SEMANA: ¿Cómo ve hoy la situación del país?
ANTONIO ZABARAÍN: La verdad es que veo la situación del país muy compleja, hay mucha incertidumbre y eso aleja las inversiones. El sector privado, cuando hay incertidumbre, se contrae y en casos particulares y especiales se retira del mercado como acabamos de ver con la salida de Colombia de General Motors. Las reformas, indudablemente, afectan el aparato productivo, son nocivas para el sector privado, inclusive, para el público. Creería que en todas estas reformas ha faltado el sentido común que, lamentablemente, es el menos común de los sentidos. El Presidente tiene un modelo económico respetable, pero a mi manera de ver es fracasado. Nosotros, en un país como el nuestro, lo que necesitamos es atraer inversiones y no alejarlas, pero, por ejemplo, a la reforma tributaria que se aprobó en el 2022, ya se le empezaron a ver sus efectos. Por su parte, la reforma pensional que se aprobó en la plenaria del Senado a simple vista lo que busca- según las declaraciones del Presidente que habló de subir el umbral de cotización-, es estatizar completamente el sistema.
SEMANA: Compara al Presidente con un paciente, ¿cómo lo ve?
A.Z.: El Presidente es un hombre hábil, inteligente, pero no escucha y cuando uno no escucha siempre termina fracasando. El tema es de ideología, las reformas que se han presentado al Congreso son ideologizadas como las que presentaba Hugo Chávez en Venezuela o las de Cuba. Y en esos países las economías colapsaron. En el Congreso hemos estado tratando en que eso no suceda, pero el Presidente ha logrado hasta ahora, en algunos proyectos como la pensional, obtener las mayorías. Eso, para mí, es lamentable. Él es un hombre culto, formado, no es ignorante, pero tiene ese grave error: no escucha, no se rodea bien. Tiene algunos ministros que piensan, que tienen la capacidad para apoyarlo y ayudarlo a salir adelante, pero si no escucha no hay nada que hacer. Y además tiene unos ministros totalmente incompetentes, incapaces, y cuando uno se rodea de áulicos no termina si no fracasando (…) Usted ve las ejecuciones en algunos ministerios y dan grima. La plata no puede estar en la fiducia, en los bancos.
SEMANA: Pero Gustavo Petro está ganando: logró que le aprobaran la reforma pensional y arrodilló a las EPS.
A.Z.: No hay nada qué hacer, los presidentes son personas muy poderosas y tienen muchas herramientas para arrodillar a muchos sectores. Los señores de las EPS, por quienes libramos muchas batallas, se sentaron, hablaron con Gustavo Petro y parece que llegaron a algunos acuerdos. Como se dice popularmente, del ahogado el sombrero.
SEMANA: ¿Cree que Petro está arrodillando a distintos sectores del país?
A.Z.: Sí, yo creo que esa decisión que tomaron los directores de las EPS ante la intervención de la Nueva EPS y Sanitas por parte del Gobierno es porque entendieron que el Presidente tenía las intenciones de intervenirlos a todos. Repito: del ahogado el sombrero, sucumbieron ante las presiones del Gobierno. Tienen muchos intereses particulares, están defendiendo, quizás, algunas de sus inversiones.
SEMANA: ¿Sirvieron las marchas?
A.Z.: Las marchas mandaron un mensaje del descontento de la gente con el gobierno Petro, pero tanto el Gobierno como el Congreso fueron sordos ante esas marchas. El Gobierno, después de eso, aprueba la reforma pensional, eso quiere decir que no escucharon la manifestación popular de ciudadanos que expresaron que no estaban de acuerdo con lo que estaba sucediendo.
SEMANA: ¿Y eso tendrá repercusiones en las urnas? ¿Los electores cobrarán lo ocurrido en las elecciones parlamentarias?
A.Z.: El país es amnésico y la amnesia es silvestre. Yo creería que la única manera de que eso tenga alguna repercusión en las urnas es que los medios de comunicación, cuando lleguen la campaña electoral, le refresquen la memoria a los electores con portadas, editoriales y sus pantallas y muestren quiénes han aprobado las reformas que le hacen daño al país.
SEMANA: ¿Qué pronostica ante las marchas del 1 de mayo?
A.Z.: Soy malo para los pronósticos porque en Colombia uno no sabe qué pueda suceder, cómo se puede manejar la gente. Creería que el Presidente tiene algún poder de convocatoria. Las marchas del 1 de mayo podrían terminar siendo un tiro en el pie para Gustavo Petro: si a eso le va mal, el Presidente ahí sí sucumbe. Y si le va bien- no le va a ir también como las movilizaciones del 21 de abril-, la gente empezará a comparar y a especular cuál fue mejor. Yo, particularmente, creería que es de mal gusto ver al Gobierno transportando gente para que marchen. Quienes salgan tienen que hacerlo como los ciudadanos que lo hicieron el 21 de abril. Yo, en realidad, veo muy difícil que la marcha del 1 de mayo supere a la que organizaron los colombianos molestos contra el Gobierno.
SEMANA: Pero el 1 de mayo es el Día Internacional del Trabajo, ¿Petro se aprovechó?
A.Z.: Es una mala movida del Presidente, yo no hubiera utilizado ese día para liderar una marcha en el país de apoyo al Gobierno. No está bien visto.