Mientras en el Congreso se acumulan iniciativas clave como la reforma tributaria, las modificaciones a la jurisdicción agraria y el Presupuesto General de la Nación, los partidos políticos han preferido darle prioridad al tensionante pulso por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Y no es para menos. El CNE es el órgano que vigila las elecciones y a los partidos políticos. Un magistrado de este organismo electoral tiene el poder de influir en temas claves, como la validez de una candidatura demandada o la apertura o archivo de investigaciones relacionadas con faltas electorales, así como la regulación de las encuestas.
Pero, además, quienes resultan elegidos para conformar la sala plena de esta entidad tienen rango de magistrado de las altas cortes, con un salario similar al de un congresista, pero sin la presión mediática que constantemente tienen los parlamentarios por su remuneración.
Por ley, se determinó que los nueve magistrados que conforman este organismo son postulados por los partidos políticos: entre más grande es la bancada de cada partido más magistrados podrán elegir. Y la elección la hace el Congreso en pleno.
Esta elección estaba programada para el miércoles de la semana pasada, sin embargo, se tuvo que aplazar para este martes 30 de agosto debido a que no había acuerdo entre las bancadas frente a la composición que debía tener este organismo.
Luego de un fin de semana agitado, de discusiones, de ires y venires, las bancadas llegaron por fin este lunes a un acuerdo, en el que, por el momento, el petrismo no sale muy favorecido.
Según lo que anunció el presidente del Congreso, Roy Barreras, el Pacto Histórico y el Partido Liberal tendrán derecho a poner dos magistrados cada uno y los conservadores, Cambio Radical, Alianza Verde, La U y el Centro Democrático podrán tener de a un magistrado.
Esto, en el papel, implica que el petrismo tendrá tres magistrados, que son dos del Pacto Histórico y la Alianza Verde, y las fuerzas políticas tradicionales tendrían seis cupos.
Sin embargo, según conoció SEMANA, fuerzas del Pacto Histórico han venido negociando con el presidente del Partido Conservador, Carlos Trujillo, el cupo que les corresponde a los azules, con el fin de tener más fuerza en el CNE.
Esto desató el malestar de la bancada conservadora que ya le hizo un llamado al orden a su presidente, quien valga decirlo, ha resultado muy favorecido en la conformación del gabinete del presidente Gustavo Petro, pues tiene ministro propio: Guillermo Reyes, al frente del Ministerio de Transporte.
En todo caso, más allá de si se logra el acuerdo entre conservadores y Pacto Histórico, algo poco probable, el petrismo no tendría las mayorías en el CNE.
Detrás de esto está el feroz pulso que se desató entre las llamadas fuerzas progresistas, hoy en el Poder Ejecutivo, y los partidos tradicionales.
Incluso, se llegó a un acuerdo entre La U, Cambio Radical, el Partido Liberal, el Partido Conservador y el Centro Democrático, además de los cristianos, para conformar una plancha común que les permita quedarse con al menos cinco de las nueve sillas del tribunal electoral.
Este pulso que se ha desatado entre los partidos resulta curioso si se tiene en cuenta que estos mismos magistrados son los que se encargan de vigilar y decidir sobre las faltas electorales que cometan estas mismas organizaciones políticas y son los que aprueban el giro de los anticipos que otorga el Estado a las colectividades en época de elecciones y definen cuál será el monto que se le entregará a cada una.
Contrario a lo que ocurre en otros casos, como la Contraloría o la Procuraduría, en el CNE el interés de los congresistas no es necesariamente burocrático, pues esta entidad no es amplia en su nómina, aunque sí tiene cargos de rango medio que pueden generar interés y buena capacidad de contratación en tiempos de elecciones.
La mayor preocupación de las fuerzas políticas es básicamente tener control sobre una entidad que no solo aprueba el dinero que, por ley, deben recibir anualmente, sino que los puede absolver en caso de tener demandas en contra por procesos electorales.
La composición del nuevo CNE también tiene un especial interés para el gobierno de Gustavo Petro. No se puede olvidar que el organismo tiene actualmente en sus manos una indagación preliminar en contra de integrantes del Pacto Histórico por los ‘petrovideos’.
La decisión se tomó por una denuncia que presentó Pablo Bustos, presidente de la Red de Veedurías de Colombia, en la que pidió investigar a fondo el contenido de dichos videos que fueron revelados en su totalidad por SEMANA.