David Estiven Fernández Soler, consejero de juventud de la localidad de Kennedy en Bogotá y miembro de la primera línea, fue reportado como desaparecido el pasado 26 de noviembre de 2022. Su familia aseguró que el joven fue llevado forzosamente al departamento del Caquetá, pero lo cierto es que, según él lo manifestó, emprendió voluntariamente su camino a la insurgencia.
Después de varios días de búsqueda, con apoyo de concejales de Bogotá y organizaciones sociales, surgió un video en el que Fernández Soler anuncia que se fue voluntariamente a las Farc-EP.
En el video, con fecha del 14 de diciembre de este año, el joven manifiesta haber participado activamente “de movimientos sociales de levantamiento popular desde el 28 de abril de 2021, en la ciudad de Bogotá”.
“Participé también en procesos institucionales como consejero de juventud, entre otros, gracias a mi liderazgo y trabajo comunitario. A pesar de estar consagrado en la Constitución de 1991 el derecho a protestar y a organizarme, quiero realizar las siguientes denuncias”, sostuvo Fernández.
Después de la publicación del video, la senadora de la República por el Centro Democrático, María Fernanda Cabal, lanzó una fuerte crítica al joven a través de su cuenta de Twitter.
“El ‘paro nacional’ que fue una toma guerrillera… cada día es más evidente, aunque ahora pretendan victimizar al miliciano, diciendo que se alzó en armas por falta de oportunidades”, dijo la congresista.
De acuerdo con el consejero de juventud, recibió amenazas contra su “integridad física por parte de grupos paramilitares diligenciados desde la brigada número trece en Bogotá y la Policía Nacional. Persecución y perfilamiento por parte de estos mismos”.
Además, aseguró que ha recibido atentados contra su vida y el último de ellos ocurrió durante la manifestación del 20 de julio de 2022. Asimismo, indicó que es víctima de “persecución psicológica y mediática por parte de medios de comunicación”.
Al mismo tiempo, desmintió la versión de su familia y de quienes aseguraban que se encontraba desaparecido forzosamente. “De manera voluntaria y con la convicción revolucionaria que me acompaña, he decidido unirme a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, recogiéndome en su proyecto político militar, en el programa agrario de los guerrilleros y en su plataforma bolivariana”.
Cabe aclarar que las Farc, como organización armada ilegal, desapareció después del proceso de paz. Lo que se han venido formando son disidencias de este grupo, pero el joven no aclara si supuestamente forma parte de alguna de estas estructuras.
Fernández dijo que es la “única salida posible para las transformaciones estructurales que necesitamos como pueblo y como colombianos, y como guía para un mundo nuevo”.
De esa forma, invitó a las víctimas del “terrorismo de Estado” y a la “juventud rebelde” a que hagan parte del “ejército del pueblo, de las milicias clandestinas, populares y bolivarianas. Del partido comunista clandestino de Colombia y del movimiento bolivariano”.
“También entendiendo el gran presupuesto que invierte el Estado colombiano para la guerra contra el pueblo colombiano y con una deuda externa que no asumimos como un pueblo, sino fue la arrodillada oligarquía ante el imperialismo”, expresó.
Incluso, con un rifle en la mano y el dedo cerca del gatillo, el joven invita al pueblo colombiano a construir una “paz con justicia social, estable y duradera”.
El senador Gustavo Bolívar, quien se reúne periódicamente con la primera línea para lograr acuerdos que desescalen la protesta social violenta, rechazó la decisión de Fernández Soler.
“Este joven, consejero de juventud, acaba de tomar una nefasta decisión: irse a la guerrilla. ¡No, jóvenes! Las armas nunca serán el camino. Al parecer están reclutando más jóvenes. No acepten, por favor. La violencia no es la salida. Confíen en la justicia y en el cambio”, manifestó el parlamentario del Pacto Histórico.
El senador asegura que el joven pudo haber sido reclutado por organizaciones asociadas a esta antigua guerrilla, lo cual “podría tratarse de una estrategia para desprestigiar la decisión del Gobierno de nombrar a jóvenes de primera línea como gestores de paz”.