La plenaria del Senado arrancó sesiones y este martes 26 de julio se discutió sobre el Acuerdo de Escazú, uno de los temas pendientes que dejó el pasado Congreso.
Durante el debate, la senadora del Centro Democrático explicó que varios gobernadores indígenas del Amazonas peruano rechazaron este acuerdo, puesto que “rechazaron el globalismo ambientalista”.
Así mismo, aseguró que: “La soberanía de Colombia está en riesgo con Escazú porque, cuando fusiona Derechos Humanos con derechos ambientales, activa la jurisdicción internacional”.
“Escazú es un gran engaño, que no suple la tragedia de los cultivos de coca que sí causan la muerte”, agregó Cabal en su cuenta de Twitter.
“Hoy la excusa de los ambientalistas fundamentalistas que son los reyes de las causas justas, el fascismo de los buenos, van a hacer que el ser humano tenga que dejar de respirar. Seguramente Dios no nos dio la razón para usar los recursos naturales y tener una mejor calidad de vida y no nos la dio para cuidar el medioambiente”, manifestó.
Y es que vale la pena recordar que previo al debate, durante varios minutos la congresista se enfrentó a esos líderes y al senador Wilson Arias, quienes culparon al Centro Democrático de interferir en la aprobación de esa iniciativa.
A juicio de Cabal, “los activistas ambientalistas instrumentalizados por la izquierda internacional ignoran el peligro de Escazú. Ese acuerdo es parte de una agenda globalista para frenar el desarrollo, empobrecer a los colombianos y engañar a jóvenes incautos”, dijo la congresista.
En la discusión que se presentó entre Cabal y Arias, se fijaron posturas sobre el Acuerdo de Escazú. “No se puede estar del lado de una vaca y no del ser humano”, le dijo el senador a la integrante del Centro Democrático. Por esa razón, la legisladora pidió respeto y señaló que quienes están respaldando esa iniciativa están ignorando los peligros que tendría Colombia.
¿Qué es el Acuerdo de Escazú?
El Acuerdo de Escazú propone mejorar la participación ciudadana en la conservación ambiental y en la protección de los derechos de sus líderes, pero para algunos sectores las bondades que tiene esa iniciativa no son reales.
“En iniciativas como Escazú, con la que cederíamos nuestra soberanía a cortes ambientales y organismos judiciales internacionales, haremos oposición a la intención de crear lo que yo he llamado la ‘JEP Agraria’, que obligaría a crear más cargos burocráticos y pondría en peligro el derecho de propiedad y la seguridad jurídica”, dijo Cabal.
De hecho, el Centro Democrático reiteró su postura frente al Acuerdo de Escazú y anunció que votará en contra de esa iniciativa. “Luego de un minucioso estudio jurídico y político sobre el acuerdo, nuestra bancada encuentra que Escazú significa la pérdida de la soberanía de Colombia, por tratarse de un acuerdo que supone la prevalencia del Derecho Internacional sobre el orden interno”.
Agregaron que “los avances en materia de derechos ambientales, que vale la pena decir, tienen un enorme desarrollo en el orden constitucional, legal y jurisprudencial de Colombia, a diferencia de otras naciones en la región, hay diversos casos que así lo demuestran. Por lo tanto, para salvaguardar la protección del medioambiente, la participación de las comunidades y la seguridad de los líderes sociales, el país no tiene que exponerse a un acuerdo como Escazú, que genera inseguridad jurídica, duplicidad normativa y pone en riesgo a todos los productores, sin importar su tamaño, condición social y/o actividad”.
Al trámite en el Congreso de la República le faltan otros tres debates para que sea ratificado, pero varios senadores mostraron su alegría por el primer paso en esa dirección que se dio en abril del año pasado. El tema sigue siendo espinoso, ya que Iván Duque, sin importar la presión de la comunidad internacional, ha dejado esta tarea en un segundo plano.
La apuesta del Pacto Histórico, como bancada mayoritaria, es aprobar esta iniciativa en el Senado y la Cámara de Representantes.