Uno de los partidos políticos que pone el contrapeso a los contenidos de las reformas sociales del gobierno de Gustavo Petro, que se están aprobando en el Congreso de la República, es el Centro Democrático, del cual hace parte el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

En particular, su opinión sobre la reforma laboral, como va hasta ahora, luego de ser aprobada en segundo debate en la Cámara de Representantes, es clave, ya que muchos de los argumentos que se esgrimen en los estrados del Congreso, de parte de los defensores del proyecto legislativo, se refieren a lo que consideran como la necesidad de devolver los derechos laborales a los trabajadores, que habrían sido quitados en las administraciones del exmandatario.

De ahí que valga la pena resaltar el pronunciamiento hecho por Uribe sobre la reforma, que salió de la plenaria de la Cámara con 81 artículos, contando los eliminados y los nuevos.

Para el expresidente, la reforma tiene un punto bueno, uno malo y también una generalidad: pérdida de competitividad.

¿Qué es lo bueno para Uribe?

De acuerdo con el pronunciamiento hecho por el expresidente, le abona a la reforma laboral el hecho que se haya atendido una vieja solicitud que tenía de tiempo atrás el Centro Democrático, su partido. Se trata de las medidas relacionadas con las plataformas digitales, de manera que puedan utilizar una forma de contratación especial para la fuerza de trabajo que requieren.

Eso sí, en ese punto, resaltó que esas personas que devengan su ingreso de un carro que ponen en plataformas de transporte o el joven que trabaja en Rappi como repartidor puedan tener su afiliación a la seguridad social.

Reforma laboral en el Congreso de la República. | Foto: SEMANA

El punto malo

Para el exmandatario y líder del Centro Democrático, lo malo de la reforma es que hayan acabado con el contrato sindical. Según lo que está inscrito en el Código Sustantivo del Trabajo, en la actualidad, el contrato sindical es “un vínculo jurídico de naturaleza laboral del que hace parte uno o varios sindicatos, con el fin de prestar un servicio o ejecutar una obra a favor de un tercero con el apoyo de los trabajadores afiliados al mismo sindicato”.

A juicio de Uribe, ese borrón implica quitar “esa gran expresión de solidaridad, que permite que la organización de los trabajadores y la empresa hagan acuerdos de manera libre”, para poder atender las necesidades productivas a través de tercerización o contratación por picos de demanda, señaló.

La ministra de Trabajo, Gloría Ramírez, participó de las discusiones sobre la reforma laboral en el Cámara. | Foto: El País

Según Uribe, la experiencia en el país, con el contrato sindical, ha demostrado que “hermana a la empresa con el trabajador” y genera solidaridad mutua.

El análisis en conjunto de la reforma

De acuerdo con lo expresado por Uribe, la reforma laboral debe ser analizada en su conjunto, pues cada ‘grano de arena’ pesa y puede restar a la competitividad.

Es así como señala que este es un país lleno de impuestos, que empieza a reducir sus posibilidades de tener reservas pensionales, teniendo en cuenta que la población se está envejeciendo y predomina el sistema, según el cual, los que trabajan aportan para su futuro y en el presente, con esos recursos, se cubren parte de la necesidad de financiación de las pensiones que ya están vigentes.

Debate de la reforma laboral en Cámara de Representantes. | Foto: Guillermo Torres Reina - Revista SEMANA

En ese contexto, Uribe señaló que la reforma debe ser vista, en conjunto, con otras iniciativas que avanzan en el Congreso, como la reforma a la salud. “Hoy, la crisis a la que han llevado los hospitales y las EPS, están frenando la atención en el servicio”, manifestó.

El golpe fuerte a pequeños empresarios

Dentro de lo señalado por el exmandatario, uno de los golpes fuertes de la reforma laboral es para los pequeños empresarios, que terminarán optando por no contratar, ante la imposibilidad de pagar los recargos y costos adicionales que trae consigo el proyecto de ley aprobado.

En consecuencia, a juicio de Uribe, en ese contexto, la reforma conduce a que el país pierda competitividad.