Este jueves 3 de agosto, el país se estremeció con la explosiva confesión de Nicolás Petro contra la campaña presidencial de su padre, Gustavo Petro.
Le dijo a la Fiscalía ―que lo investiga por enriquecimiento ilícito y lavado de activos― que a la campaña presidencial del actual presidente habían ingresado dineros irregulares que no fueron reportados a las autoridades, entre ellas el Consejo Nacional Electoral.
Curiosamente, hace 28 años, el diario El Tiempo reveló la indagatoria completa de Santiago Medina, tesorero de la campaña presidencial de Ernesto Samper y quien se convirtió en el testigo estrella que estalló con sus declaraciones, uno de los mayores escándalos de corrupción en unas elecciones presidenciales.
“El Tiempo, que se había abstenido de difundir el documento por cuanto este es apenas una pieza procesal que aún debe ser objeto de confrontación por parte de la Comisión de Acusaciones de la Cámara y los fiscales delegados ante la Corte Suprema, publica hoy la indagatoria completa de Santiago Medina”, se lee en el texto principal de la publicación del 3 de agosto de 1995.
Santiago Medina murió en 1999, mientras terminaba de pagar su condena en su casa, tras una falla renal crónica que lo bajó más de 20 kilos en cuestión de semanas. Sin embargo, su nombre volvió a escucharse este jueves cuando el propio hijo del presidente decidió, en un hecho histórico, delatar a su propio padre y ponerlo contra las cuerdas ante la justicia y la mirada de la opinión pública.
Las semejanzas que hay entre el Proceso 8.000, el escándalo del gobierno del expresidente Ernesto Samper y el proceso que ahora enfrenta Petro son impresionantes. Es como si la historia se volviera a repetir luego de casi 30 años.
De entrada, los personajes son similares. De un lado, el expresidente Ernesto Samper fue el principal foco en medio del escándalo del ingreso de dineros por parte del narcotráfico a su campaña electoral.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro ha quedado en el foco del escándalo, y el tema de fondo ahora es la entrada irregular de dinero a su campaña. Además, la fuente de los recursos serían personajes de dudosa reputación, como el exnarcotraficante Santander Lopesierra.
También ha llamado la atención la forma en la que han reaccionado ambos mandatarios luego de estallar el escándalo. Mientras Samper habló de “conspiradores” en su contra, ha salido a decir que es mentira que su hijo haya dicho lo que ha afirmado la Fiscalía.
“Entonces tengo que decirle a esa persona que no siga diciendo mentiras, mi hijo no dijo eso, y no lo dijo porque a ninguno de mis hijos o hijas les he dicho jamás que delincan, eso no ha existido”, indicó el mandatario.
El papel de la Fiscalía ha sido fundamental en ambos momentos. Por un lado, el exfiscal Alfonso Valdivieso logró entregar las pruebas suficientes para responsabilizar a integrantes del gobierno de Samper con el escándalo. Sin embargo, algunos le critican que faltó llegar al expresidente a donde iban todas las miradas.
Y ahora, en este caso, la Fiscalía fue clave en lograr llevar a imputación, con las pruebas suficientes a Nicolás Petro cuatro meses después de haber estallado el escándalo. Tan es así que el hijo del presidente Gustavo Petro no tuvo más opción que anunciar colaboración con la justicia y prender el ventilador.
Tanto Samper como Petro han tenido que responder a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes.
¿Correrá el presidente Gustavo Petro con la buena suerte judicial de Ernesto Samper quien, pese a las declaraciones en su contra, se sostuvo en el poder? Se preguntan en redes sociales. La respuesta solo la sabrá la justicia.