El expresidente Álvaro Uribe se refirió en las últimas horas al llamamiento a juicio que anunció la Fiscalía General de la Nación en su contra. El exmandatario habló extendidamente sobre la decisión judicial y arremetió en contra de varios magistrados y exmagistrados de la Corte Suprema de Justicia, contra el ministro de Defensa Iván Velásquez, la fiscal general Luz Adriana Camargo, el senador Iván Cepeda, entre otros.
Esta es el facsímil del discurso que leyó Uribe:
LLAMAMIENTO A JUICIO
ANTECEDENTES JUDICIALES
1) Dos fiscales, con quienes ninguna relación he tenido a lo largo de mi vida, ambos de larga carrera judicial, no encontraron mérito para acusarme. Propusieron preclusión.
2) Varios procuradores con quienes ninguna relación he tenido apoyaron esa solicitud de preclusión.
3) Una juez de la República dijo que el proceso tenía que empezar desde cero, porque la indagatoria de la Corte no es equivalente a la imputación de la Fiscalía.
4) Otra juez dijo lo contrario.
5) En fallo de tutela la Corte Constitucional, en una votación 5-4, asimiló absurdamente la indagatoria a la imputación.
El magistrado ponente Alejandro Linares filtró la ponencia a un periodista amigo suyo.
También el magistrado Linares reconoció haber recibido llamada de Juan Manuel Santos cuando se tramitaba el caso.
6) Además de la filtración de ponencia, el mismo periodista beneficiario, transmitía al público las deliberaciones de la Corte Constitucional.
7) Estas conductas, que violan ampliamente el reglamento de la Corte, le quitan toda la validez moral al fallo de tutela que debió ser anulado.
8) Las diferencias entre la indagatoria y la imputación son muchas: en la indagatoria hay una serie de preguntas. En la imputación presentan los hechos relevantes y las normas jurídicas presuntamente violadas.
ANIMADVERSIÓN DE MAGISTRADOS EN MI CONTRA
9) Los magistrados José Luis Barceló, Luis Antonio Hernández y Fernando Alberto Castro Caballero, al adelantar la investigación en contra de mi persona, negaron a mis abogados la existencia del proceso.
Estos magistrados nunca me permitieron VERSIÓN LIBRE.
Conocí el proceso cuando me llamaron a indagatoria.
Entre julio de 2018 y agosto de 2020 estuve en libertad cuando al decir de los magistrados soy una persona peligrosa para la sociedad.
Entre el llamamiento a indagatoria y la indagatoria transcurrieron casi 15 meses, y entre la indagatoria y la medida de privación de la libertad hubo otros 10 meses. Consideraron que yo soy un peligro para la sociedad, pero me tuvieron en libertad todo ese tiempo.
10) Los magistrados Barceló y Hernández, en clara violación a los principios éticos de la justicia, siendo el primero presidente de la Corte, agitaron ampliamente el caso contra mi persona en medios de comunicación.
El magistrado Barceló se atrevió a llamar a un programa radial a decir a quienes allí intervenían que yo había renunciado al Senado para evadir la Corte porque ellos me tenían “agarrado”.
11) Los magistrados Barceló y Hernández agitaron en un programa de televisión, de la mayor audiencia, el caso contra mi persona. El magistrado Castro Caballero, al terminar su período en la Corte, asumió el poder de unas personas que me conocen, estas personas le dijeron que tenían buen concepto mío que por qué ese proceso contra mí. Con ligereza contestó que porque yo tenía varios teléfonos. No tengo sino uno.
12) Los tres magistrados que adelantaron el proceso contra mi participaron en la elección de los magistrados que me pusieron preso.
Hoy el exmagistrado Barceló, ante los mismos magistrados que contribuyó a elegir, los que me pusieron preso, según informes de medios de comunicación, defiende políticos. El ejercicio profesional del Dr. Barceló, como abogado litigante, es buscar ante los magistrados que ayudó a elegir, la condena de políticos como mi persona y la absolución de otros.
13) En el medio de abogados y de la justicia se conoce la animadversión del magistrado Luis Hernández contra mi persona.
14) El magistrado Hernández acaba de terminar su período en la Corte y fue promotor de la elección de la nueva fiscal general.
Además, el nuevo fiscal coordinador de fiscales ante la Corte, actuaba como magistrado auxiliar del magistrado Luis Hernández.
15) La nueva fiscal general de la Nación, además, ha trabajado muy cercana al Ministro de Defensa.
Fue su segunda en la misión de Guatemala, que yo critiqué bastante. No obstante, mi prudencia, que ha llegado hasta el punto de no mencionar al ministro de Defensa en este tiempo del Gobierno Petro, para nadie es un secreto la animadversión del señor ministro para con mi familia y para conmigo. Además de las causales taxativas de impedimentos, también hay causales éticas en las circunstancias políticas de Colombia.
16) El magistrado ponente de mi encarcelamiento, César Reyes, trabajó con el Gobierno Santos en el proceso de La Habana, del cual yo fui uno de los más visibles opositores. El día de la indagatoria se jactaba haciendo entrar periodistas a la Corte, incluso fotógrafos, a la sala donde sucedía la diligencia.
