El exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo Abondado, conversó con SEMANA sobre la economía del país. El académico analizó la posibilidad de una nueva reforma tributaria, el síntoma de las finanzas de la nación; y cuestionó el gasto del Gobierno de Gustavo Petro.
SEMANA: El presidente Gustavo Petro anunció que está pensando en presentar una nueva reforma tributaria al Congreso, ¿ve viable esa posibilidad?
JOSE MANUEL RESTREPO (J.M.R.): Lo primero que hay que hacerse como reflexión es qué busca la reforma tributaria y no tenemos ninguna claridad. Hubo una aproximación en el pasado, en el sentido de que la reforma tributaria buscaba disminuir los impuestos a las personas jurídicas. Si ese es el propósito de la reforma tributaria, la siguiente pregunta es si es viable, y la conclusión a la que llego es que eso no es viable, porque tendría uno que encontrar una fuente alternativa a ese recaudo que deja de recibir el Estado y en este momento eso no parece muy fácil, generaría una preocupación adicional en el sector productivo. Lo que estamos viendo es que seguramente esa reforma tributaria, si al final entra al Congreso de la República, corre el riesgo de que termine buscando un mayor nivel de recaudo para atender una cantidad de necesidades de gasto público, que en este momento viene creciendo de manera desbordada en el país. Es una propuesta desacertada, en este momento la mejor reforma tributaria posible es crecer. Además es mucho más rápida, no hay que esperar hasta el próximo año.
SEMANA: El presidente Gustavo Petro dijo que el expresidente Iván Duque dejó endeudado al país y que esa sería una de las razones por las que tiene que presentar este tipo de iniciativas. Y comparaba lo que pasó con la pandemia. Usted que hizo parte de ese Gobierno, ¿fue así?
J.M.R.: A diciembre de 2019 Colombia recuperaba de nuevo el superávit fiscal primario, lo cual fue un éxito, porque se lograba después de 8 años en los que Colombia no tenía ese resultado. Esa, entre otras, animaba un poco por un crecimiento que era el que más aceleraba los países de la OCDE en ese momento. Llegó la pandemia y, como sucedió en Estados Unidos, Alemania, Italia, España, Australia, a los demás países de América Latina, todos tuvimos que enfrentar un fenómeno y un choque económico brutal, que fue esa pandemia del covid 19.
¿Cómo lo hicimos? Incrementando el déficit fiscal y la deuda pública, porque se disminuyeron los ingresos y se multiplicaron los gastos, porque necesitábamos atender las vacunas, las UCI, el subsidio a la nómina, los subsidios y las garantías por parte del Estado para los créditos para el sector empresarial, los programas de transferencia monetaria sociales, entre muchos otros. Todo eso implicó recursos gigantescos, pero una vez terminada la pandemia arrancó el ajuste fiscal más grande de la historia del país, que fue una reducción en déficit fiscal. Fue iniciado en nuestro Gobierno, debo decir, a diciembre de diciembre de 2023 Colombia casi logra superar el fiscal primario de nuevo, muy cerquita de eso, y logró tener un nivel de deuda con relación al PIB que estaba por debajo del límite inferior ancla de deuda pública en relación al PIB que prevé la regla fiscal. El problema es que en el 2024, y esto arrancó un poco en el 2023, el gobierno actual está aumentando el nivel de deuda pública con respecto al PIB, después de tres años de disminución. Eso se nota en los datos, está aumentando del 53 al 57% de la deuda pública con respecto al PIB. Quien está aumentando la deuda es el gobierno Petro. Llevábamos tres años de disminución, y debo decir, gracias también al Gobierno actual pero desafortunadamente en el 2024 todo cambió porque el nivel de gasto está llevando en relación al PIB a un nivel similar al que tuvimos en pandemia. Tenemos en proporción al PIB, el nivel de gasto que teníamos en una pandemia y no estamos en una pandemia, es como si el gobierno se estuviese convirtiendo en una pandemia por el derroche, por el exceso de gasto público. Cuando uno tiene entonces un nivel de gasto de esas proporciones, y cuando los ingresos son inciertos, porque en el presupuesto de este año se metieron, por ejemplo, arbitramiento de litigio, un rubro en donde no existía ni siquiera fundamento legal para ponerlo, evidentemente está en una situación difícil. Y si además le agrega desaceleración en el crecimiento y el recaudo no está cumpliendo metas y por el contrario está disminuyendo en términos reales, como estamos viendo en estos meses de 2024, pues es una situación muy difícil. Creo que el Gobierno Petro tiene que acelerar el crecimiento, pero sobre todo ser más prudente en el gasto. Estamos en un nivel de gasto insostenible y no podría calificarse de una manera distinta a derroche.
