SEMANA: ¿Qué significa la ‘Petrotusa’ y quiénes la padecen?

Paola Holguín (P.H.): El término no es nuestro. Hace ya varias semanas, Catalina Ortiz escribió un artículo que se llama ‘La Petrotusa’, donde hacía una reflexión sobre el arrepentimiento de haber apoyado a Petro. Después de eso, uno lo que ve es una cascada de ‘Petroentusados’. Fue bien particular. Por ejemplo, por estos días, que fue el debate de La Mojana, cuando el Gobierno les dice casi que ahí no van a hacer nada, uno veía a esos alcaldes, que en su momento estaban convencidos del tema Petro, súper tristes y arrepentidos.

Uno ve en las zonas mineras, donde ganó Petro, a los mineros arrepentidos. Uno empieza a ver en las calles, en los académicos, en los círculos de intelectuales, culturales y de artistas puro ‘Petroentusado’. Un montón de gente que hoy siente que eso no era lo que esperaban del Gobierno. Es un sentimiento bien particular y muy generalizado, la verdad es que uno cada vez encuentra más gente que en su momento apoyó a Petro y que hoy están bastante arrepentidos.

SEMANA: ¿Cree que dentro de la bancada de Gobierno existen ‘Petroentusados’?

P.H.: Sí, yo creo que hay varios sectores de la bancada que hoy se denomina de Gobierno. ¿Sabe cómo se da cuenta uno? A la hora de la votación. En estos días, que estábamos, por ejemplo, en el debate y votación de reforma política, uno veía que no están alineados. Además, uno ve cómo se atacan entre congresistas del mismo Gobierno, de la misma bancada. Creo que va a ser muy difícil de sostener. Lo que siento es que en el afán de ganar, ellos le vendieron el alma al diablo y hoy están parados en una vorágine de intereses donde si le cumplen a unos, le incumplen a otros. No van a tener margen para manejar todo eso.

SEMANA: ¿En qué otras prácticas se evidencia la desconexión del Gobierno en el Congreso?

P.H.: Uno ve que hay congresistas de la propia bancada apoyando debates de control político. Más allá de eso, uno lo que ve es que a veces ni siquiera tienen una línea para votar o una línea unificada para el debate. Finalmente, lo que pasa arriba se refleja abajo, creo que la desconexión es en todos los niveles. Se puede ver que pasa lo mismo entre los ministros de Gobierno. La ministra de Minas dice una cosa, el de Hacienda dice otra. El presidente dice una cosa, el de Hacienda dice otra. Entonces uno ve como una especie de gabinete donde hay muchos pirómanos, muy poquitos bomberos y no están teniendo capacidad. Hoy se ve que no hay una línea unificada del Gobierno, se ve entre los ministros.

SEMANA: Con esta creciente ‘Petrotusa’ en todos los sectores, ¿cómo prevé que serán las futuras manifestaciones contra el Gobierno?

P.H.: Creo que aquí hay unas marchas y manifestaciones orgánicas de sectores que empiezan a expresar descontento por distintas propuestas y reformas que plantea el Gobierno. Yo no sé cómo va a hacer el Gobierno para responder a eso porque en algún momento han tratado de descalificar y subestimar lo que está pasando en la calle. Creo que ellos tienen que tener algo claro. Seguramente, estas marchas no van a tener el nivel de violencia, vandalismo y terrorismo que tuvieron marchas anteriores. Estas marchas son diferentes, con personas diferentes y con reclamos diferentes, pero lo cierto es que eso no las hace menos válidas, menos contundentes y menos claras. Creo que lo peor que puede pasar es que el Gobierno se haga oídos sordos a lo que hoy se está viendo y manifestando en la calle y en las redes. Es un tema muy poderoso.

SEMANA: ¿Cómo ve a la oposición? ¿Cree que se nutrirá en el Legislativo en los próximos cuatro años?

P.H.: Hay varias cosas. La primera es que hay un ejercicio de oposición patriótica y democrática. Una oposición donde el debate se está dando con argumentos al interior del Congreso. También tengo que confesar que a veces hay una dificultad, pareciera que no quieren que se dé suficientemente a fondo el debate, pero vamos a seguir intentando que nos den los espacios para que el debate se surta como debe surtirse en una democracia. Lo que yo creo es que cada vez más sectores se van a ir sumando porque cada vez es más difícil sostener algunas propuestas. Por ejemplo, decir que no va a haber más contratos de exploración ni explotación de hidrocarburos puede sonarle bien a algunos ambientalistas radicales y pueden entenderlo. Sin embargo, yo creo que ellos mismos, cuando empiezan a ver las implicaciones y las consecuencias económicas de seguridad energética para la propia transición, se dan cuenta de que ese tipo de decisiones no son viables. Que tiene que existir equilibrio entre el cuidado medioambiental, que es necesario y es importante, pero también la seguridad económica y energética.

Creo que ellos van a empezar a chocar con un montón de propuestas que en su momento hicieron. Que pueden sonar populares, pero cuando uno va a la realidad, son muy complejas. No tienen sustento y eso siento que va a empezar a golpear en sus bancadas. Ellos sienten que son mayoritarios y al final eso se va a reflejar en una votación que puede resultar para ellos inesperada. Por ejemplo, cuando uno se sienta con los parlamentarios y los gremios a debatir las consecuencias de varios artículos de la reforma tributaria, uno ve que los congresistas empiezan a entender técnicamente la reforma, las implicaciones y ya no están tan dispuestos a apoyarla. Lo que yo siento es que la oposición va a seguir creciendo, que será diferente de acuerdo a los temas. En la medida en la que se pueda dar un debate técnico y no ideológico, el tema va a ser mucho más complejo para el Gobierno.

SEMANA: Muchos afirman que usted suena para ser candidata a la Gobernación de Antioquia en 2023. ¿Qué tan cierto es eso?

P.H.: Me sorprendió mucho y estoy agradecida con los sectores de empresarios, académicos y ciudadanos que me han manifestado apoyo e interés en que yo sea candidata, pero yo he sido muy clara en decir no. A mí los ciudadanos me eligieron para ser senadora por un periodo de cuatro años y yo creo que lo más responsable con esas personas que me dieron ese voto de confianza es cumplirles con mi periodo. Además, somos un grupo muy pequeño de oposición. Mal haría yo en retirarme a estas alturas del Congreso. Confío en los liderazgos que hay en Antioquia. Creo que, en este momento, para nosotros es muy importante el resultado en la gobernación, la alcaldía de Medellín y en otras alcaldías. Estoy convencida de que tendremos un resultado favorable, pero seguramente será en cabeza de otro antioqueño. Yo continuaré haciendo lo que me corresponde, que es el ejercicio de oposición democrática en el Congreso.