Enrique Peñalosa compartió sus impresiones acerca de la posibilidad de que el Metro de Bogotá sea subterráneo, en lugar de elevado, como él lo dejó contratado antes de que acabara su segunda administración de la capital del país. Todo dependerá de la reunión entre la alcaldesa Claudia López y el presidente Gustavo Petro para evaluar las alternativas propuestas por el consorcio chino Metro Línea 1.
El consorcio chino realizó la evaluación solicitada por el jefe de Estado el pasado noviembre y, ahora, puso sobre la mesa cinco principales propuestas para modificar el trazado y la tipología de la primera línea del metro. Dependiendo del acuerdo al que lleguen Claudia López y el presidente Petro, se estima que podría implicar hasta 15 billones de pesos más.
En ese escenario, Peñalosa, que ha rechazado la petición de Gustavo Petro de contemplar que parte o la totalidad del trazado del Metro sea subterráneo, como soñó desde que fue alcalde de Bogotá, se pronunció la tarde de este 23 de enero.
“Los colombianos juzgarán si les parece correcto pagar más de $15 billones y demorar varios años el proyecto por el capricho frívolo de Petro de soterrar parte de la línea de Metro en construcción. Recordemos que el 33% del Metro de Nueva York y el 55% del de Londres son elevados”, expresó Peñalosa.
El exalcalde también planteó que, en caso de que sea solo una parte del trazado la que se deje subterránea, serán los residentes de la capital quienes con el tiempo le den la razón a él, cuya apuesta fue por una infraestructura elevada, o al presidente Petro, que quiere lo contrario.
“Si parte de la línea del Metro que contratamos se cambia a subterránea, los pasajeros podrán comparar (además de los costos) y decidir si les parece más seguro y agradable viajar en el tramo elevado, con luz natural, viendo la ciudad, o en el tramo subterráneo”, afirmó.
Quizá debido al paro nacional que está convocando la oposición para el 14 y el 15 de febrero, contra las reformas que el Gobierno piensa radicar en el Congreso, Enrique Peñalosa afirmó que si los colombianos entendieran lo que implica cambiar el Metro de elevado a subterráneo, también saldrían a manifestarse en las calles.
“Si los ciudadanos de las regiones más pobres de Colombia entendieran la enormidad de los $15 billones que costaría soterrar parte del Metro, marcharían para oponerse y lograr que más bien se inviertan en sus departamentos”, dijo.
Peñalosa además arremetió contra la alcaldesa, afirmando que, contrario a lo que hizo él con la primera línea del Metro, no va a contratar las segunda.
“Ha habido muchos alcaldes en Bogotá. Y el único que contrató Metro fuí yo. Ni uno más ha contratado un centímetro de Metro. Lo demás es carreta politiquera. Y verán que Claudia, más allá de su alharaca, no va a contratar un centímetro de Metro. Hablar es más fácil que hacer”, comentó.
Las cinco propuestas para modificar el Metro
La primera es que el tramo subterráneo inicie desde la Avenida Primera de Mayo y vaya hasta la Calle 72. Esta posibilidad permitiría que ocho estaciones de esta primera línea del metro sean subterráneas.
Como segunda alternativa, está que el trazado subterráneo comience en la calle primera y culmine en la calle 72, en donde hoy en día se avanza con la construcción del intercambiador vial. En esta opción serían 6 las estaciones que queden subterranizadas.
La tercera opción que planteará el consorcio Metro Línea 1, es la que consiste en soterrar el trazado desde la calle primera, pero que exista una extensión hasta la calle 100. De esta manera serían nueve las estaciones subterráneas.
Una cuarta posibilidad es que el tramo subterráneo empiece en la calle 53, y vaya hasta la calle 100. Así las cosas, la primera línea del Metro de Bogotá contaría con siete estaciones subterráneas.
Finalmente, dentro de la baraja de posibilidades, está la opción de extender el metro desde la calle 72 hasta la calle 100, esta extensión sería completamente subterránea con tres estaciones adicionales. Lo que le permitiría a la primera línea del metro contar con otros 3,9 kilómetros.