Gustavo Bolívar se ha convertido en el principal defensor del Pacto Histórico. Su trabajo ha sido indispensable para mantener la promesa de cambio por la que millones de colombianos votaron por esa alianza de izquierda.

Luego de un mes de haberse posesionado, el senador hace un balance de lo que ha sido su labor, de algunas diferencias que se han presentado entre los miembros de la coalición y cómo ve el futuro del proyecto político.

SEMANA: ¿Cómo fue el pulso en el Pacto Histórico en la elección del contralor Carlos Hernán Rodríguez y su posición de votar en blanco?

G.B.: Ellos sacaron un comunicado apoyando al candidato Carlos Hernán Rodríguez, eso demuestra que están unidos. Yo como no creí en el proceso desde la misma selección de la lista por parte de la Universidad UIS, porque considero que fue manipulada, decidí votar en blanco porque no estaba bien atacar a unos candidatos y a otros no.

SEMANA: ¿Sintió que dio esa batalla solo? Porque fue de los pocos en la colectividad que rechazó al nuevo contralor.

G.B.: Sí, pero es una batalla más contra el diseño institucional, en el sentido de que los congresistas no tenemos porqué elegir al contralor ni al procurador, es una aberración, ya lo he explicado en varios medios, se trata del ratón cuidando al queso. Nosotros elegimos al que va a vigilar a esos alcaldes y gobernadores, eso es aberrante. Esta es mi lucha, de hecho presentamos un proyecto para tratar de cambiar eso.

SEMANA: Usted impulsó el voto público, que era una difícil de lograr, pero más allá de eso, ¿lo apoyaron en esa propuesta?

G.B.: Sí hubo varios. Y ya la ciudadanía, dentro de su control social, tiene que exigirle a los candidatos por los que votó, tiene que exigirle su voto público, yo lo hice.

SEMANA: ¿Cómo están las relaciones con el senador Roy Barreras?, porque en algunos momentos han tenido diferencias.

G.B.: Roy Barreras y yo somos el agua y el aceite, pero estamos en el mismo movimiento y estamos hablando del mismo lado. Él es muy necesario en lo que hace y me imagino que lo que yo hago también. Él es un puente que se tiende para que entre el Pacto Histórico y la política tradicional se puedan construir unas mayorías y sean posibles las reformas que ofrecimos. Él es un tipo necesario ahí y yo soy el que está vigilando que esa gente que entre se porte bien.

SEMANA: ¿Por qué se han generado diferencias con el senador Jota Pe Hernández por su iniciativa de bajarse los salarios?

G.B.: Desafortunadamente, lo que se hizo fue mucho show. Primero, nosotros presentamos con Iván Cepeda y Catherine Juvinao un proyecto serio que aplicaría desde 2026, porque la experiencia nos dice, por todo lo que hemos fracaso con ese proyecto, que cuando llega a la plenaria y es de aplicación inmediata, ellos se retiran porque dicen que no se puede legislar en causa propia y se hunden siempre. Entonces dijimos, bueno, como un acto legislativo va a salir en año y medio, casi dos años, pues esperemos unos años más, ahí nos cayó Raimundo y ese matoneo por proponer algo serio. Empezaron a aparecer proyectos de corte más populista de que sí lo podemos hacer inmediatamente y nosotros sabemos que es muy difícil.

Voy a presentar un proyecto de pago por sesión, Mauricio Lizcano presentó otro para que nos quiten el sueldo, pero que nos dejen trabajar en otras cosas, ya hay una proliferación de proyectos, el de Jota Pe que ya pide transformar la Ley Cuarta y, en ese sentido, que nos quiten otra derogación al salario, pero lo sano de esto, lo bueno, es que con todos estos proyectos alguno va a salir y ahí el que va a ganar es la ciudadanía, pero ya uno nota el empeño de todas las bancadas de montarse en ese bus que me parece muy sano y muy positivo. El primero que salga lo vamos a apoyar, yo apoyo todos, todos me parecen buenos.

SEMANA: Se presentaron algunas diferencias en las comisiones con la elección de los presidentes, una entre Wilson Arias y Paulino Riascos y otra con Agmeth Escaf y María Fernanda Carrascal, ¿cómo evalúa hoy ese episodio?

G.B.: Yo no estaba en Cámara, pero lo que sé es que había unos acuerdos y que no se cumplieron. Ya entrar a mirar por qué no se cumplieron, toca investigar con los protagonistas, pero me parece que los acuerdos son para cumplirse.

SEMANA: ¿Pero cree que, como se dice coloquialmente, se ‘voltearon’?

G.B.: Cuando uno llega a la política, si uno no sabe controlar las emociones, se vuelve muy ambicioso y yo creo que esa ambición de poder no es sana, porque todo el mundo quiere ser presidente, todo el mundo quiere estar arriba, darle codo al otro para trepar, entonces tenemos que aceptar lo que digan las mayorías y, si había acuerdos, se supone que eran de las mayorías y había que cumplirlos. Especialmente, el que conozco más cerca es el de Paulino Riascos, el de Agmeth no conozco bien el caso, sé que de un momento a otro consiguió los apoyos, pero el de Paulino me parece que fue bien descarado, además que es una persona que dentro del proceso de socializar la reforma tributaria no ha dicho nada, entonces uno debe mirar si llego allá porque quiero aportar, pero nada, se roban el carro cuando no saben manejar.

SEMANA: Usted ha sido el principal defensor del Pacto, ¿cómo ve la coalición?

G.B.: Lo veo muy cohesionado, bien, obviamente es un grupo de 51 personas, es difícil que no haya desavenencias, desacuerdos, de hecho dentro del mismo Pacto hay personas que tenemos ideología distinta a otros, una manera de hacer política distinta, pero en lo que estamos coincidiendo todos y trabajando, y eso se va a notar en el Congreso cuando se vean los resultados, es en hacer las reformas; como decía, Roy tendiendo puentes con los que necesitamos para tener las mayorías, nosotros estamos cuidando que se cumplan las promesas de campaña y de cambio, muy vigilantes, entonces todos tenemos tareas distintas, pero lo importante es que el objetivo grande, macro, las reformas y cambiar el país está en todos, pero no hay uno solo que diga cambiemos o lo otro, no, todos estamos detrás del mismo objetivo.