.
Este último artículo fue modificado en el paso de la reforma política por el Senado y, para varios congresistas, podría ser tumbado del todo en la segunda vuelta, con lo que el proyecto de acto legislativo perdería una de sus principales esencias. Y si las listas cerradas tampoco superan el examen del Congreso el próximo año, el proyecto de acto legislativo estaría condenado al fracaso.