El Pacto Histórico no descansa en promover su tesis que apunta a que los opositores al presidente Gustavo Petro adelantan en su contra un golpe blando, un conjunto de acciones de carácter conspirativo con el que buscan desestabilizar su mandato y generar la caída del primer mandatario.
Aunque distintos sectores de la derecha han dicho que no se busca ningún derrocamiento del Presidente, pero sí decirle a los colombianos la realidad por la que atraviesa la Nación, el Pacto Histórico cree lo contrario.
Por eso, el congresista Alejandro Toro, cercano a Petro, fue más allá y planteó 50 propuestas de acciones contra el golpe blando. El documento fue presentado como aporte durante el encuentro departamental del Pacto Histórico en Antioquia y partidos alternativos organizado recientemente.
Entre las propuestas está organizar foros públicos sobre la importancia de la democracia, lanzar campañas de información sobre los derechos constitucionales, realizar vigilancia y seguimiento a las reformas en el Congreso, fomentar el activismo digital para la difusión de mensajes democráticos, organizar marchas y manifestaciones pacíficas en defensa de la democracia, formar coaliciones amplias con diversos sectores políticos y sociales e impulsar debates y discusiones sobre políticas públicas.
El listado es largo. Pretenden organizar encuentros intergeneracionales sobre la historia política del país, promover la participación de jóvenes en política, organizar ciclos de cine sobre temas de democracia y derechos civiles, publicar boletines informativos sobre la situación política, promover la igualdad de género en todas las esferas políticas, impartir seminarios sobre la constitución y el sistema legal, coordinar encuentros de diálogo con representantes del gobierno y “lanzar campañas de concienciación sobre las consecuencias de un golpe de Estado”, se lee en el documento.
Alejandro Toro cree que ante la amenaza de un golpe blando hay que apoyar financieramente a medios de comunicación independientes, coordinar la vigilancia comunitaria para prevenir la violencia política, impartir cursos en línea sobre historia política y democracia, desarrollar estrategias de comunicación para contrarrestar la propaganda antidemocrática, crear grupos de trabajo para discutir reformas legislativas importantes, establecer programas de asesoramiento legal gratuito para personas vulnerables y establecer programas de apoyo a excombatientes en procesos de reintegración.
Además, promover el uso de tecnologías limpias y sostenibles en la administración pública, organizar conferencias sobre el impacto del narcotráfico en la política, crear un canal de YouTube dedicado a educar sobre civismo y democracia, implementar programas de protección para activistas y defensores de derechos humanos, impulsar programas de radio comunitaria para discutir temas políticos locales, desarrollar iniciativas de arte y teatro que exploren temas de justicia y equidad, crear una red de apoyo para familiares de víctimas de violencia política y desarrollar un programa de visitas a parlamentos y asambleas.
El propio presidente Gustavo Petro se ha referido al supuesto golpe blando a su gobierno. Igualmente, el expresidente Ernesto Samper y recientemente el Director Nacional de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien aseguró el viernes pasado desde Cali que “el pueblo resiste con alegría los embates del golpe blando”.
Como si fuera poco, el analista político de izquierda, Amauri Chamorro, escribió una columna de opinión donde aseguró que a Gustavo Petro ya le propinaron un golpe blando. Se refiere, entre otras, a la propuesta de imputación de cargos del Consejo Nacional Electoral a su campaña presidencial.
Mientras la izquierda insiste en hablar de golpe blando, la derecha la recuerda la crisis económica que atraviesa el país, la violencia desatada en las ciudades, el accionar de las disidencias de las Farc, los escándalos del gobierno por presunta corrupción, entre otros temas que dejan mal parado al gobierno Petro.