La vicepresidenta Francia Márquez pasó de ser el fenómeno político en la campaña presidencial a tener un papel más bien secundario en la administración de Gustavo Petro.

En el mes y una semana que lleva el nuevo gobierno, la vicepresidenta ha tenido poca figuración. Petro le prometió que dirigiría el Ministerio de la Igualdad, una entidad cuya creación avanza a paso de tortuga, ya que no es una prioridad en la agenda legislativa.

La situación llegó a tal punto que algunos sectores empezaron a hablar de una supuesta fractura entre Márquez y el presidente Petro. Sin embargo, la Casa de Nariño respondió a estos rumores con un decreto en el que se le asignan funciones específicas a la vicepresidenta.

Quien dio a conocer las asignaciones de Francia Márquez durante los próximos cuatro años fue Mauricio Lizcano, el director del Departamento Administrativo de Presidencia de la República (Dapre), en su cuenta en Twitter, en la que compartió: “El presidente Gustavo Petro, mediante el Decreto 1874, delegó importantes funciones en la vicepresidenta con el objeto de construir equidad para lograr la paz total”.

El decreto deja claro que Márquez tendrá a su cargo toda la política de igualdad del Gobierno y la coordinación institucional para la protección de las comunidades LGBTI, los afro y las personas con discapacidad.

Sin embargo, a pesar de que su labor será transversal, por ahora no tendrá a cargo alguna entidad en específico, más allá de la Vicepresidencia, por lo que no tendrá presupuesto propio asignado y no será ordenadora de gasto. Eso sí, podrá llamar al orden a las entidades, exigir resultados y ejercer liderazgo.

Por ejemplo, una de las 15 funciones que le fueron entregadas fue la de coordinar la implementación del Fondo para el Desarrollo del Plan Todos somos PAZcífico.

Este plan cuenta con cuantiosos recursos para invertir en el Pacífico colombiano, provenientes de partidas del presupuesto nacional, aportes de entidades territoriales beneficiarias, donaciones, entre otros, pero es administrado por la Unidad de Gestión del Riesgo, por lo que el presupuesto no será ejecutado por la vicepresidenta.

Márquez también tendrá a su cargo dos aspectos claves que vienen desde el gobierno de Juan Manuel Santos: el seguimiento al Acuerdo del Paro Cívico de Buenaventura y coordinar la implementación de los compromisos del capítulo étnico del Acuerdo de Paz.

Y, además, “deberá presidir la Comisión Intersectorial de Alto Nivel para la protección inmediata de las comunidades afrodescendientes y los pueblos indígenas Awá y Eperara-Siapidaara que habitan el Pacífico nariñense”.

Estas labores implican la interlocución con varias entidades del Estado y son una reivindicación para las comunidades afro, que son las directamente impactadas con estas dos líneas de trabajo. Básicamente, Márquez tendrá que sentar a las entidades involucradas para que cumplan los compromisos.

Otra de las líneas de trabajo de la vicepresidenta y en la que tendrá un papel preponderante es la creación de una comisión de reparación histórica para superar los efectos del racismo, una labor en la que tendrá que expedir documentos, instructivos, circulares o documentos que considere necesarios para el cumplimiento de las misiones y encargos, así como hacer el llamado a las entidades del Estado para que contribuyan en la construcción de este organismo.

También tendrá la misión de coordinar interinstitucional e intersectorialmente el apoyo al presidente de la República en el diseño de políticas, planes, programas y demás asuntos que promuevan la igualdad de género para las mujeres.

Para ello tendrá que trabajar de la mano con la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer y las secretarías de la mujer municipales.

El decreto también mantuvo algunas funciones que ya tenía la Vicepresidencia bajo el mando de Marta Lucía Ramírez como la de coordinar la política pública relacionada con personas con discapacidad. En este punto deberá trabajar de la mano con la Consejería Presidencial de la Discapacidad.

En todas estas funciones, la vicepresidenta tendrá que tirar línea y llamar al orden a las entidades involucradas con la política de igualdad. Tendrá bastante trabajo, pero sin presupuesto propio, pues cada entidad por su lado ya maneja sus propios recursos.