Este fin de semana que pasó, el expresidente de la República Álvaro Uribe Vélez propuso una consulta popular contra la reforma a la salud promovida por el Gobierno de Gustavo Petro. Desde Sincelejo, el exmandatario aseguró que se debe consultar a los colombianos sobre las mejoras del actual sistema, sin sustituirlo con un “monopolio estatal”.
Desde que el exjefe de Estado lanzó esta propuesta son muchas las reacciones que se han generado al respecto, pero ¿es viable una consulta popular en el país para definir el futuro de la reforma a la salud? SEMANA consultó con un experto en el tema e indicó que la decisión es factible, pero arriesgada.
“Las consultas populares claro que se pueden hacer, pero el problema, más allá de si se puede hacer o no, es cuál va a ser el nivel comprensión por parte de la ciudadanía sobre lo que está ocurriendo de fondo con la reforma a la salud; es decir, el tema se puede politizar y el riesgo es bastante alto”, aseguró Fabián Díaz, docente de la Maestría en Administración de Empresas de Salud, de la Universidad EAN.
En otras palabras, el experto explicó que las personas pueden acudir a dicha consulta popular sin conocer de fondo lo que en realidad está en juego y, por el contrario, podrían votar por lo que le digan los diferentes sectores políticos.
“La gente está perdida, pregunta dónde me van a entregar ahora el acetaminofén y no entiende lo que en realidad puede estar ocurriendo con la reforma a la salud”, afirmó Díaz, y posteriormente agregó: “En una consulta popular las personas podrían votar en masa más por un pulso político que por un sentido real sobre los temas de peso de la reforma”.
“En un país en el que estamos, el riesgo de que esa consulta popular se politice y se vote más por lo que dice el uno o por lo que dice el otro, es bastante alto y se puede volver muy peligroso”, complementó el profesor de la EAN.
Ahora, llegado al caso de que efectivamente se realice una consultar popular sobre la reforma a la salud, Díaz señaló que las preguntas que se deban llevar a las urnas tienen que ser más pedagógicas y menos técnicas.
“Hay que desagregar lo que podría ser de consulta ciudadana, versus lo que podría ser una consulta de espejos. Por ejemplo, a una consulta ciudadana no se podrían llevar los temas de financiación, que son bastante técnicos y complejos, pero sí temas relacionados con la forma en la que se atiende a las personas, la ruta de acceso a especialistas, los pagos que se van a tener que realizar, entre otros temas”, comentó Díaz.
El senador del Centro Democrático Miguel Uribe, por su parte, aseguró que se debe salir a las calles con un mecanismo democrático y vinculante que mejore la salud sin destruirla.
“Ante la incertidumbre y la desconfianza que ha generado la propuesta a la reforma a la salud de Gustavo Petro, llegó la hora de preguntarles a los ciudadanos qué quieren, si mejorar la salud o destruirla; por eso invitamos a todas las fuerzas políticas a que promovamos un mecanismo de expresión popular vinculante que busque proteger el sistema actual”, precisó el congresista.
De acuerdo con el senador, “el centro de la reforma a la salud debe ser la atención al usuario, es mejorar las condiciones del personal de la salud, pero no destruir por un tinte ideológico lo que con tanto esfuerzo nos ha costado construir en el país”.
“Debemos proponer que no se estatice la salud, que no volvamos al Seguro Social, necesitamos hacer lo que falta, como mejorar las condiciones del personal de la salud, que los contratos a término fijo no se utilicen de manera política y clientelista, sino, por el contrario, haya meritocracia; también necesitamos mejorar la salud en las zonas remotas”, sintetizó Miguel Uribe.
De acuerdo con el expresidente Ávaro Uribe, el análisis del Centro Democrático concluye que la reforma tiene “un tema estructural incorregible que es la creación de un monopolio estatal”.
“Por eso nosotros pensamos que el partido debería considerar con otras fuerzas ciudadanas, políticas, cívicas, la posibilidad de promover una consulta a los colombianos, una consulta que respete la naturaleza solidaria y mixta del actual sistema. La posibilidad de que los colombianos tengan libertad de afiliación, de que haya EPS públicas, privadas, cooperativas, mutuales y que haya hospitales públicos, privados, cooperativos y mutuales, fundaciones, etcétera”, dijo el expresidente en su intervención en el foro llamado Las Regiones Vuelven al Centro.
Aseguró que buscan que haya una reforma, pero “respetando” los fundamentos del actual sistema de salud. Aseguró que uno de los problemas son los cambios de personal por motivos políticos, proponiendo “formalizar trabajadores de la salud y darles estabilidad” para acabar la politiquería.
Por otro lado, Uribe Vélez aseguró que entienden las dificultades de acceso a la salud, que es uno de los propósitos de la reforma a la salud del Gobierno.
“Creemos que hay que mejorar la prevención, pero no con un monopolio estatal. Pensamos que trabajando el municipio, departamento, la caja de compensación, el hospital, la EPS, puede haber un gran sistema de prevención”, manifestó.
El expresidente hizo un llamado de atención a las cajas de compensación, argumentando que hay buenas y otras que “la politiquería se las ha robado”.
“Como se robaron SaludCoop y Caprecom, cajas de compensación que la politiquería se ha robado y eso ha sido un atraco muy grande al pueblo colombiano. Las cajas de compensación son las encargadas de asumir el gran liderazgo en la buena salud de los colombianos”, agregó Uribe.
Reiteró que el Centro Democrático cree en el mejoramiento en prevención, acceso y condiciones laborales del personal, pero cuestiona la propuesta de eliminar el sistema mixto solidario para sustituirlo por un “monopolio estatal”.
Además, comentó sobre un modelo en la región: “Rechazamos el sistema de Cuba porque ha sido un sistema totalmente injusto con los ciudadanos y con los médicos de Cuba”.
De esta forma, concluyó que el partido preparará unos temas de consulta popular, enfocados en preservar lo bueno y hacer algunas modificaciones: “Nosotros no somos apegados al viejo orden, creemos en el gradualismo reformista, pero no en la destrucción de lo bueno”.