El presidente Gustavo Petro le anunció al país que presentará en las próximas horas su controvertida reforma a la salud, que les ha costado la cabeza a cuatro ministros y ha generado su mayor desgaste político en los primeros dos años de mandato.
El primer mandatario no se da por vencido. Sin embargo, presentar nuevamente el proyecto con mensaje de urgencia, como lo anticipó, supone una nueva derrota legislativa por todos los frentes.
Si eso ocurre, la reforma a la salud, que ya hundió la Comisión Séptima del Senado en tercer debate, tendría que estar aprobada el 20 de junio, cuando finaliza el primer período de sesiones del año, y los tiempos no son favorables para el Gobierno, que ha priorizado el estudio de la reforma pensional, igualmente amenazada por falta de tiempo.
En el Congreso, hasta el Pacto Histórico, la coalición de partidos petristas y progresistas, tiene claro que es imposible tramitar las reformas a la salud y pensional al mismo tiempo porque el calendario no juega de su lado.
Lo más probable es que la radicación de la nueva reforma a la salud termine por sepultar la reforma pensional. O, eventualmente, ambas corran con la peor suerte y terminen hundidas por falta de trámite.
Esto ha llevado a distintos sectores de la oposición a considerar que Gustavo Petro quiere, estratégicamente, que sus reformas naufraguen en el Congreso para caerle encima al Legislativo y responsabilizarlo del supuesto “golpe blando” en su contra. Esto lo motivaría a empujar el referendo del que ha hablado en los últimos días.
El senador de Cambio Radical, Iván Luna, cree en esa teoría por parte del Gobierno.
“¡Ojo a la estrategia que está planeando el presidente Petro! Anunció una nueva reforma a la salud con mensaje de urgencia, lo que podría hundir sus propias reformas laboral y pensional, para así seguir alimentando su discurso de victimización y buscar excusas para seguir en su campaña por la constituyente”, dijo el senador.
La jugada –según él– es astuta: “Al priorizar la reforma a la salud con mensaje de urgencia, el presidente obliga al Congreso a postergar debates sobre sus reformas laboral y pensional, ya que el orden del día y los debates deben centrarse en la reforma a la salud en la Comisión Séptima. ¿El resultado? Estas reformas podrían hundirse por falta de tiempo y él lo sabe”.
Con solo 40 días para debatir, la reforma laboral y la pensional están en peligro, dijo. “Si no se discuten antes del 20 de junio, se hunden. Pero ¿qué gana el presidente con esto?”.
Al hundir estas reformas, “el presidente va a culpar al Congreso por obstaculizar su agenda. Esto fortalecería su llamado a una asamblea constituyente, le da una excusa e impulsa su discurso de victimización. ¿Su verdadero interés? Mantenerse en el poder más allá del 2026″.
En resumen, “el presidente prioriza sus intereses políticos sobre las necesidades del país. Al hundir estas dos reformas, busca consolidar su poder y justificar su agenda. ¿El resultado? Más incertidumbre para Colombia”, destacó.
Por su parte, el representante a la Cámara por Antioquia Juan Espinal le dijo a SEMANA que Petro pretende asfixiar al Congreso con la reforma a la salud “porque sería estudiar dos iniciativas de forma paralela. Como hay poco tiempo, sin duda, las reformas no pasarán. Son reformas estructurales y requieren debate profundo, audiencias públicas, participación de la ciudadanía y gremios. No se pueden pupitrear”, dijo.
Si las reformas se hunden, “Petro dirá que este es un Congreso que no sirve y le servirá como estrategia para iniciar una constituyente o referendo e intentar darle un golpe blando al Legislativo y cerrar el Congreso y fracturar la democracia del país”.
Hasta la mañana de este miércoles 15 de mayo la reforma a la salud no ha sido radicada por el Gobierno. Mientras tanto, la Comisión Séptima de la Cámara avanza a paso lento con la reforma pensional tras el escándalo de corrupción que puso al descubierto el exsubdirector de la UNGRD Sneyder Pinilla, quien denunció que al menos 15 congresistas recibieron coimas para impulsar las reformas en el Legislativo.