Siguen conociéndose hechos que cuestionan el papel de la Comisión de la Verdad. Además del informe que varios consideran sesgado por las críticas que se han hecho a la fuerza pública y pidiendo un cambio de modelo, ahora se suma que los comisionados de la Verdad devengaron un alto salario como ningún otro funcionario del Estado, mientras desempeñaron sus labores.
La senadora María Fernanda Cabal radicó un derecho de petición para conocer el salario de los comisionados de la Verdad. Encontró que cada uno entró con un salario de 34 millones de pesos en 2018 y terminó siendo de 39 millones de pesos en 2022.
En el documento que entregó la propia Comisión de la Verdad a la senadora uribista, se evidencia que desde el padre Francisco de Roux, presidente de la institución surgida del Acuerdo de Paz de La Habana, hasta los otros diez comisionados ganaron en 2018 34.198.524 de pesos en 2018 y 39.137.961 de pesos en 2022.
Asimismo, en el derecho de petición se detallan los montos específicos del salario de cada uno de ellos. Por ejemplo, la asignación básica fue de 5.482.900, los gastos de representación de 9.747.368 y la prima de servicios especiales de 23.907.693 para el último año.
Una de las críticas que se hace es que el salario es más alto que el de los congresistas, que se supone son quienes fijan el tope de lo que ganan los funcionarios del Estado en el país. Por ejemplo, para este año, los senadores y representantes a la Cámara quedaron con un sueldo de 34.417.000 de pesos, es decir, un poco más de lo que ganaban los comisionados de la Verdad en 2018.
Precisamente uno de los grandes cuestionamientos ha sido el alto salario de los parlamentarios cuando la pobreza en el país sigue siendo alta y la desigualdad cada vez incrementa más. Eso ha llevado a que desde legislaturas pasadas y especialmente en este nuevo Congreso desde diferentes bancadas hayan propuesto bajarse el alto salario.
La duda que surge eso responde a que el papel de un comisionado de la Verdad sería más importante que el de un congresista y de todos los funcionarios del Estado, incluyendo magistrados, ministros y hasta el presidente de la República.
El hecho, además, es cuestionable porque se trata de funcionarios que no fueron elegidos por mandato popular ni ninguna clase de proceso electoral. Fueron seleccionados a dedo por el expresidente Juan Manuel Santos luego de la firma del acuerdo de La Habana. Además, luego de que el ‘no’ hubiera ganado el plebiscito. Es decir, la mayoría de los colombianos no estuvieron de acuerdo con la creación de esta institución y las demás que componen el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición.
Por otro lado, también ha generado profundos interrogantes el informe de la Comisión de la Verdad que presentaron recientemente, ya que allí se hacen recomendaciones a la fuerza pública y se cuestiona su papel, mientras que no tienen el mismo racero con algunos hechos perpetrados por las guerrillas, que fueron en gran parte los verdaderos victimarios.
Asimismo, ha generado cuestionamientos la ideología de prácticamente todos los comisionados, que son cercanos a los sectores alternativos. El general (r) Carlos Guillermo Ospina, el único que no representaba a esas corrientes, renunció por esos hechos, argumentando que evidenció una visión sesgada y que sus investigaciones no fueron tenidas en cuenta en todo el proceso y el documento final.
La senadora Cabal también preguntó por los viajes internacionales que hicieron los comisionados en medio de sus labores. El padre Francisco de Roux viajó a Estados Unidos; Leyner Palacios a Ecuador y Holanda; María Patricia Tobón a Estados Unidos y Alejandro Valencia a Bélgica, España y Suiza. Llama la atención que el que más viajó fue Carlos Martín Beristaín quien fue a México, Ecuador, Bélgica, España y Suiza.