En medio de las críticas que se han conocido por la designación que hizo el presidente de la República, Gustavo Petro, de Nicolás Maduro como garante de paz en los diálogos de paz con la guerrilla del ELN, el embajador de Colombia en EE. UU., Luis Gilberto Murillo, admitió que existe preocupación del Congreso de Estados Unidos sobre esa situación en particular.

Ante esa situación que genera una alerta en el Gobierno nacional, el funcionario diplomático anunció que se tomarán acciones para explicar ante las autoridades de Estados Unidos los pasos del proceso de reactivación de conversaciones con ese grupo subversivo.

“Si hay algunos sectores, sobre todo del congreso de Estados Unidos, que han manifestado su preocupación, nosotros estamos obviamente dando la información necesaria”, sostuvo Murillo.

Y agregó el alto funcionario del gobierno del Pacto Histórico: “La narrativa, los argumentos, entonces hay discusiones que se están adelantando y lo más importante es que el ambiente de diálogo es un ambiente muy propositivo”.

Aumenta el rechazo

La noticia de que Venezuela será garante del proceso de diálogo entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN no ha caído para nada bien en todos los sectores políticos, desde donde no han escatimado en críticas contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.

Nicolás Maduro y Gustavo Petro. | Foto: SEMANA, AP

“Yo le dije y le estoy diciendo al presidente Gustavo Petro y a Colombia que, una vez más, como lo hizo el comandante Chávez, en su tiempo, para garantizar los Acuerdos de Paz que luego se firmaron, que me tocó participar como garante. Una vez más, presidente Gustavo Petro y a Colombia le decimos que Venezuela acepta el carácter de garante de las negociaciones y de los acuerdos de paz de Colombia con el ELN”, señaló Maduro.

El líder del régimen también aseguró que “pondremos nuestra mejor voluntad, en nombre de Dios, por la paz total de Colombia”.

Esta confirmación desató todo tipo de críticas, no solo porque se ha denunciado que Maduro habría dado refugio y apoyo a miembros de este grupo guerrillero, sino porque el gobierno venezolano tiene serios cuestionamientos por violaciones de derechos humanos.

Uno de los más críticos ha sido el senador Jota Pe Hernández, quien a pesar de pertenecer a la Alianza Verde, colectividad declarada de gobierno, se fue lanza en ristre contra esta decisión y emitió fuertes cuestionamientos a Maduro.

Jota Pe Hernández | Foto: Twitter: Jota Pe Hernández

“¿Cómo puede ser garante de paz, este miserable que ordenó a la GNB (Guardia Nacional Bolivariana) disparar contra venezolanos? A algunos les pasaron las tanquetas por encima, secuestraron y asesinaron políticos y periodistas”, se preguntó Hernández.

Sin embargo, la aceptación de Venezuela como garante se dio luego de una carta entregada personalmente a Maduro por el embajador de Colombia en Venezuela, el exsenador Armando Benedetti, que desempolva protocolos que se firmaron en 2016, los cuales advierten que los negociadores del ELN retornarán a Colombia haciendo tránsito por Venezuela.

“Como es de su conocimiento, con la activa participación de la República bolivariana de Venezuela y otros cinco países en calidad y garantías, se firmó en la ciudad de Caracas en marzo de 2016, un acuerdo y una agenda de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, así como en el mes de abril de este año, unos protocolos, entre ellos el que contempla el retorno a Colombia de la delegación de diálogo de dicha insurgencia, transitando por territorio venezolano”, dice uno de los apartes de la carta.

Y en otro punto indica la comunicación: “Las dos partes hemos llegado a un acuerdo para dar aplicación Cabal y Segura a dicho protocolo, previendo la realización de una pronta reunión en Venezuela a fin de concretar el procedimiento, así como otros pasos para el anhelado restablecimiento de la mesa de conversaciones con esa guerrilla. Por esta razón le solicitamos su activación como país garante, su autorización y cooperación en el proceso que estamos reiniciando”.

Esto se trata de un paso más hacia adelante en la construcción de una mesa de diálogo entre el Estado colombiano y la guerrilla del ELN. Según un portavoz del grupo criminal, las conversaciones podrían iniciar en tan solo “semanas”.