Ya no duermo con la misma tranquilidad. Me despierto en la noche, cualquier ruido me levanta, vivo con la zozobra de qué estará pasando, si van a colocar una bomba o si están abriendo el local”.
Como esta persona hay centenares de comerciantes que están atemorizados y asediados por la extorsión en Bogotá. Las bandas delincuenciales les robaron el sueño y la tranquilidad por completo.
“Yo sé que va a abrir el local, pero no sé si voy a ser yo o mi señora la que tenga que cerrarlo porque puede que yo ya no este”, dice uno de ellos. Son varias las localidades que son víctimas de este flagelo, siendo Suba y Kennedy las más afectadas. “Mandan a sus secuaces a cotizar los productos y servicios y nos piden el número o una tarjeta para contactarnos, y es ahí como han logrado tener acceso a nuestros celulares”, afirman.
Los mensajes y llamadas que reciben amedrentan a cualquiera. “Su negocio es uno de los que tenemos en la mira, no espere a ser atacado tienen que alinearse y apoyarnos la organización (sic)”, se lee en las amenazas a las que tuvo acceso SEMANA.
“Nos empiezan exigiendo un pago de 15 millones de pesos, y algunos, por el miedo que esto les genera, entran a negociar y terminan pagando uno, dos o incluso hasta tres millones de pesos”, aseguran los comerciantes. “Parecen un call center, nos hacen hasta 30 llamadas en un mismo día”, agregan.
SEMANA conoció la grabación de una de esas llamadas. “Unos hombres míos lo van a traer para que usted venga y hable conmigo, ¿me hago entender, patrón?, y si no se puede movilizar, pues hablamos por este medio, si es que le interesa vivir y tener tranquilidad”, se le escucha decir al extorsionista.
Para quienes se niegan a conversar con los delincuentes, la intimidación se acrecienta: “No andamos con juegos negocio que le agamos el llamado y no responda lo atacamos o le asemos un derramamiento de sangre (sic)”, es el tipo de amenazas, con esos mismos errores de ortografía, que les llega a diario a los comerciantes.
Ante la negativa de los comerciantes de ceder a las extorsiones, las amenazas de los criminales se hacen realidad. Varios locales en Kennedy, en el sur de Bogotá, han sido atacados a tiros en horas de la madrugada.
Pero el accionar criminal no para ahí y los ataques para atentar en contra de los comerciantes o de sus empleados se convierten en el siguiente paso de intimidación. Así quedó demostrado el pasado 7 de marzo, cuando dos sicarios llegaron echando bala a un frigorífico en la Avenida Ciudad de Cali con calle 13, arrebatándole la vida al empresario José Arquímedes Bueno.
Una situación similar ocurrió el pasado miércoles 3 de abril, cuando un sicario llegó hasta un establecimiento comercial en la calle 13A con carrera 80D y sin mediar palabras, y al no ver al dueño del local, atacó a bala a un empleado, dejándolo gravemente herido. En el lugar, el delincuente dejó un panfleto: “Esta es una simple advertencia por no atender el llamado que se les iso y si ustedes no solucionan con nosotros no los dejaremos trabajar (sic)”, se lee en el mismo.
“Los comerciantes hemos entrado en pánico, en muchas ocasiones no salimos de la casa y hemos cerrado nuestros negocios”, advierten, y aunque las autoridades han actuado rápidamente para dar con la captura de los sicarios, los comerciantes denuncian sentirse abandonados por la Policía y el Distrito, a tal punto que bloquearon en días pasados la Avenida Ciudad de Cali con calle 13.
“Fue la única forma para que el Distrito volteara los ojos hacia estos comerciantes porque antes estábamos a merced de los delincuentes y a sus amenazas”, afirman. El propio alcalde Carlos Fernando Galán reconoce que aún falta mucho por hacer en la materia. “Hemos tenido un problema con la extorsión, ahí sí ha habido un crecimiento y estamos trabajando para enfrentarlo”, dice.
Para David Saavedra, concejal del Nuevo Liberalismo, muchas de estas extorsiones provienen desde las cárceles. “Nosotros no podemos permitir que los comerciantes sigan teniendo una sentencia de muerte desde las cárceles no solo de Bogotá, sino de todo el país. Tenemos que pedirle al Gobierno que en los centros penitenciarios haya un control estricto actualizando el software que tienen para inhibir la señal de celular”.
Andrés Barrios, concejal del Centro Democrático, señala que lo que hoy está ocurriendo obedece a la ineficacia de la administración anterior. “Esto está pasando por el fracaso de Claudia López en materia de seguridad, permitiéndoles a las bandas trasnacionales ocupar control territorial en la ciudad, en un hecho sin precedentes”.
“Hemos dado resultados”
El secretario distrital de Seguridad, César Restrepo, si bien reconoce que la extorsión es un delito bastante difícil de mitigar, señaló que en estos tres primeros meses el Distrito y las autoridades han actuado con contundencia.
“El fenómeno de la extorsión es uno de los delitos más difíciles de combatir, primero porque nunca ha habido información completa de cómo es el delito; y segundo, porque cualquiera lo puede ejecutar haciendo parecer que es muy fuerte, pero no lo es, toda vez que este es un delito basado en el temor y en aprovechar el miedo de la gente”, dijo.
“La producción de narcóticos en Colombia y el fortalecimiento de las economías criminales que se ha vivido durante los últimos tres o cuatro años ha llevado a que las organizaciones en las ciudades tengan acceso a armas o a alguna capacidad de intimidación, con la cual apoyan unos delitos, pero aprovechan para explotar otros.
El extorsionista no vive solo de la extorsión cuando es una banda, también es una estructura de hurto o de microtráfico”, agregó el funcionario. Restrepo explicó quiénes estarían detrás de este asedio a los comerciantes. “Hemos hecho una caracterización de los tres fenómenos que aparecen en la extorsión. El primero es el de unas bandas criminales como el Tren de Aragua y Satanás, que en unos puntos muy específicos han querido someter a la población.
En segundo lugar, están las bandas que utilizan las marcas criminales y tienen capacidad de pasar de la intimidación a la violencia. Por último, hay grupos que aprovechan las marcas y los hechos intimidatorios y violentos de las dos anteriores para pescar en río revuelto”.
De acuerdo con el secretario, el trabajo articulado de las autoridades ha permitido a la Policía dar importantes resultados como la captura de alias Gocho, jefe de sicarios de Satanás, o de alias Pedrito en San Antonio, Texas, en Estados Unidos, quien era el segundo al mando de este grupo delincuencial, también del sicario alias Vitico o Moco; además, se ha logrado la desarticulación de bandas de extorsionistas que se hacían pasar por el ELN o el Tren de Aragua, entre otros resultados.
“Yo nunca había ido tantas veces a Kennedy como las que he ido en estos tres meses. Lo que sucede es que en esta localidad hay un rezago muy importante que inició desde 2021 en el estallido social, cuando se creó el llamado portal de la resistencia y en esos días no hubo fuerza pública y se creó el escenario perfecto para que se lo tomaran los extorsionistas. Nosotros venimos trabajando con toda la comunidad para lograr recuperar esa situación”, concluyó Restrepo.