Luis Gilberto Murillo, el canciller encargado de Colombia, se convertirá desde los próximos días en el ministro de Relaciones Exteriores en propiedad. Así lo confirmó la Presidencia en su página web este miércoles 15 de mayo, cuando publicó su hoja de vida y confirmó la designación de parte del presidente Gustavo Petro.
Murillo llegó a la jefatura de la diplomacia encargada de Colombia hace más de tres meses, cuando la Procuraduría suspendió provisionalmente del cargo a Álvaro Leyva por el escándalo de la licitación de los pasaportes con Thomas Greg & Sons.
Este nombramiento significa un duro golpe a Leyva, quien guardaba las esperanzas de salir triunfante de la suspensión del organismo disciplinario y regresar a su cargo. Sin embargo, no ocurrió.
Recientemente, la Procuraduría prorrogó otros tres meses su suspensión y Gustavo Petro decidió acabar con la interinidad en el cargo; Murillo fue el escogido.
El nombramiento no es sorpresivo. El exsecretario general de la Cancillería José Antonio Salazar, quien salió del cargo porque entregó la licitación de pasaportes a Thomas Greg & Sons, le confirmó en repetidas oportunidades a SEMANA que Murillo había llegado al palacio de San Carlos para quedarse.
Una de las razones es que tan pronto se posesionó, transformó la oficina en la que despachaba Leyva: cambió cuadros, el lugar del escritorio y fue sacando de la Cancillería al grueso de funcionarios de confianza del excanciller.
Se desconoce, al menos hasta la mañana de este miércoles, quién será el nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos, una tarea que venía desempeñando Murillo desde que Gustavo Petro llegó al poder. No está descartado que el diplomático, además de canciller de Colombia, continúe al frente de las relaciones con el gobierno de Joe Biden.
Murillo es cercano a unas de las personas más afines a Gustavo Petro: el embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras; el embajador de este país en Francia, Luis Alfonso Prada, y la hoy directora del Dapre, Laura Sarabia. Los dos primeros organizaron un homenaje por su designación como canciller encargado, pero tuvieron que suspenderla porque estalló el escándalo de los pasaportes en el que Murillo resultó salpicado.
Una de sus primeras acciones de Murillo como canciller encargado fue devolver a José Antonio Salazar, a través de una resolución, las funciones para que contratara y él decidió beneficiar con la licitación a Thomas Greg. Esta decisión, finalmente, fue tumbada por Murillo.
No sabe si el nombramiento de Murillo fue consultado con Álvaro Leyva.
Sin embargo, el presidente Gustavo Petro tendría entre sus planes que el segundo ocupe un papel importante como mediador y asesor en las negociaciones que su gobierno adelanta con la guerrilla del ELN. Históricamente, Leyva ha representado un papel importante en las negociaciones con grupos armados y sabe cómo sortear las crisis.
Murillo ha sido graduado por algunos sectores del Pacto Histórico como un político cercano a Juan Manuel Santos. Fue ministro de Medio Ambiente en su gobierno, además fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, gobernador de Chocó y director general del Departamento Administrativo de la Presidencia en el 2016, según registros de su hoja de vida.