A una semana de que se inicie un nuevo ciclo de negociación entre el Gobierno y el ELN, el grupo guerrillero no solo sigue en su intransigencia a la hora de buscar un cese de hostilidades, sino que ha aumentado sus arremetidas contra el presidente Gustavo Petro con todo tipo de calificativos contra el jefe de Estado.
Desde que inició el proceso de negociación con el Gobierno, el ELN no parece tener más que un propósito: torpedear el proceso, con sus ataques criminales, sus constantes críticas a la administración de Gustavo Petro y sus declaraciones altisonantes que siembran dudas en los colombianos sobre los reales propósitos de esta organización.
Así quedó demostrado este lunes, 17 de abril, en el más reciente editorial de la Revista Insurrección, medio de comunicación del grupo armado ilegal.
En el texto, el llamado Comando Central del ELN, máxima instancia directiva de esta organización guerrillera, asegura que durante la campaña Petro se dedicó a prometer “esta vida y la otra”. Lo hizo con propuestas como cambiar el modelo económico y la matriz energética, promover la igualdad de las mujeres, transformar las fuerzas de seguridad estatal, y reducir considerablemente el hambre y la desnutrición infantil, pero hasta el momento no estaría cumpliendo.
“Tras ocho meses del nuevo Gobierno, los hechos hablan por sí solos y parece que sus promesas no fueron más que humo que se disipa. Sus reformas no alcanzan a tocar el viejo modelo económico, el cambio energético se quedó en trinos y anuncios de la Ministra de Minas, que aún sigue enredada con el alto costo de la energía eléctrica”, argumenta el editorial.
El ELN le recrimina al presidente Petro que no está cumpliendo sus metas de reducción del hambre, pero sí enfrenta la inflación más alta de las dos últimas décadas, un estado de recesión, un empleo informal que llega al 60 por ciento de la población laboral activa y que no ha logrado transformar las condiciones del campo.
“Pareciera que tenemos un Gobierno autista o que vive en la fantasía de Twitter, ya que a través de trinos cree que solventará las necesidades apremiantes de la gente y habla de una solvencia económica que no existe, mientras en el mundo real tiene “el rancho en llamas y con el agua lejos”, concluyen los elenos.
Más allá de la deficiencia que algunos sectores han señalado en el Gobierno Petro, la realidad es que el ELN muy poco ha hecho por mejorar el clima de conflictividad que se vive en el país.
Así quedó demostrado con el atroz ataque contra miembros del Ejército en Norte de Santander, donde masacraron, prácticamente en estado de indefensión, a 10 soldados.
Adicionalmente, Antonio García, máximo jefe del grupo guerrillero, no ha hecho más que tener salidas destempladas y que tocan el código penal, como la amenaza que lanzó contra las periodistas Vicky Dávila y María Alejandra Villamizar.
García dijo en sus redes sociales: “A María Alejandra Villamizar @MariaAlejaVM se le subió @VickyDavilaH a la cabeza. Los dolores duelen igual en ambas partes, por eso debemos respetarnos”.
A esto se suma el amedrentamiento de parte de este grupo ilegal contra comunidades en Arauca y Chocó y el secuestro del sargento del Ejército, Libey Danilo Bravo.
Además del cautiverio del uniformado, ha causado indignación la forma en la que este grupo ha tratado de justificar que siga acudiendo al secuestro. Aseguran que es su “derecho”.
Según el editorial de la Revista Insurrección, escrito por el Comando Central del ELN, el secuestro del sargento se dio “dentro de nuestro derecho a la defensa”.
Junto a sus acciones criminales, el ELN se ha caracterizado por sus declaraciones destempladas y doctrinarias.
Por ejemplo, la semana pasada, el grupo guerrillero mostró su molestia por este acuerdo y señaló que “debemos apoderarnos del Estado en su totalidad”.
“Si queremos cambios estructurales debemos apoderarnos del Estado en su totalidad, de lo contrario tan solo serán una utopía y solo la sociedad organizada logrará los cambios que necesita el país”, apuntó la organización.