SEMANA: ¿Cuál es la importancia de este encuentro de Concordia en Guyana?
Iván Duque (I. D.): Es la segunda Cumbre de Concordia por la Amazonia, la hacemos en Guyana, un país amazónico, carbono negativo. Tiene más del 90 % de su territorio en selva tropical húmeda, una estrategia de desarrollo baja en carbono, ha puesto la conservación y la protección de la biodiversidad como una de las piedras angulares de su estrategia de desarrollo.
SEMANA: Hay un anuncio de Guyana en el marco del encuentro que tiene que ver con la protección de sus áreas, las va a duplicar. ¿En qué consiste?
I. D.: Una de las tareas que nos hemos fijado desde la iniciativa de Concordia es promover la protección del territorio y es parte también del trabajo que adelanto hoy en día con el Fondo Bezos para la Protección de la Tierra. Es lograr que más países se unan a lo que se conoce como el 30 por 30, que es lograr que al menos el 30 % de los territorios estén legalmente declarados y protegidos y tengan una protección efectiva.
En este caso veníamos trabajando con el presidente Ali y con su equipo, y es muy importante lo que él ha anunciado, va a duplicar las áreas protegidas para finales del año 2025, comienzos de 2026, y va a lograr el 30 % para 2030.
Es un compromiso muy grande por parte de Guyana y lo recibimos como uno de los principales resultados de esta cumbre. Nos llena también de orgullo que Guyana quiera liderar lo que a todas luces debe ser una alianza global por la biodiversidad donde se puedan reunir los países más megadiversos y puedan definir una estrategia. No solamente para medir y valorar el patrimonio de la biodiversidad, sino también para proteger efectivamente y crear vehículos de movilización de recursos que les permita a los países proteger su biodiversidad y también su selva tropical húmeda que, además, es necesaria para enfrentar los retos del cambio climático.
SEMANA: De las lecciones de Guyana, usted destaca lo que ha hecho ese país en materia de protección y conservación, ¿qué podría replicar Colombia?
I. D.: Hay dos cosas que han funcionado bastante bien. Una, que Guyana tiene una estrategia de desarrollo baja en carbono. Colombia de alguna manera también dio muchos pasos durante nuestro gobierno para tener la ley de acción climática.
Guyana es hoy un país carbono negativo. Colombia ya fijó una hoja de ruta para ser un país carbono neutral hacia el año 2050, pero hay muchos elementos de la forma en la que Guyana trabaja con comunidades indígenas, la forma en la que también protege a través de servicios ecosistémicos una parte de su territorio, ese es un modelo replicable en países como Colombia.
SEMANA: ¿Qué espera que surja del encuentro de Concordia en Guyana?
I. D.: Hay tres grandes mensajes. El primero es que Guyana va a duplicar las áreas protegidas para diciembre del año 2025. Segundo, Guyana va a liderar y convocar a los países más megadiversos para construir esta alianza global por la biodiversidad y que tiene como eje central empezar en el territorio amazónico. Y tercero, que es muy importante, hay que promover los mecanismos de financiamiento para la protección de la biodiversidad.
Hay instrumentos financieros que son cruciales. Los canjes de deuda por protección de la biodiversidad y la protección de la selva, las líneas de garantías para acceder a financiamiento de largo plazo orientado a la protección de la biodiversidad. Y que los países como Guyana puedan acceder a mercados internacionales a través de bonos de biodiversidad, mecanismos de financiar de largo plazo a cambio de las acciones de protección de la biodiversidad amazónica. Creo que esos son tres de los grandes mensajes que esperamos surjan de acá y, obviamente, una hoja de ruta de cara a la COP30, el año entrante en Brasil, y, por supuesto, de cara a las conversaciones que tendrán lugar en la COP16, en Colombia, en materia de biodiversidad.
SEMANA: ¿Qué papel desempeña Colombia en este tipo de encuentros?
I. D.: Estoy al frente de la iniciativa Concordia por la Amazonia y lo hacemos porque hay un liderazgo que se reconoció en la tarea que emprendimos durante nuestro gobierno.
Colombia logró proteger más del 30 % de su territorio, no en 2030, sino en 2022. Fue el primer país de ese hemisferio y el segundo en el mundo en tener una taxonomía verde que permite desarrollar herramientas de financiamiento vinculadas a los logros en materia de acción climática.
El pago por servicios ecosistémicos tiene que ser un vehículo que pueda ser replicado y escalable también en otros países. Es muy importante vincular al sector privado en la protección de la biodiversidad, de tal manera que, a través de bonos de biodiversidad, de mecanismos de garantías y canjes de deuda, Colombia pueda asesorar la implementación de estas medidas en otros países y eso es lo que estamos haciendo a través de la iniciativa Concordia por la Amazonia.
SEMANA: Hay preocupación en Colombia por el futuro de la realización de la COP16 en Cali, por la logística, por la seguridad, por la falta de compromiso del Gobierno Petro. ¿Qué información tiene usted y qué se debería hacer?
I. D.: Hay una preocupación porque hasta la fecha no se ha presentado bien la agenda temática ni tampoco cuáles son los objetivos para lograr durante la COP.
Esa es una preocupación que la han manifestado públicamente varios países. También hay una preocupación sobre cuáles van a ser los resultados en términos de seguimiento a las metas del 30 por 30 que vienen desde Montreal a finales de 2022.
Creo que la otra gran conversación es, y ojalá se pueda estructurar, cuáles van a ser los mecanismos efectivos para movilizar los recursos que se requieren para proteger la biodiversidad, toda vez que el mundo ha perdido, en los últimos 50 años, casi el 70 % de la vida silvestre. Y fuera de eso, el uso negativo de la tierra y la deforestación son hoy en día la segunda mayor causa de gases de emisión de efecto invernadero. Sobre esas dos materias hay una gran expectativa de qué se va a discutir y qué se espera lograr.
SEMANA: ¿Cree que la cumbre va a salir adelante?
I. D.: Las cumbres como la COP tienen dos grandes elementos. No es un evento del país como tal, desde el punto de vista conceptual, porque es un evento de Naciones Unidas.
Los países, y sobre todo el país que ostenta la presidencia, debe liderar la agenda temática y, sobre todo, la agenda de discusión y los objetivos a alcanzar en términos de consensos. Ahí es donde se puede estar fallando en este momento.
Yo espero, por el bien y la imagen de nuestro país, que esto se pueda resolver, porque al final del día no es un asunto político, partidista, ideológico... la biodiversidad no tiene ideología. Hay que avanzar y contribuir a que las discusiones permitan seguir dando pasos sólidos y eficaces para que haya una protección efectiva de al menos el 30 % de nuestro planeta.
De hecho, hoy en día estamos lejos de esa meta, no estamos ni siquiera en el 16 %, entonces que haya una hoja de ruta para que más países protejan el 30 % es esencial y es una forma de darle continuidad a lo que se discutió en Montreal.