El escritor y académico Víctor de Currea-Lugo se defendió en las últimas horas de los señalamientos de acoso sexual en su contra y dejó en manos del presidente Gustavo Petro si mantiene o no su designación como embajador de Colombia en Emiratos Árabes Unidos.
“En todos los momentos posibles les he planteado a mis contradictoras que demos el debate político, sobre el acoso, sobre la violencia sexual, sobre lo que los hombres tenemos que decir, pero nunca, nunca, han abierto el mínimo espacio de debate democrático, sino que han desarrollado una política de ‘cancelación’ en espacios políticos, en medios de comunicación y más recientemente ante la oferta de ser embajador”, manifestó el académico.
De Currea-Lugo aseguró que los señalamientos en su contra, los cuales revivieron a raíz de su designación en la representación diplomática de Colombia en Emiratos Árabes, son de 2014, cuando se desempeñó como catedrático en la Pontificia Universidad Javeriana, y que siguieron cuando pasó por la Universidad Nacional de Colombia.
“Muchas de las acusaciones y el matoneo han venido también de grupos de izquierda, dogmáticos, cerrados y puristas. Incluso ONG de derechos humanos se han sumado a la tendencia de condenar y después preguntar. Eso implica un problema mayúsculo para ellas, existencial: si creen en los derechos humanos, como aparentemente lo hacen, deberían respetar la presunción de inocencia y el debido proceso. Pero eso se resuelve diciendo ‘le creo a la víctima’, una premisa que ya, de antemano, designa quién es víctima y quién es victimario”, manifestó.
El académico también habló sobre la confusión que existe entre su nombre y el del exrepresentante a la Cámara Víctor Correa y dijo que en esta ocasión ya hay “menciones de ‘procesos penales en mi contra’”. Afirmó que se le adjudican “antecedentes” del excongresista y afirmó que no pudo “haber abusado de mi la (sic) secretaria de la UTL (Unidad de Trabajo Legislativo) porque nunca he tenido una UTL”.
Pide rectificación a Jennifer Pedraza
Currea-Lugo también habló puntualmente de algunas congresistas y activistas que han mencionado el supuesto acoso sexual del que se le señala. Específicamente habló de Jennifer Pedraza, representante a la Cámara por el Movimiento Dignidad, y de Sara Tufano, feminista y exdirigente del Polo Democrático.
El fin de semana, luego de Currea-Lugo agradeciera su designación como embajador en Emiratos Árabes, Pedraza lo atacó duramente. “Este señor que acaba de nombrar @petrogustavo en la Embajada de Emiratos Árabes tiene MÚLTIPLES denuncias gravísimas por acoso y abuso sexual hacia sus estudiantes de la @UniJaveriana y de la @UNALOficial. ¿No que ‘el Cambio es con las mujeres’? Dejen de revictimizarlas AL MENOS”, manifestó la congresista.
Sobre esta afirmación, el académico resaltó que, además de la palabra “acoso”, la congresista adicionó “abuso” y manifestó que cree que “ella sabe que ‘denuncia’ implica, necesariamente, la existencia de un proceso penal y que mentir de esa manera constituye un delito que puede dar lugar a una pena de cárcel. Así que, desde ya, la conmino a que se retracte o asuma las consecuencias legales”.
“Ese mensaje fue apoyado por personas como Sara Tufano, enemiga declarada del Gobierno de Petro, y por otras personas que están buscando cualquier antecedente, real o no, para denostar de los nombramientos del presidente. Como le dije a la señora Tufano, en un chat: ‘respeto tu condición de víctima, pero no supongas mi condición de victimario’”. manifestó Currea-Lugo.
De igual forma, aseguró que vale la pena aclarar que no piensa “pedir perdón por ser varón heterosexual y me parece muy bajo definir a una persona sobre la edad de su pareja. Sí, me cuesta trabajo aceptar como feminismo real a esa legión que se cree con superioridad moral para decir quién tiene derecho a qué y van dañando gente por el mundo con total impunidad, cercenando su derecho a la libertad de expresión y su derecho al trabajo”.
“Por supuesto que tengo prácticas machistas de las que me arrepiento, soy un hombre de mi época y no soy perfecto; claro que reconozco las grandes y justas banderas del feminismo. Pero tengo dudas de si quienes me persiguen a nombre del feminismo son herederas de las brujas que quemaron o más bien de los inquisidores que las quemaron”, dijo el escritor y académico.
El otro tema del que se pronunció fue su apoyo a la búsqueda de la paz con el ELN y de quienes, según él, han tratado de buscar su vinculación con esta organización armada. “Yo he apoyado de manera comprometida la paz con los elenos, no me arrepiento de mis esfuerzos, pero apoyar la paz con ellos no me hace ni eleno ni acosador”, afirmó.
“Creo que ya hay suficiente ilustración. Y como yo sí quiero el bienestar del país y no su destrucción, dejo en manos del presidente Gustavo Petro si continúa con la designación o decide retirarla, está en todo su derecho de apoyarme o no; lo cierto es que desde donde esté, como lo he probado por años, seguiré haciendo lo que considere útil para el país”, dijo.
Y agregó que “dejar la decisión final en manos del presidente no implica, de ninguna manera, una aceptación implícita de culpabilidad de mi parte, sino simplemente una priorización de mi salud mental. Callaron por años y ahora resucitan el tema ¿por qué ahora?”.
“Hay temor en muchos hombres de decir humanamente lo que piensan porque inmediatamente serán juzgados de violadores, no soy yo, son muchos que merecen ser oídos. Siempre creí que, como aprendí de Norma Enríquez, el feminismo era un camino compartido para que todas las personas crezcamos, pero parte de él se ha convertido en una falacia que pertenece a unas autodesignadas para condenar y lapidar”, dijo.