Tal como lo había anunciado horas antes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se rebeló contra el protocolo de la monarquía y no quiso lucir el tradicional frac que caracteriza la indumentaria de quienes asisten a las cenas privadas que ofrecen los reyes de España a sus invitados especiales.
Petro, que llegó en las últimas horas a Madrid, como parte de una visita de Estado, estuvo presente la noche de este miércoles en una cena que tuvo lugar el Palacio Real de Madrid, cuyos anfitriones fueron el rey Felipe VI y la reina Leticia Ortiz.
El mandatario colombiano asistió vestido con un traje sastre, color azul petróleo, corbata en tono vinotinto y zapatos negros. Mientras que la primera dama, Verónica Alcocer, lució un vestido largo y sobrio, con escote en V, en tono azul noche, con mangas sobrepuestas y tan largas como el vestido mismo. Sus accesorios fueron muy discretos.
Sin embargo, en el caso del presidente Petro, el código de vestuario para una ocasión como esta le exigía el uso de frac, un antiguo traje masculino de etiqueta, compuesto de un saco con solapas de raso y tres botones que no se abrochan. Este llega hasta la cintura por delante y se prolonga en dos faldones por detrás. Una prenda que se combina con un pantalón recto con galón de raso en las costuras exteriores; suele ser negro y llevarse con una camisa blanca, chaleco cruzado y pajarita.
Sin embargo, Petro fue honesto: explicó que nunca se ha puesto un frac y que ni siquiera se siente cómodo usando corbata.
“No me siento cómodo ni con la corbata ni el frac. Yo nunca me he puesto un frac”, explicó el presidente en entrevista con W Radio. Para el mandatario, el frac “tiene un símbolo, tiene que ver con élites, con la antidemocracia, son ideas que tengo en la cabeza”. Por eso, se saltará el protocolo y asistirá a la gala con un ‘pinta’ formal, pero no con el tradicional frac.
En dicha cena, el mandatario colombiano se reunió además con su homólogo, Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno de España.
Expertas analizan en SEMANA el estilo de Gustavo Petro
“El presidente quiere enviar un mensaje de informalidad, pero en un puesto de altísimo liderazgo, pues es el comandante en jefe de una nación, no es lo más indicado. Dudo que esté asesorado en su imagen, ni creo que le interese, porque cree que la moda no es importante, pero se equivoca. Solo se pone su cachucha, su chaqueta bomper y sus mocasines, y se lanza al ruedo”, señala Pilar Castaño en SEMANA.
Y su análisis va más allá: “Creo es que no es necesario recordarles a todos, todos los días, que fuiste guerrillero. Si Petro se vistiera con corbata, no afectaría su imagen porque su discurso es muy fuerte y claro. Seguir las reglas de indumentaria, sobre todo en eventos internacionales, mandaría un mensaje de credibilidad; como sí lo han entendido líderes de izquierda como Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, o en su momento Felipe González”.
Y agrega que “es notorio que el presidente, con su forma de vestir, quiere traer a colación su historia, su rebeldía, su antiestablecimiento”.
Para la experta en moda Beatriz Arango, el presidente sigue mostrando el mismo estilo que ya se le había visto en tiempos de campaña.
“Y cuando aparece en trajes formales no se ve cómodo. Afloja la corbata, no lleva bien puesto el cuello de la camisa. O en otras ocasiones es como si la prenda no fuera de su talla, como cuando se le cae el blazer a la altura de los hombros, con lo que inmediatamente pierde estructura la prenda. Lo ideal es que mande a hacer prendas a su medida”.
Arango asegura que no le ha gustado de las recientes apariciones del presidente colombiano “el uso de la gorra. Incluso en recintos cerrados, porque es un accesorio muy informal, muy de calle”.