En octubre pasado se denunció la realización de varias compras suntuosas que llegaron casi a 200 millones de pesos y que buscaban dotar de electrodomésticos y lencería de hogar las sedes de la Vicepresidencia y la Presidencia de la República, y la casa de huéspedes de Cartagena, las cuales desataron una ola de críticas al actual Gobierno.
En ese momento se supo que entre las compras que había autorizado el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) estaban televisores, cobijas con plumas de ganso y duvet con destino a amoblar las sedes en las que estarán el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta, Francia Márquez.
Según explicó en ese entonces el director del Dapre, Mauricio Lizcano, “amoblar las casas privadas es un deber del Dapre luego de previas solicitudes de los jefes administrativos de cada casa y todas las compras, como en este caso, se hacen a través de la tienda virtual de Colombia Compra Eficiente, un mecanismo transparente”.
La vicepresidenta Francia Márquez también habló del tema en ese momento. “Lo primero que yo fui a mirar en esta casa fue definir qué íbamos a solicitar: fui a las habitaciones de las mujeres que trabajan aquí (...) y para sorpresa mía encontré la misma cama chiquita. Entonces hice solicitud de tres camas más grandes”, le dijo Márquez a RTVC.
En este sentido, la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez le dijo a SEMANA que la sede vicepresidencial quedó “impecable” luego de que ella se fue, en agosto del año pasado.
“Qué bueno que me lo pregunte, porque sobre eso quiero decir que me siento totalmente orgullosa del montaje que quedó en la casa de la Vicepresidencia. Por fortuna tengo fotos. Esa casa estaba impecable, tenía toda la dotación, las habitaciones”, afirmó Ramírez.
Según la exvicepresidenta, cuando ella llegó, en agosto de 2018, “realmente había habitaciones que no tenían ningún mobiliario y lo que hice fue buscar muebles, mandarlos pintar, ponerlos bonitos. La casa de la Vicepresidencia, toda la gente que la vio, realmente la admiró, precisamente por todo el montaje que tenía. La casa quedó con toda su dotación, con manteles, con cubiertos, con vajilla, con sábanas, con cobijas, con todo”.
“Obviamente, todos los elementos de alcoba no estaban nuevos, porque uno los utiliza. Es lo mismo que pasa en un hotel: cuando uno va nadie le da sábanas nuevas. Uno lo que quiere es que sean impecables y así estaban. Realmente creo entender que el gran gasto se hizo mucho más hacia el palacio presidencial que hacia la casa de la Vicepresidencia”, afirmó la exvicepresidenta.
Otro punto del que se habló en octubre del año pasado fue el tamaño de las habitaciones de algunas empleadas de la Vicepresidencia, en lo que Ramírez afirmó que estaba totalmente de acuerdo.
“Yo también fui muy crítica de eso. Pedí inclusive que se hiciera una obra, una remodelación. En el Dapre hay un arquitecto de planta que lleva muchos años y le dije: ‘quiero hacer una obra para mejorar la dotación y el tamaño de las habitaciones del servicio’, pero esa casa es un patrimonio histórico y no fue posible jamás que autorizaran hacer esa obra. Pero además de eso, la casa estaba en perfecto estado y habilitada”.
Sobre la austeridad que ha mostrado el actual Gobierno y que fue duramente criticada por el gasto de casi 200 millones de pesos en esas compras, la exvicepresidenta afirmó que no sabía bien “cómo fueron los casos”.
“Por ejemplo, los gastos del día de la posesión presidencial: en el caso nuestro fue un solo acto en la Casa de Nariño. Fue un evento muy austero en el que se ofreció un café y unas picadas o alguna cosa a las delegaciones internacionales que vinieron, pero no hubo una celebración independiente en Vicepresidencia”, afirmó.