El magistrado César Reyes fue compañero de trabajo de la esposa de mi acusador el senador Cepeda.
El magistrado César Reyes fue muy activo para aceptar la recusación contra una magistrada que había sido integrante del ejército, pero nunca tuvo la decencia de revelar sus impedimentos políticos, que claramente son impedimentos éticos.
MI ÚNICO AFÁN FUE BUSCAR LA VERDAD Y VERIFICAR LOS INFORMES QUE ME LLEGABAN DE MANIPULACIONES DE POLÍTICOS PARA AFECTAR MI REPUTACIÓN
17) El famoso testigo Monsalve, puesto preso y condenado por la justicia por secuestro y otros delitos durante el gobierno que presidí, dio la declaración al senador Cepeda, en contra de mi hermano y mi persona, 14 años después de haber terminado mi período como gobernador de Antioquia. En otro proceso dijo que no me conocía y además nada declaró en mi contra.
18) Otro testigo, Alberto Guerrero, alias Pipintá, puesto preso y condenado por la justicia durante el gobierno que presidí, también le declaró al senador Cepeda, pero expresó ante la Fiscalía que lo que sabía de mi era por rumores que había escuchado. Es evidente la amistad del senador Cepeda con el testigo Monsalve. Por lo menos están en evidencia siete reuniones entre ambos, además, está probado, y no refutado, que el senador Cepeda intervino para que al testigo Monsalve no lo trasladaran a la cárcel de Valledupar.
19) Prueba de que nunca tuve interés en buscar al testigo Monsalve es que entre 2011, cuando le dio esa declaración al senador Cepeda y 2018, nadie lo buscó en mi nombre. Cuando en 2018 fui informado de que ese testigo se quejaba de haber mentido contra mi hermano y contra mi pedí al abogado Cadena que verificara esto.
20) Como lo he dicho a lo largo de estos años lo único que hice fue buscar que se verificaran las informaciones que me llegaban.
21) La Corte ordenó interceptar el teléfono de otra persona, pero interceptaron el mío, ya tarde aceptaron el error y me desconectaron. Es clara la premeditación para interceptar mi teléfono, como lo acredita que después de que el operador dijo que aparecía la voz mía y no la de la persona cuya interceptación ordenaron, la Corte ordenó que continuarán.
Unas interceptaciones ilegales a mi teléfono no han tenido ningún efecto frente a los magistrados que las ordenaron y mantuvieron.
22) Todas las pruebas que se recaudaron se enviaban a la Corte, sin modificaciones y sin ediciones.
Incluso para que no hubiera modificaciones se mandaban las que estaban en manuscritos.
Sin embargo, la Corte presumió, que eso se le mandaba para inducirla a engaño.
23) Siempre pedí la verdad. Nunca pedí mentir, ni callar. El pedido de verdad, que obra reiteradamente en las intervenciones, llevó a la Corte a presumir que eso era una apariencia de mi parte.
24) Este juicio lo adelantan por presunciones políticas, por animadversiones personales, por venganzas políticas, sin pruebas que permitan inferir que yo buscaba sobornar testigos o engañar a la justicia.
25) Jamás se me ocurrió llamar al magistrado Álvaro Hernán Prada, entonces representante a la Cámara para que me ayudara en este caso. A él lo abordaron en Neiva con una razón del testigo Monsalve. Incluso en esta etapa, mi defensa presentó sábanas de llamadas telefónicas que demuestran que tampoco de mi oficina del Senado lo habrían llamado. Jamás he involucrado personas a delinquir, menos a personas de la edad de mis hijos.
26) No conozco a Juan Carlos Sierra, el Tuso. Lo extradité. Las visitas de Cepeda y Piedad Córdoba a cárceles de Estados Unidos son hechos que han tenido notoriedad. También ha tenido notoriedad que les preguntaron a los paramilitares extraditados por presuntas relaciones mías con el paramilitarismo. Además, ofrecieron beneficios.
¡Qué diferencia en el tratamiento!, a mis acusadores les permiten de todo, y a mí me acusan sin pruebas por soborno de testigo y engaño a la justicia.
27) Ha quedado claro en este proceso el origen de las menciones que han hecho personas sobre el exfiscal Montealegre, cuya rabia política contra mi persona y mi familia, también es notoria.
ESTA MANIPULACIÓN EN CONTRA DE MI PERSONA DA SEÑALES DE HACER PARTE DE LA MOTIVACIÓN PARA UN ACUERDO DE PAZ TOTAL O LEY DE PUNTO FINAL. ENTONCES QUE LES PERDONEN A LOS DELINCUENTES, COMO LO HICIERON CON LAS FARC, Y LO JUSTIFIQUEN CON LA FICCIÓN DE PERDONAR A QUIENES NO HEMOS DELINQUIDO
28) Con todo esto, coincide la traída de Mancuso, a quien yo extradité, y que recibió las visitas de mis acusadores en cárceles de los Estados Unidos.
