El 17 de enero de 1974, en un hecho delictivo, guerrilleros del M-19 irrumpieron violentamente en la casa museo Quinta de Bolívar, en Bogotá, y se robaron la espada del libertador Simón Bolívar.
Según los reportes de la época, los delincuentes ingresaron e intimidaron a los vigilantes. Álvaro Fayad, uno de los líderes del M-19, rompió la urna donde estaba almacenada la espada y se la llevó.
Cincuenta años después de esos hechos, el Ministerio de Cultura del Gobierno Petro habla de que se conmemora la fecha de la “recuperación” de la espada e invita a “resignificar” ese hecho en unas jornadas que se realizarán este 17 y 18 de enero. A una publicación del llamado Movimiento 19 de abril (M-19), Petro le dio retuit en su cuenta en X.
“Bolívar no ha muerto. Su espada rompe las telarañas del museo y se lanza a los combates del presente. Pasa a nuestras manos. Y apunta ahora contra los explotadores del pueblo”, indicaba la nota del M-19 al hurtar la espada de la Quinta de Bolívar. Durante 17 años, la espada permaneció en la clandestinidad.
En 1980, la espada salió del país, específicamente a Cuba, pero no se supo cuál fue la persona que la tuvo custodiada durante esos años; lo que sí se tenía claro era que Bateman se encontraba en conversaciones con diferentes seguidores del Libertador, con el propósito de crear la Orden de los Guardianes de la Espada.
Esta orden se dio a conocer en el año 1987, en el natalicio de Simón Bolívar. Sin embargo, dos años después, el M-19 dejó las armas con el objetivo de firmar el acuerdo de paz con el presidente Virgilio Barco y uno de los principales retos era conseguir el retorno de la espada a Colombia, debido a que varios líderes del momento no sabían dónde se encontraba.
Además, era una condición del Gobierno para iniciar los diálogos de la Asamblea Constituyente, por lo cual en 1991 Arjaid Artunduaga fue la persona encargada de viajar hasta Cuba para traer la espada, quien contó en algún momento que pasó con ella muy clandestinamente por Venezuela.
A finales del mes de enero de ese año, la espada regresó a manos del Estado y fue entregada por Antonio Navarro Wolf, envuelta con la bandera de Colombia. Asimismo, el presidente de ese momento, César Gaviria, ordenó que fuera guardada en el Banco de la República, pero tiempo después fue a parar a la Casa de Nariño.
Petro, en su posesión, el 7 de agosto de 2022, mandó a traer la espada a la plaza de Bolívar.