Este 20 de julio, desde San Andrés, el presidente Gustavo Petro hizo un anuncio que acaba de encender las alarmas. Tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, favorable para Colombia, y que negó todas las pretensiones de Nicaragua, Petro anunció que buscará un diálogo directo con el dictador Daniel Ortega.

El presidente Gustavo Petro, en San Andrés, en el desfile militar del 20 de julio. | Foto: SEMANA

“Solicitaremos el diálogo con Nicaragua para negociar las condiciones de pesca del pueblo raizal del Caribe, hablaremos con Ortega, con su gobierno, sobre esos nuevos fallos (...) para que tengan derecho a la pesca sin ser molestados y puedan comunicarse entre sí sin barreras”, dijo Petro.

Esa decisión fue criticada duramente por el expresidente Iván Duque, quien planteó un preocupante escenario que sería adverso para los intereses de Colombia, algo completamente contradictorio tras el fallo favorable obtenido en La Haya tras años de defensa de Colombia en esa corte intencionalidad.

“Salen muy bravitos a dar discursos de soberanía y refundando la República, pero ya anuncian diálogos con el dictador de Nicaragua para que garanticen los derechos raizales. Que después no vengan con la pirueta de aplicar el fallo del 2012 cediendo territorio. El país debe estar atento y evitar la entrega a Ortega”, advirtió Duque.

A juicio de expertos en derecho internacional consultados por SEMANA, que conocen de cerca el pleito marítimo de Colombia con Nicaragua, el expresidente Duque tiene razón en su advertencia.

El riesgo más grande es que Petro termine cediendo ante la dictadura de Ortega y pretenda incorporar, al ordenamiento jurídico colombiano, el fallo del 19 de noviembre del 2012 de la Corte de La Haya.

Esa decisión fue adversa para Colombia, pues el tribunal expandió la delimitación marítima de Nicaragua y le quitó a Colombia soberanía sobre 75.000 kilómetros de mar.

Ni el entonces presidente Juan Manuel Santos ni el presidente Iván Duque incorporaron ese fallo, que implica hacerlo a través de una ley en el Congreso y una posterior revisión de la Corte Constitucional.

Uno de los expertos le dijo a SEMANA que, hasta ahora, Colombia ha respetado el fallo y permite que Nicaragua pueda ejercer sus derechos económicos sobre esa, incluidos los de pesca, y exploración de hidrocarburos. Sin embargo, los límites no se han tocado, pues se requiere de un tratado.

Daniel Ortega a la izquierda y Gustavo Petro | Foto: Semana

“Tras el fallo de La Haya, muy positivo para Colombia, el presidente Petro está improvisando. Ganamos y ahora corremos el riesgo de entregarle todo a Nicaragua. ¿Por qué razón, si estamos fuertes, nos vamos ahora a agachar en una negociación con Ortega? Es una contradicción. Cuando uno triunfa, no tiende la mano. El presidente no está empapado del asunto”, le dijo a este medio un experto en la materia, que ha seguido de cerca todo el litigio.

Asimismo, criticó que la negociación que planteó Petro con Ortega se restrinja exclusivamente a las condiciones de pesca de los raizales. “Ese es un error, arrancar con una agenda tan pequeña. El Gobierno Petro olvida la agenda ambiental del Caribe, por ejemplo, las intenciones de Nicaragua de construir un canal que puede afectar zonas del Caribe”.

Otro reconocido experto señaló que sería “un error” que Petro fuera a aceptar el fallo del 2012. “Me parecería un error garrafal aceptar el fallo plenamente en este momento, en el que Nicaragua está débil luego de la derrota, y Colombia está más fuerte. Yo, personalmente, pienso que se podría negociar la aceptación siempre y cuando i) garanticen los derechos de pesca de la comunidad raizal; ii) acepten que se mantendrá la reserva Seaflower; y iii) ajusten los límites del fallo y reintegren el archipiélago (lo que no creo que sea muy difícil)”.

Corte Internacional de Justicia de La Haya. | Foto: No

Tras el fallo del 2012, Colombia abandonó el llamado Pacto de Bogotá, que data de 1948, y que establecía que los pleitos territoriales se solucionaban a través del diálogo.

El reciente fallo de la Corte de La Haya ha sido considerado como una de las mejores noticias que ha recibido el país en años. Se trata del fin de una controversia por el territorio colombiano que tuvo a Colombia en riesgo de perder su territorio marítimo ante la ambición de Nicaragua. En su decisión, la Corte explicó que muy pocos países en el mundo han tenido una pretensión semejante, de ganar territorio por medio de ampliar la plataforma continental. La presentación de la decisión la hizo Joan Donoghue, presidenta de la Corte Internacional de Justicia.

La jurista hizo una extensa explicación jurídica sobre los derechos que tienen los estados sobre el mar y los casos que se han presentado en esa jurisdicción sobre el particular. La presentación de la corte fue ecuánime y varias veces aseguró que Nicaragua no tenía razón en sus pretensiones.

Por eso, con el anuncio de Petro este 20 de julio, de buscar un diálogo con el dictador Ortega, muchos temen que Colombia pueda perder lo ganado tras más de 20 años de litigio en La Haya.