SEMANA: Es la primera ocasión en la que un proyecto de ley de prohibición de corridas de toros llega a cuarto debate. ¿Qué tanto apoyo tiene en el Senado? ¿Está tranquila con que pueda salir adelante?
Esmeralda Hernández (E.H.): El proyecto de ley ya superó tres debates de cuatro, falta el último en la plenaria de la Cámara de Representantes. Este proyecto ha sido construido de manera colectiva, concertada con los distintos sectores políticos, tenemos 46 coautores de distintos partidos. Confiamos que la Cámara responda a ese clamor de la ciudadanía porque el 86% de la población colombiana hoy rechaza la tauromaquia, la tortura, y la Cámara de Representantes no puede ser ajena a ese clamor ciudadano. Nunca antes una iniciativa como esta había llegado a cuarto debate.
SEMANA: Durante el Gobierno Petro en dos ocasiones se han caído proyectos de ley que van por este mismo tema, pero el suyo no es tan exigente, solo apuesta por prohibir los toros y da un periodo de transición. ¿Qué le responde a las personas que dicen que prohibir las corridas de toros es afectar la economía del país?
E.H.: Es una falacia. Han llegado a decir, incluso, que la tauromaquia en Colombia afecta más al producto interno bruto que el turismo, cosa que es completamente irreal. La Corte Constitucional dice que solo puede haber corridas de toros en los municipios donde sea una tradición interrumpida (es decir, si se interrumpe la tradición no se puede volver a hacer toros) y solo se puede hacer en la época en la que sea tradición, como la Feria de Cali o la Feria de Manizales. Es decir, solo hay corridas de toros unos cuantos días al año, por lo que no se puede decir que es lo que dinamiza la economía.
SEMANA: Con una agenda paralela de una feria que tiene toda la atención de la ciudadanía...
E.H.: En el proyecto de ley incluimos un proceso de transición y reconversión laboral. No se va a prohibir de un día para otro, tendremos un proceso de transición para identificar a los trabajadores taurinos y elaborar un proceso de reconversión con su participación. Si uno revisa hoy las plazas de toros, la mayoría están abandonadas porque la gente no quiso volver a corridas de toros. No las siguieron haciendo, se perdió la tradición y, por tanto, no las pueden retomar.
El proyecto de ley busca que esas plazas de toros sean transformadas para que funcionen en otros eventos (conciertos, actividades deportivas, lúdicas, ferias) que dinamizarán la economía y potenciarán una infraestructura cultural. El proyecto establece que dentro de esa dinamización las familias taurinas tendrán prioridad, entonces, ellos no se van a quedar sin trabajo.
SEMANA: Los taurinos dicen que si se prohíben las corridas de toros se van a extinguir los toros de lidia. ¿Se van a extinguir?
E.H.: El toro como especie es un toro. El toro de lidia es una raza. Lo que se extingue no es una especie. Estamos lejos de pensar que en Colombia se va a extinguir el toro, hay muchos ejemplares en Colombia por la industria ganadera. El toro de lidia, como tal, es el resultado de la mano del hombre, del ser humano, de un proceso de selección y de crianza. Pero no significa que se ponga en riesgo la especie y mucho menos que el toro de lidia como raza tenga un papel fundamental en el equilibrio ecosistémico.
Esta no es una tradición nuestra. Es una tradición que nos trajeron desde la colonia, que nos traen impuesta en el proceso de colonización. Quienes deben estar preocupados por preservar esa raza no somos los colombianos.
SEMANA: ¿Las corridas de toros son tradición, cultura o tortura? Y, si es tortura, ¿el toro siente cuando lo matan en la corrida?
E.H.: Cuando uno lo ve no necesita ni siquiera tener que leer para entender lo que sufre el toro. Ya hay estudios científicos que demuestran la sintiencia del toro y el dolor y sufrimiento a partir de procesos fisiológicos que ya están comprobados. Hay una investigación del profesor Yesser Lenis de la Universidad de Antioquia que nos muestra el proceso de dolor del animal.
Desde que el animal sale de su ecosistema empieza un proceso de tortura, el transporte puede llegar a ser de 60 horas sin tomar agua y comer, llegan con fracturas, desequilibrio y asustados. Llegan a un sitio desconocido con una pobre oferta alimenticia en la plaza de toros. Cuando empieza la corrida, están sometidos al ruido, a las luces y factores que los ponen en una condición de desventaja.
