Bastante molestos están los asesores económicos de los congresistas ponentes del proyecto de ley de presupuesto de 2024 porque aseguran que se han quedado afuera de las reuniones para la construcción de ese articulado y les toca conversar con los senadores y representantes a punta de chat para poder tener información.
La queja radica en que, si bien fueron 79 legisladores los que se anotaron para ser ponentes de la iniciativa, pues tienen claro que algunos no son los más expertos en temas de plata y necesitan que sus equipos les estén hablando al oído para tomar las decisiones.
SEMANA conoció que los asesores no tienen puesto fijo en esos encuentros que se han llevado a cabo en el primer piso del Ministerio de Hacienda y en Casas de Santa Bárbara, la otra propiedad de esa cartera en la que se celebran los encuentros de alto nivel.
Cada que llegan las comitivas legislativas a los asesores les asignan una sala contigua al sitio de la reunión oficial en el que terminan viendo el debate de presupuesto (entre los ponentes y el Gobierno) por un enlace de Zoom privado.
Hay quienes consiguen entrar a la sala principal en la que están los legisladores, pero solo por estancias cortas, porque son tantos los congresistas interesados en el tema, y tan limitados los asientos, que esa asesoría terminan haciéndola por mensajes de WhatsApp ante la dificultad de acompañar a los congresistas personalmente durante toda la diligencia.
El martes de la semana pasada (5 de septiembre) hubo una reunión de presupuesto en el Ministerio de Hacienda y al día siguiente (el miércoles 6) se realizó otra que se llevó a cabo en Casas de Santa Bárbara.
En ese recinto, que es propiedad de la cartera, sí hay más espacios para los acompañantes y los asistentes comentaron que las reuniones se seguirán haciendo allá para que, al menos, puedan entrar eventualmente más asesores económicos para temas puntuales que requieran los congresistas.
El auditorio del Ministerio de Hacienda está en reparaciones y el de Casas de Santa Bárbara tiene capacidad para cerca de 150 personas. Allá es donde los equipos de los legisladores tendrán que seguir la transmisión de los encuentros venideros, pero donde, por lo menos, sí entran más personas que en el edificio oficial de la cartera.
“En las reuniones de ponentes es donde se empiezan a hilar las cosas y todo toca a punta de chat Hay uno que otro que va y se cuela, entra y se sale. Les están cortando la comunicación con los congresistas y así no hay constancia de lo que se está haciendo. Antes en el gobierno Duque la gente sí podía entrar”, le dijo una fuente a SEMANA.
Hay quienes señalan que a los asesores no los están dejando entrar, mientras que otras voces del Gobierno apuntan que ellos sí tienen libertad para pasar de un salón a otro. La pelota, en todo caso, se la pasan de una cancha a otra porque en la coordinación de esas citas participan tanto el Ministerio como las secretarías de las comisiones económicas del Congreso.
Los congresistas tienen claro que la cuestión del aforo puede resultar problemático y en la reunión de la semana anterior un legislador del Pacto Histórico propuso que esas convocatorias se siguieran realizando en el Congreso. Empero, esa idea no cuajó.
Y es que desde la oposición otro legislador respondió que era pertinente aislar el debate del presupuesto general de la nación para 2024 de los ruidos del Legislativo: blindarse de lobistas o de que parlamentarios que nada tienen que ver con la discusión metan la cucharada en el debate.
Pero, ¿a qué viene tanto hermetismo con las citas para redactar el proyecto de ley de Presupuesto General de la Nación para el año fiscal 2024? Pues bien, hay dos teorías.
La primera es que el Gobierno y su bancada quieren zanjar el debate rápidamente porque necesitan que el texto quede aprobado para antes de que termine octubre porque de este depende el futuro económico de la Casa de Nariño.
La otra tiene que ver con una antigua ampolla que quedó de la construcción de la reforma tributaria cuando los congresistas se acusaron entre ellos (y a sus asesores) de estar tomando fotos y videos que dejaban a los congresistas mal parados.
Sea la una o la otra, lo cierto es que los asesores económicos de los ponentes del proyecto de presupuesto tendrán que mantenerse siguiendo las reuniones vía Zoom y chatear tanto como puedan para que a sus congresistas no se les vayan a descuadrar las cuentas de la plata de la nación.