29) Ha sido tanta la manipulación en mi contra que el señor Mancuso no quiso declarar en mi caso sacando disculpas inaceptables. Tampoco declaró Monsalve y la supuesta víctima Deyanira. Pero las declaraciones de Monsalve y otros en el juicio contra el doctor Diego Cadena habrían sido más que suficientes para que la Fiscalía desestimara cualquier posibilidad de acusarme.
30) Quieren y necesitan igualar a quienes hemos defendido la democracia y la ley con los delincuentes.
¿DÓNDE ESTÁN LAS PRUEBAS CONTRA MI PERSONA?
31) No tienen pruebas para desmentir que el Dr. Andrés Arias me dijo en un juzgado de Estados Unidos que en la cárcel donde él se encontraba, personas extraditadas por mi Gobierno afirmaban que el caso contra mi hermano era una venganza por la extradición. ¡Acaso yo le inicié el tema al doctor Andrés Arias!
32) No tienen manera de negar que el Dr. Abelardo de la Espriella, por pedido mío, simplemente confirmó esas versiones con los presos. ¡Acaso yo manipulé al doctor de la Espriella!
33) No tienen una sola prueba para decir que yo inicié o manipulé a los presos de Miami. Estas personas, en documento apostillado por el Consulado de Colombia, ofrecieran a la fiscalía declarar sobre el caso de mi hermano y sobre el asesinato del Dr. Álvaro Gómez Hurtado, que está en la impunidad como también la financiación de Odebrecht a Santos. Reclamo que esas declaraciones la Justicia nunca las recibió.
34) No tienen manera de desmentir que fue Vicky Jaramillo, sin intervención alguna de mi parte, quien me informó sobre el propósito del preso Monsalve, de corregir la mentira. Por eso pedí al Dr. Cadena la verificación.
35) Para acusarme ignoran que jamás inicié, ni concebí ni ordené ofrecer beneficios a presos, menos para que callaran o mintieran.
36) De dónde sacan que yo determiné, con la ayuda de personas, para que se sobornara a testigos o se engañara a la justicia. Mi único antecedente con Juan Carlos Sierra, el Tuso, fue extraditarlo.
Según la acusación, en este caso yo habría manipulado a Juan Carlos Sierra, o a quienes me informaron sobre sus comentarios de la visita de los doctores Cepeda y Córdoba a la cárcel donde pidieron información de mis vínculos con los paramilitares y ofrecieron beneficios. Me acusan a pesar de las reiteradas afirmaciones de los doctores Roque Arismendi y Juan Manuel Aguilar en el sentido que ellos tomaron la iniciativa de informarme sobre el relato que Sierra hacía de la visita carcelaria. Y todo se dio en las circunstancias de tiempos políticos, cuando algunos, como el Senador Cepeda, basaban su campaña en el atentado permanente contra mi honra.
37) De esta acusación también se infiere que yo me habría aliado con una fiscal presa que no conozco para que ella me ayudara acusando montajes de los doctores Montealegre y Perdomo.
No hay una sola prueba que pueda invocarse para afirmar que la iniciativa fue mía, directamente o a través del doctor Cadena.
38) De acuerdo con el esquema general de la acusación, yo habría organizado un complot para que los presos de Cómbita, algunos exmiembros de la Oficina de Envigado, relataran, en medio de la discusión política, que el senador Cepeda y Mercedes Arroyave, quien ha huido de este proceso, acudieran a preguntarles por mis supuestos vínculos con paramilitares y a ofrecerles beneficios. Además, los presos aclararon que les solicitaron la reunión para indagar sobre unas fosas, pero el tema fue preguntar por mi hermano y mi persona, la relación con paramilitares y la oferta de beneficios. Para acusarme desestiman todas mis acciones como presidente en contra de la Oficina de Envigado.
39) ¿Acaso yo me inventé la presencia del reinsertado Mosquera, en Pacho, Cundinamarca, donde me dijo que el senador Cepeda y el hoy ministro Iván Velásquez lo habrían abordado para preguntarle por mis vínculos con paramilitares?
40) La acusación copia la providencia del magistrado Reyes, quien supone contra la evidencia, que al pedir yo que todo lo recaudado se enviara a la Corte, lo que pretendía era engañar a la justicia.
Significa esto que yo habría tenido que guardar todo el acervo probatorio, que no debí mandarlo a la Corte, la institución competente para examinarlo.
41) La acusación se suma a los magistrados que consideraron que yo carezco del derecho a defender mi honra; que si lo hago, soborno testigos y engaño a la justicia.
42) Después de las dos solicitudes fallidas de preclusión, todas las nuevas pruebas practicadas me favorecen; sin embargo, las desestimaron, me acusan.
43) Me abren las puertas de la cárcel sin pruebas, con las pruebas al contrario, por suposiciones, ánimos políticos y la necesidad de igualar a quien no ha delinquido con quien lo ha hecho.
Miércoles 10 de abril de 2024.