La relación entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) se está enfriando como consecuencia de algunas decisiones de la Casa de Nariño que, según los líderes de los educadores públicos en Colombia, afecta sus intereses.
El más reciente episodio de discordia de los maestros con Petro es la reforma a la educación.
La molestia, entre otras, obedece a que el petrismo logró consensos con los sectores de oposición para aprobar la iniciativa en tercer debate en la Comisión Primera del Senado, pero bajo ciertas consideraciones, entre ellas, una evaluación a los educadores que, en adelante, no se realizaría entre ellos, sino por parte de los estudiantes. Este punto, en caso de aprobarse, pondría en desventaja a los maestros. El senador de Cambio Radical, David Luna, defendió ese punto.
“No hemos rechazado el diálogo, hay seis puntos muy importantes que hemos venido planteando, estamos en disposición. Queremos quitar esos puntos que nos están generando controversia. No estamos de acuerdo que esa ley para fortalecer la educación pública se privatice, se fortalece la educación privada”, dijo Domingo Ayala, presidente de Fecode.
La molestia es tal calibre que los educadores de Colombia entraron en paro desde este miércoles 12 de junio. Iniciarán con el cese de actividades y protagonizarán algunas jornadas de movilización, pero el lunes 17 tienen programada la gran toma a Bogotá. Docentes de todas las ciudades del país se concentrarán en la capital.
El problema es que si el Gobierno elimina algunos de los puntos de la ley estatutaria que incomodan a Fecode las cuentas en el Congreso se desbaratan y el proyecto de reforma podría hundirse en el legislativo. La ministra Aurora Vergara tendrá que sopesar entre el poder de las calles y el del Capitolio.
Lo cierto es que Fecode le ha venido mostrando los dientes al presidente Gustavo Petro, pese a que en la campaña presidencial lo financió con 500 millones de pesos, un aporte en un cheque que se convirtió en todo un problema para el hoy jefe de Estado y que llevó a los magistrados del Consejo Nacional Electoral, Álvaro Hernán Prada y Benjamín Ortiz, a formular un pliego de cargos contra la campaña porque esa millonaria cifra no fue reportada a Cuentas Claras.
Aunque los maestros protagonizaron un feliz matrimonio con Petro, la relación se ha ido desgastando. De hecho, la primera amenaza de ruptura ocurrió cuando el Gobierno Nacional intentó modificar el sistema de salud de los profesores, pero no funcionó. La improvisación le costó la cabeza al entonces presidente de la Fiduprevisora, John Mauricio Marín.
Fecode ha demostrado a lo largo de la historia que sus intereses están por encima de las afinidades políticas. Por eso, más allá de invertir 500 millones en la campaña de Gustavo Petro y responder ante la justicia por esos dineros, están dispuestos a salir a las calles y hundir la reforma a la educación, tal y como está redactada, así le generen un nuevo desgaste al jefe de Estado.