Este jueves, en un discurso en la base militar de Tolemaida, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, sorprendió al reconocer una preocupante situación de orden público en diferentes regiones del país. Sin asumir ninguna responsabilidad, señaló que el Estado perdió el control territorial y quienes dominan son los grupos armados ilegales. “Antes y después del proceso de paz del 2016, hemos venido en situaciones reales de deterioro en el control de los territorios que tienen que estar a cargo de la fuerza pública”, sostuvo Velásquez. “Nos encontramos además con una fuerza pública disminuida por muchas circunstancias y entonces empezamos a definir cómo incrementamos la capacidad de la fuerza pública”, señaló.
En entrevista con SEMANA, el general Eduardo Zapateiro, excomandante del Ejército, criticó las declaraciones de Velásquez.
SEMANA: ¿Qué significan las palabras del ministro de Defensa, Iván Velásquez, para la fuerza pública?
EDUARDO ZAPATEIRO: Este ministro de Defensa, con sus palabras, está mostrando hoy una fuerza pública incapaz de defender a los colombianos. Una Fuerza Pública débil, que ellos mismos han vuelto así, tal como él cínicamente y sin ninguna vergüenza se atreve a expresarlo. No es capaz de reconocer que el único responsable es él, sin duda alguna. Que no crea ingenuos a los 50 millones de colombianos que hoy estamos viviendo algo que jamás habíamos experimentado ni en los peores momentos de la historia política de Colombia.
SEMANA: ¿Lo que dijo el ministro Velásquez muestra una fuerza pública débil, incapaz de defender a los colombianos?
E. Z.: Claro que así la quiere mostrar. Él mismo debe tener el carácter de responsabilizarse de lo que, de manera descarada, se atreve a decir delante de la tropa, engañándolos con su retórica perversa y mentirosa. Qué tristeza que esto lo diga delante del mando y nadie corrija sus blasfemias e incoherencias.
SEMANA: ¿Cómo queda la moral de la fuerza pública?
E.Z.: ¿Pues cómo va a quedar escuchando estas incoherencias de boca del mismo jefe de cartera? Es que ni siquiera se estima ante sus soldados y ante el pueblo colombiano en estas peligrosas alocuciones. Lo que nos hace ver es su capacidad perversa de iniciar a crear una retórica y se va irradiando. Todos estos bandidos con los que hoy están sentados estaban fuera del país, escondidos y protegidos fuera de nuestras fronteras y ellos los trajeron de vuelta. Entonces que no confunda a la tropa delante de sus comandantes y mucho menos a los colombianos que de ingenuos no tenemos nada.
SEMANA: El ministro Velásquez dice eso pero no asume su responsabilidad.
E.Z.: Esa ha sido siempre su actitud incompetente desde que está al frente de la cartera de Defensa y esto es muy delicado. La moral de las tropas se mide en sentirse respaldados y bien representados y este ministro no ha hecho ninguna de las dos. Ahí radica la moral de las tropas cuando ven a su jefe al frente de los problemas y no huyéndole a las responsabilidades de su cargo.
SEMANA: ¿Quién es responsable de lo que pasa en las Fuerzas Militares?
E.Z.: El Gobierno, en cabeza de su comandante supremo, hoy ausente en todo. Eso también es moral, la presencia de su comandante, lógicamente cuando se es un verdadero líder.
SEMANA: ¿Quién gana con el discurso del ministro Velásquez?
E.Z.: Con ese mal discurso perverso y maquiavélico, y que ha sido siempre su postura, ganan los bandidos. Buscan dejar en la mente, el corazón y la retina de los colombianos un mensaje erróneo el cual difunden nacional e internacionalmente. Escribir una historia totalmente errónea. Por todo lo anterior, como general (r) y excomandante del Ejército Nacional, invito a todos a rodear a la fuerza pública y no dejar que se maltrate y se mancille el honor y dignidad de quienes por más de dos siglos lo han dado todo por esta Nación a cambio de nada. Es muy importante que los pensadores, empresarios, personalidades y políticos de convicciones férreas y patrióticas escriban, hablen y opinen nacional e internacionalmente de todo lo que hoy está ocurriendo en el país y no dejemos que se repitan historias que aquí en nuestro país no tienen cabida.