Los pliegos tipo en la contratación pública en Colombia implicaron un avance en la transparencia y en la lucha contra la corrupción. Si bien se han ido modificando con el tiempo, garantizan un estándar que evita irregularidades. El presidente Gustavo Petro se ha metido de lleno en algunas licitaciones, dando la orden de que no se adjudique un contrato en procesos donde clasifique un solo proponente.
Y la última apuesta del Gobierno en torno a la contratación es una reforma a los pliegos tipo en el sector de infraestructura y transporte, que en el momento se encuentra recibiendo comentarios y observaciones por parte de la ciudadanía.
Expertos y gremios del sector han encendido las alarmas sobre las implicaciones que tiene la reforma proveniente de Colombia Compra Eficiente, que tiene como objetivo fortalecer la transparencia en los procesos.
En primer lugar, la Sociedad Colombiana de Ingenieros envió una carta a Cristóbal Padilla Tejada, director de la entidad, expresándole sus reparos sobre el borrador presentado. Piden agregar en el documento de la audiencia efectiva de adjudicación que se aclare que no se tendrán en cuenta ofertas que “no serán evaluadas económicamente por considerarse artificialmente bajas”.
Otro punto clave es el incremento de los índices de liquidez y capacidad organizacional en el proceso de escogencia de una firma contratista. Aseguran que por eso “se está desconociendo la esencia del contrato de obra al pretender restringir participación de profesionales y empresas con experiencia e idoneidad, por supuestas falencias en el ‘músculo financiero’”.
Esas exigencias en capital de trabajo podrían convertirse en “barrera de participación”, así como nuevos requerimientos en términos de patrimonio de la empresa.
Además, reviven los “regalos” de los contratistas como un factor decisivo, en forma de obras de sostenibilidad ambiental y sociales “a costo y riesgo” del contratista. Esto estuvo en la versión dos de los pliegos tipo, pero el gremio de ingenieros pide que todos los gastos sean incluidos dentro del presupuesto. También se elimina el anticipo, lo cual implicaría que menos proponentes se sumen a la licitación.
Hernando Monroy, presidente del gremio, le dijo a SEMANA que “hay que evitar que sean tan restrictivos, que hacen que la gente no participe”. “El llamado es a que promovamos la mayor reglamentación y regulación sobre los procesos de contratación. Que no haya transferencias de recursos a organizaciones no gubernamentales o a entidades que se han creado, para que con sus propios criterios de contratación adjudiquen. Ahí se corre el riesgo de llegar a escenarios de poca transparencia y focos de posible corrupción”, advierte.
Por otro lado, Rafael Fonseca Zárate, ingeniero civil y experto en competitividad y contratación pública, asegura que la reforma podría abrir la puerta a la corrupción. “Este retroceso, por ejemplo en los llamados regalos, corresponde a cosas subjetivas. No se sabe cómo van a calificar cuál es mejor o peor. Inmediatamente, abre la puerta a la corrupción”, dijo el consultor a SEMANA.
El director de Colombia Compra Eficiente, en conversación con SEMANA, asegura que la entidad está en etapa de “escucha y construcción concertada” frente al cambio en los pliegos tipo, que tiene como objetivo mejorar la “actividad contractual” de las entidades.
“La manera en que nosotros creemos que se puede derrotar la corrupción es ampliando el canon de participación democrática en la construcción de los términos de definición, en este caso de unos pliegos tipo que recogen el consenso construido entre muchos actores de la economía del sector de infraestructura y transporte”, indicó. El proyecto sigue en observaciones, a la espera de comentarios de todos los sectores impactados por la medida. Hasta ahora, las críticas son preocupantes.