José Gregorio Díaz Zabaleta no ha firmado contrato con el Estado y así insistan en graduarlo como nuevo capellán de la Casa de Nariño, no lo será. En cambio, sí podría convertirse en el asesor espiritual y religioso de la familia presidencial, tal como se lo propuso Verónica Alcocer, la esposa de Gustavo Petro, cuando lo invitó a la casa privada.

Díaz Zabaleta, reconocido por su vocación, sus consejos espirituales y su poder de sanación y liberación, llegó al palacio presidencial el 8 de agosto pasado y se entrevistó con Gustavo Petro y su esposa. Oraron durante varios minutos y de ahí salió la oferta de la familia Petro Alcocer.

“Ellos quieren que los acompañe espiritualmente y creo que eso es lo que terminaré haciendo”, le contó a SEMANA el religioso sucreño de 46 años.

La propuesta está en pie, aunque no lo han vuelto a llamar. Sin embargo, él, quien permanece en La Guajira, espera que Verónica Alcocer regrese del entierro de la Rrna Isabel II para concretar las labores que emprenderá con la familia presidencial. “Estoy esperando que regrese, que se comunique y podamos hablar y poderla acompañar y viajar a Bogotá”, detalló.

La capellanía, como se ha venido especulando, no la ve posible porque en la Casa de Nariño ya hay un capellán con contrato y él, según le dijo a esta revista, es respetuoso.

Además, un capellán exige disponibilidad de tiempo y José Gregorio Díaz, formado en el Seminario de Valledupar, está contento en la Iglesia Santa Rita de Casia, en Manaure, y no puede vivir tiempo completo en Bogotá. “Tengo un patio, tengo un gallinero, un galpón con gallinas, saco huevos criollos. Este es otro ambiente”, dijo. Además, no puede dejar la iglesia sin construir la capilla del Santísimo.

Ante ese escenario, lo mejor es la consejería espiritual, es decir, que cuando el presidente o su señora requieran un consejo espiritual, él tomará un avión y llegará a la casa presidencial a asesorarlos.

A Verónica Alcocer la conoce desde hace varios años por su familia en Sincelejo. Y a Gustavo Petro lo vio frente a frente el 8 de agosto, cuando lo invitó la primera dama a orar en la Casa de Nariño.

De hecho, él lo bendijo y le pidió a Dios que lo iluminara en el desafío de manejar el país. “El presidente es un hombre muy formal, muy respetuoso con las cosas de Dios, él compartió con nosotros un momento de oración”, narró.

En la campaña presidencial, el religioso confesó que oró por todos los candidatos, pero no ocultó su simpatía con el líder de izquierda. “Lo apoyé con oraciones desde la distancia”, manifestó.

Si José Gregorio Díaz se convierte en asesor espiritual oficialmente de la casa presidencial, la Casa de Nariño tendría dos sacerdotes católicos en el mismo ejercicio porque el padre Álvaro Duarte Torres ya fue contratado por el Dapre para que brinde el mejoramiento del clima laboral de la Casa de Nariño. Sin embargo, José Gregorio Díaz estaría más dedicado a la familia presidencial que a los empleados de la casa privada.