Este martes, después de cerca de cuatro años de rompimiento de relaciones bilaterales, el presidente Gustavo Petro se reunió con Nicolás Maduro, su homólogo venezolano, en Caracas. La visita permitió conocer el plan de trabajo conjunto entre los mandatarios, pero también dejó fotografías que marcan una nueva era en la historia de ambos países.
El presidente Petro salió de Bogotá con una delegación conformada por Laura Sarabia, jefe de gabinete; Álvaro Leyva, ministro de Relaciones Exteriores; Luis Ernesto Vargas, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), y Félix Plasencia, embajador del país vecino en Bogotá.
Desde su llegada a Caracas, la visita comenzó con honores para el mandatario colombiano. Recién descendió de la aeronave, Petro fue recibido por Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de Venezuela.
En la Puerta Dorada, ingresando al Palacio de Miraflores, el mandatario fue recibido con música tradicional de la región, a cargo de la agrupación Parada. Ambos mandatarios, uno al lado del otro, escucharon atentamente la interpretación.
Antes de entrar a la sede del Gobierno, se vio cómo Maduro conversaba con el mandatario colombiano. No faltaron los apretones de brazo y las sonrisas.
Luego, ambos mandatarios salieron de un almuerzo que llevó a una conversación que Maduro calificó como “fructífera, intensa y extensa”. Al sentarse en el salón en el que iban a dar el balance de lo ocurrido, los presidentes suscribieron una declaración conjunta para dejar por escrito el plan de fortalecimiento de la integración entre ambos países.
Posteriormente, ambos mandatarios dieron su balance sobre lo conversado en la reunión. Por parte de Maduro, anunció el posible ingreso de Venezuela a la Comunidad Andina y generó expectativa sobre el regreso del país al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
“Conversamos sobre temas multilaterales. El ingreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), buena noticia para Suramérica, sobre los pasos en función de una reconsideración del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. He sido muy receptivo y así será en el transcurso de las próximas semanas en relación a este interesante tema planteado por el presidente Gustavo Petro”, manifestó.
El mandatario venezolano dijo que seguirá trabajando de manera conjunta con el Gobierno colombiano “en materia comercial, económica, de seguridad fronteriza, de lucha contra el narcotráfico y buscando seguir fortaleciendo las relaciones diplomáticas, consulares, el buen tratamiento de la población migratoria, de los ciudadanos que migran de Colombia a Venezuela y de Venezuela a Colombia”.
Por su parte, el presidente Petro aseguró que, durante el cierre, la frontera quedó “en manos de las mafias”.
“Organizaciones cuya jefatura es multinacional, expresión de un fracaso de la guerra contra las drogas, la cual ha dejado un millón de muertos y rutas de tráfico. Vamos a reconstruir relaciones a nivel de inteligencia”, sostuvo Petro.
Sobre la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela, decidida por el propio presidente Maduro en febrero de 2019, Petro afirmó que fue una división que jamás debió ocurrir entre dos pueblos hermanos.
“Somos un mismo pueblo. Lazos de sangre nos juntan. Venezolanos recibieron a millones de colombianos hace décadas y somos lo mismo: raíz común. Separar las naciones se convierte en una aventura suicida”, agregó.
Luego, Maduro le enseñó a Petro el que sería su mayor tesoro: una espada de Simón Bolívar, la cual está llena de diamantes. Esta característica, según el mandatario venezolano, es prueba de que es la original.
Maduro le regaló a Petro un cuadro de Bolívar, mientras que el presidente colombiano le entregó una hamaca. Todo ocurrió en el llamado despacho 1 del Palacio de Miraflores.
Después fue momento de más fotografías del encuentro, donde se les vio sonrientes. Los múltiples apretones de manos de la jornada, tal como lo expresaron los mandatarios, dan inicio a una “nueva era” de la relación bilateral entre vecinos.