El obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo es una de las figuras de la Iglesia Católica que más escuchan los Shottas y Espartanos, dos de los grupos armados que siembran terror en esta región del país.
Aunque el prelado Jaramillo ha dialogado de paz con estos delincuentes, aprovechó la homilía de este fin de semana para hacerles un angustioso llamado a que cesen las presiones económicas a sus víctimas.
“Les hablo a los representantes de las dos bandas, no miren para los dos lados porque no los van a ver”, dijo Monseñor desde el púlpito.
Tras aclarar que ellos estaban en la misa escuchando, dijo: “Les pido el favor, en nombre de Dios, cesen la extorsión, nos están matando a todos con la extorsión”. Habló a grito entero, mientras los fieles interrumpieron su discurso con fuertes aplausos.
“Ellos necesitan escuchar, que todo el pueblo les grita. Y les digo aquí a Diego Bustamante y a Jorge Papaya, con los que yo hablo directamente: cesen la extorsión, estamos cansados, la gente se está yendo, no es justo, hay lágrimas, muertes, dolor de nuestras personas y que se tengan que ir del territorio donde han nacido, donde han sembrado el ombligo, no es justo que se tengan que ir a otra parte”, manifestó el obispo de la Iglesia Católica.
Sus fieles lo respaldaron y aplaudieron en varias oportunidades su intervención que, sin duda, refleja el cansancio y preocupaciones del pueblo de Buenaventura.
Monseñor Jaramillo es un hombre conciliador, pero también crítico.
Él hace parte de la mesa de negociación del Gobierno Petro, que busca una tregua entre los Shottas y los Espartanos.
Y así como les pide a ambos grupos cesar las extorsiones, recientemente el obispo le hizo un vehemente llamado a la Casa de Nariño para que se mantuviera una tregua entre ambas organizaciones criminales.
“Un llamado al Gobierno Nacional para que atienda las dificultades que se puedan presentar y pedimos a Dios que nos ayude para que no vuelva la guerra a nuestro Distrito, que paren el accionar los que quieren empuñar otra vez las armas y destruir con balaceras en los barrios. Esta realidad que hemos vivido en años anteriores, que ha sido terrible para nuestro distrito. No queremos que vuelva la guerra a la ciudad, que paren esos disparos que están haciendo”, precisó.
Asimismo, el Obispo de Buenaventura aseguró que en los últimos días se han venido presentando algunas alteraciones del orden público de la ciudad, “con algunos disparos en barrios específicos, sin embargo, nosotros creemos que el proceso de paz y los acuerdos entre los distintos grupos que están disputando el territorio, se deben mantener. Seguimos apostándole a la paz, a la no violencia, no queremos vidas de los jóvenes destruidas”, manifestó.
El obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, hace parte del grupo de negociadores del Gobierno Nacional que fue removido, en su mayoría, por parte del Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño.
Diferencias entre los delegados y Patiño llevaron al segundo a tomar medidas, entre ellas, cambiar a algunos delegados.