Horas después de que el senador Roy Barreras anunciara el lunes 27 de febrero que se desconectaría del país durante cinco días porque, al parecer, asistió a un retiro en Estados Unidos, las bancadas de Senado y Cámara se reunieron a puerta cerrada en la sede del Polo Democrático, ubicadas en el barrio Teusaquillo de Bogotá.

Aunque el motivo del encuentro no era hablar del controvertido senador, sus últimas movidas políticas saltaron a la vista y sobre la mesa quedó expuesto el disgusto que cada vez genera más entre la izquierda el reconocido médico. “Hay que frenar a Roy”, dijo uno de los asistentes, mientras algunos respaldaron la idea y otros más guardaron silencio. Mientras tanto, unos pocos pidieron no hablar de Barreras porque él no estaba presente.

El senador no gusta entre la izquierda más radical del Pacto Histórico. Y tras obtener la personería jurídica de su partido, la Fuerza de la Paz, mucho menos. Desde que tiene una colectividad, algunos de sus compañeros sienten que tiene agenda propia, que su poder aumentó y que en las elecciones de octubre de 2023 su bolígrafo tendrá un peso importante para la escogencia de los candidatos.

De hecho, aunque se había hablado de que el Pacto Histórico avalaría a candidatos con ideas progresistas, el día del lanzamiento de su partido, Barreras, rodeado del ala más fuerte del santismo, desnudó sus verdaderas intenciones: respaldar bajo la sombrilla de la Fuerza de la Paz a competidores con votos y maquinaria política más allá de las ideas progresistas o que se parezcan al ideario del petrismo. En otras palabras, el presidente del Senado le apuesta a ganar a cómo dé lugar.

El problema es que Barreras está pisando tierra movediza y se metió en escenarios que le eran ajenos, donde el Pacto Histórico ha jugado siempre y tiene sus propios intereses políticos.

Gustavo Bolívar y Roy Barreras, dos contradictores políticos en el Pacto Histórico. | Foto: Montaje SEMANA

En la Alcaldía de Cartagena promete coavalar la aspiración del exgobernador Dumek Turbay, pero el Pacto Histórico de Bolívar emitió un comunicado donde rechazaron ese nombre. “No cumple con los postulados políticos ni con los mínimos éticos y morales consagrados en el Código de Ética aprobados por esta colectividad”. Además, dejan claro que el candidato “no representa al cambio”.

En el Valle la Fuerza de la Paz coavalará a Dilian Francisca Toro a la Gobernación del Valle y el petrismo buscaba competir con Sebastián Caballero, director de la SAE, y Ferney Lozano, exalcalde de Yumbo.

De hecho, congresistas del Pacto Histórico hacen campaña cuestionando a Toro en ese departamento y ella ha expresado su malestar directamente a Petro. Al fin y al cabo, la vallecaucana hace parte de los partidos de gobierno que respaldan las iniciativas presidenciales.

Si finalmente decide aspirar, estará avalada por La U, su partido, y coavalada por Cambio Radical, el Partido Liberal y la Fuerza de la Paz. En el Huila, en Caquetá, Putumayo, y en Cundinamarca, Roy Barreras ha tenido enfrentamientos con el petrismo por el mismo tema.

En Cundinamarca, por ejemplo, Barreras coavalará a la Gobernación a Jorge Rey, un controvertido político señalado por el supuesto volteo de tierras en Cundinamarca, un tema que el Pacto Histórico ha criticado con vehemencia.

Roy Barreras no ahorra las críticas a la reforma de salud de Carolina Corcho. | Foto: SEMANA

“Nos están robando el Pacto Histórico. Este es un mensaje de alerta a toda la militancia”, advirtió el exsenador Gustavo Bolívar, acérrimo contradictor de Roy Barreras.

“Por favor, en pie de lucha, hay sectores del Pacto Histórico que se quieren robar esto, que se quieren aprovechar del caudal de Colombia Humana y Gustavo Petro para seguir creciendo, personas que eran cadáveres políticos y que han resucitado gracias al Pacto y hoy se aprovechan de eso para seguir creciendo en sus bolsillos, en sus ambiciones”, añadió.

Barreras y Bolívar han sido contradictores de años, pero ahora, el primero casó una pelea con la ministra de Salud, Carolina Corcho por la polémica reforma a la salud, una de las ministras más protegidas del Gobierno y que cuyas controversias le costaron la cabeza a Alejandro Gaviria en el Ministerio de Educación.