Durante los tres tercios (varas, banderilla y estocada con la espada) el proceso de dolor es terrible porque se le rompen más de 20 músculos alrededor de la columna vertebral, tiene ruptura de hígado, pulmones y riñones cuando le clavan la espada. Tiene un desangre interno, dolor al respirar y miedo absoluto. Es un proceso de tortura. Tantas personas viéndolo y ni un alma. Eso es lo que se festeja: la muerte, el dolor, el eco de ese sufrimiento.
Hay un momento en el que el toro se postra sobre el torero: le está pidiendo que lo mate porque no aguanta sufrir más. Está agonizando. Los toros tienen el mismo sistema nervioso que nosotros los humanos, tienen la misma capacidad de sentir el dolor.
SEMANA: ¿Hay un compromiso del presidente Petro con usted como senadora del Pacto Histórico para que se apruebe este proyecto de prohibición de corridas de toros?
E.H.: Más que un compromiso conmigo, hay un compromiso con la ciudadanía que va más allá del Gobierno. El presidente Gustavo Petro es antitaurino, tuvo una lucha importante en Bogotá para acabar las corridas de toros, pero este proyecto es de la ciudadanía que ha venido luchando esto durante décadas. Mi llamado es a que no lo pintemos de un sector o de otro. Esto tiene que unirnos.
SEMANA: Usted no es la única animalista que llegó al Congreso con la bandera de proteger a los seres sintientes. ¿Hay unión entre los animalistas, por ejemplo, el representante Juan Carlos Losada y la senadora Andrea Padilla, en torno a este proyecto?
E.H.: En cualquier movimiento social hay rupturas internas, pero la causa tiene que estar por encima. El representante Juan Carlos Losada ahora es coautor de este proyecto, el senador del Partido Conservador Nicolás Albeiro Echeverry también lo es y la senadora Andrea Padilla me imagino que acompaña esta iniciativa. Esta es una causa que nos tiene que juntar a todos los animalistas.
SEMANA: Hay bancadas de partidos tradicionales que apoyan este tipo de prácticas. ¿Qué tantos votos tiene la gente taurina, sobre todo, porque ya hay lobby para intentar hundir su proyecto de ley?
E.H.: Los votos taurinos son muy pocos. Cuando uno conversa con los representantes entiende que ni les interesa la práctica ni les gusta. Ahora, hay una cantidad de un lobby que juega sucio. A nosotros en la Comisión Sexta de la Cámara nos quisieron archivar el proyecto, nos lo tuvieron engavetado casi seis meses. Nos pusieron recusaciones, denuncias falsas y nosotros esperamos que el debate se dé con argumentos, que los que representan y defiendan esa práctica tortuosa salgan y le den la cara al país y le digan cuáles son los intereses detrás de esto.
Queremos que se dé el debate, que es lo que ellos quieren impedir. Son más los votos de la gente que dice no más a la tortura, no más a la muerte. Uno no puede seguir proc seres vivos, seres que sienten lo mismo que uno, en nombre de la cultura y de la tortura. Es una sociedad que está llamada a evolucionar y reconocer las otras formas de vida. Los seres humanos no somos los únicos en el planeta y estamos llamados a coexistir de una manera respetuosa con los otros seres.
SEMANA: Usted es del Pacto Histórico y este proyecto de ley se radicó con la firma del entonces ministro encargado de Cultura, Jorge Zorro. En un contexto de un pulso político fuerte contra el presidente Petro, ¿esto puede jugar en contra de la causa animalista de prohibir las corridas de toros?
E.H.: Creo y espero que no. Este ha sido un proyecto en el que hemos hecho la tarea del uno a uno, de sentarnos a conversar con cada uno de los congresistas, de contarles que este no es un proyecto del Gobierno, sino de la ciudadanía. Los animalistas llevan 20 años intentando que se prohíban las corridas de toros en un movimiento internacional. Hoy en el mundo solamente hay ocho países que tienen permitida la tauromaquia y uno de esos es Colombia.
Nosotros tenemos que salir de esa nefasta lista y espero que eso lo entienda la Cámara, así como lo entendió el Senado. Esto no es porque sea el Gobierno. Esto es una causa de la ciudadanía. Le pido a los congresistas que este sea un voto de compasión, de rechazo a la cultura de la muerte, del dolor, de la violencia y que desmarquemos esto de cualquier contexto de discusión política.