SEMANA: ¿Por qué Petro es el “papá” del gasto primario?
J.M.R.: La proporción de gasto primario con respecto al PIB del año 2024 es similar a la proporción de gasto primario con respecto al PIB de pandemia, donde sí necesitábamos más gastos primarios para atender la vacunación, el fortalecimiento del sistema, beneficios al sector empresarial afectado, los que estaban en situación de pobreza y a los afectados de situación de informalidad.
SEMANA: ¿Cómo se podría corregir el incremento de la deuda?
J.M.R.: La única forma de corregir el aumento en deuda pública es ser prudente en el nivel de gasto primario y eso significa hacer recortes. Creo que estamos desacerbando el gasto en contrataciones, prestación de servicios, en una cantidad de transferencias que no se necesitan, en una cantidad de recursos destinados a distintos rubros que en este momento no se necesitan. Y están demostrando que el nivel de presupuesto general de la Nación de 2024 es excesivamente para la capacidad del Estado financiarlo. Y eso se agrava porque la desaceleración en el crecimiento de la economía le reporta un costo al país en términos de menos ingresos recaudados tributariamente.
SEMANA: ¿Por qué dice que la estatización será el peor legado que deje el gobierno Petro?
J.M.R.: Mucho nos costó como país superar ese modelo de estatización que teníamos en los 90′s, en donde por ejemplo el 90 % del PIB minero estaba estatizado, lo mismo el 30 % del sector financiero y el 15 % del sector manufacturero, y en ese momento veíamos compañías con sobrecostos de más del 40 % burocratizadas, politizadas, con reclamos de corrupción evidentes, problemas de Gobierno, un deterioro en la prestación del servicio y ahí hay ejemplos como el Seguro Social, la Caja Agraria, Telecom, entre otras.
Empecé a ver este inicio de proceso de estatización cuando el Gobierno empezó a hablar de regulación de servicios públicos. Empecé a ver esos signos con ese borrador de decreto de liquidación del presupuesto de la nación que se metía con las vigencias futuras, que en el fondo es afectar el modelo de APPs, que ha demostrado ser un mecanismo maravilloso para traer inversión privada a las construcciones. Pero lo más reciente en materia de salud confirma la hipótesis, lo que estamos viendo es que por la vía de intervención y en algunos casos de liquidación estamos estatizando el sector de la salud y me parece que eso puede ser un retroceso. Eso no termina allí, estamos viendo el mismo fenómeno en la estatización del modelo pensional, que como está diseñada pone en entredicho la función de las AFP y le entrega el manejo de ese ahorro pensional al Estado. Y hay un borrador en el Congreso de la República para lograr esa integración y de ISA y en el fondo significará casi que monopolizar el sector eléctrico. Ese es un legado que es muy costoso para Colombia.
SEMANA: Quedan dos años largos del gobierno Petro, ¿la economía empeorará?
J.M.R.: Hasta diciembre de 2023 el Gobierno había hecho cosas muy buenas, ha sido juicioso en el manejo macroeconómico. Creo que decisiones como ir cerrando los diferenciales de precios en el sector de combustibles es positivo. Creo que lo que se hizo incluso para disminuir el déficit fiscal siguiendo el camino que trazamos en los marcos fiscales anteriores y continuando en la senda en que nosotros arrancamos de disminución del déficit y al deuda en relación al PIB fue positivo. Las cifras de empleo mostraban cifras mejores, incluso antes de la pandemia. Mi preocupación arranca en los últimos meses de 2023 cuando empiezo a ver sectores muy afectados, el comercio, la industria, el turismo interno, la vivienda, en parte por decisiones de política pública en algunos de esos sectores.
Veo que se complementa con un profundo deterioro de la inversión privada que representa el 80 % de la inversión de Colombia. Cuando uno no tiene inversión en un país como este, lo que hace es que detiene el crecimiento de la economía. En este 2024 la noticia económica más importante va a ser que la inflación al cierre del año va a estar muy cerca o en el borde máximo de la meta del Banco de la República.
Lo que ha faltado es que se puede recuperar y contribuir con ideas aún desde perspectivas distintas para que el país salga adelante, que es lo que nos tiene que preocupar a todos los colombianos, no solo al Gobierno, se necesita más consenso y construcción de diálogo genuino con el Gobierno y eso arranca por las reformas.