El presidente del Senado ha sido insistente en la necesidad de construir sobre lo construido en la reforma a la salud y en no eliminar las EPS. Sin embargo, la funcionaria se resiste a la modificación, lo que llevó a Barreras a calificarla como una ministra ideologizada que no escucha. “La ministra de Salud, como cualquier otro ministro, no puede ser activista, sino ministra”, le dijo el médico a SEMANA. La misma percepción tienen varios sectores políticos, entre ellos, el expresidente César Gaviria del Partido Liberal.

El ministro Alfonso Prada intervino durante el lanzamiento del partido político del Senador Roy Barreras. | Foto: Prensa Roy Barreras

La afirmación de Roy Barreras cayó como un baldado de agua fría entre la izquierda que cree que la ropa sucia debe lavarse en casa. Sin embargo, Barreras, quien hoy solo atiende los llamados del presidente, actúa motu proprio, sigue adelante con sus críticas y se apartó de la coalición progresista en la defensa del articulado de Corcho.

SEMANA conoció que el fin de semana pasado, el actual presidente del Senado visitó en Cali la casa de la presidenta de La U, Dilian Francisca Toro, y se reunió con algunos congresistas de la Comisión Séptima de la Cámara, por donde empezó el trámite de la reforma a la salud. Allí mostró su indisposición con la iniciativa de Carolina Corcho y dijo que estaba de acuerdo con las posturas críticas de ese partido. Recordemos que Toro y Barreras son amigos. También médicos.

Barreras no es un enemigo pequeño y Carolina Corcho lo sabe. Por eso, un sector grueso de la izquierda se ha solidarizado con la ministra y se ha armado un bloque contra Roy porque su oposición genera ruido y termina por empujar la agonía de la reforma a la salud, que está herida de muerte desde que ingresó a la Comisión Séptima de la Cámara.

Además, porque en la izquierda creen que Barreras sufrió una metamorfosis extraña, ya que desde la campaña de 2022 se hablaba de un cambio estructural en el modelo de salud en Colombia.

De un lado, Gustavo Bolívar atacó al presidente del Senado: “Los ataques de Roy Barreras a la ministra se deben a que ella, como pocos en el Gobierno y el Congreso, se le paró en la raya y no cede a los múltiples intereses que él representa”, dijo.

Del otro, el senador Alexánder López, del Polo Democrático, quien desempolvó una antigua rencilla con Barreras porque le arrebató de sus manos la presidencia del Senado. “Los ataques infames y odiosos de Roy Barreras contra Carolina Corcho son de fondo un ataque muy peligroso a la posibilidad real de garantizar el derecho a la salud de nuestro pueblo”, afirmó. Incluso, sus diferencias han llegado a los pasillos y oficinas del Capitolio Nacional, donde han protagonizado acaloradas discusiones.

Uno más proviene desde la orilla del presidente de la Cámara, David Racero, el político más joven que le habla al oído a Petro, y uno de los aliados de Roy Barreras en el Pacto Histórico, apenas empezó la legislatura y el gobierno de la izquierda. “Roy asumió la voz de la oposición”, enfatizó el congresista por Bogotá a SEMANA.

A medida que pasan los días, Barrera parece quedarse solo en medio de una jauría de contradictores en su coalición que lo ve con desconfianza y teme que se convierta en el Juan Manuel Santos de Álvaro Uribe por su habilidad de saltar con garrocha por distintos partidos políticos. Esa movida difícilmente ocurrirá, al menos por ahora, porque el Gobierno apenas inicia y el vallecaucano sabe que una cosa es él con Petro y otra sin el respaldo de la Casa de Nariño.

El presidente no toma partido y, como suele ocurrir, observa las peleas internas del Pacto Histórico desde los pasillos de la Casa de Nariño. Al fin y al cabo, necesita a Roy Barreras para el tránsito legislativo de sus principales reformas, entre ellas la de la salud, que terminará trasquilada por los liberales, los conservadores y La U.

Durante los próximos meses, Barreras, quien sabe que es el patito feo del Pacto Histórico, se tragará varios sapos y sorteará con sus compañeros, pero junio próximo, cuando empiecen las inscripciones a alcaldías y gobernaciones, los enfrentamientos se agudizarán y se sabrá quién gana la partida.

Para esa fecha, se sabrá si funcionó la estrategia de atajar a Roy Barreras o, si al contrario, habrá que adoptar un Plan B que permita frenar su poderío al interior del Pacto Histórico.