SEMANA: Después de las elecciones, ¿a qué se dedica?

Gustavo Bolívar (G. B.): Mi interés es organizar la Colombia Humana, el partido del presidente Petro, que está dividido en las regiones por decisiones que se han tomado sin consultar a las bases y que no facilitan la labor del Gobierno, pues los partidos son los que dialogan con el pueblo y el jefe de Estado. Al no tener una casa política fuerte, esa interlocución se ha cortado. A mí sí me interesa que se reconstruya.

SEMANA: ¿Llegará al Gobierno Petro? Ya no está inhabilitado.

G. B.: No he tenido esa charla con el presidente, él sabe que estoy dispuesto a echarle una mano donde lo estime conveniente.

SEMANA: Es decir, le gustaría trabajar en el Gobierno.

G. B.: Depende en dónde, uno también tiene que ser consciente de sus limitaciones. Me gustaría algo de ejecución, pero no ha habido una charla con el presidente.

SEMANA: Es decir, le gustaría más un ministerio que una embajada.

G. B.: Embajada no, no estoy en ese plan de ir a vegetar.

SEMANA: Ya habló con Petro después de las elecciones, ¿hicieron el análisis de los resultados?

G. B.: Nos preocupa que el poder electoral siga en manos privadas, que la democracia siga privatizada y que estemos expuestos al resultado que esa empresa privada quiera dar. Por ejemplo, en la campaña a la Alcaldía de Bogotá no tuvimos los recursos suficientes para tener 18.000 testigos, solo tuvimos 3.000. En las otras, uno no sabe nada de 15.000 mesas, solo lo que publican en las redes de actas adulteradas y una cantidad de indicios, pero decir que hubo un fraude, no tenemos cómo demostrarlo. A él sí le preocupa mucho que no tengamos ese control electoral.

SEMANA: ¿Perdió las elecciones por falta de testigos?

G. B.: En el escrutinio lo que hacen es leer las actas de las 18.000 mesas, pero como no tenemos pruebas, uno no sabe si están dando el resultado que es. El software de la Registraduría todavía está en manos privadas, cuando el alquiler vale hasta diez veces más que lo que cuesta fabricarlo. Es lo que hay, un software sospechoso.

SEMANA: Usted reconoció su derrota, ¿Petro también lo hizo?

G. B.: Sí, claro. Lo que pasa es que si uno considera que hay un fraude tiene que demostrarlo y nosotros no tenemos cómo hacerlo. Entonces, el camino es reconocer las cosas para que la democracia fluya.

Gustavo Bolívar Moreno habló de su derrota en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá. | Foto: GUILLERMO TORRES

SEMANA: ¿Su resultado en las elecciones debe leerlo el Gobierno con lupa?

G. B.: Hay dos componentes: de pronto mi terquedad por no haber hecho alianzas con sectores de la política y haberme rehusado a recibir dineros y haber hecho una campaña robusta. Hice una campaña con un préstamo y dos o tres donaciones de amigos, fue una campaña muy barata que costó 2.200 millones de pesos. Aquí juega un tema que al CNE le queda difícil controlar: el dinero debajo de la mesa. A uno le decían que una campaña a la Alcaldía de Bogotá vale de 20.000 a 30.000 millones de pesos. Esas campañas son carísimas, pero todo ese dinero ingresa por debajo de la mesa. Llegan los grandes contratistas, interesados en sacar provecho del nuevo alcalde, y meten mucho dinero bajo la mesa. No quise aceptar eso.

SEMANA: ¿Su baja votación fue más un rechazo al Gobierno Petro que a usted?

G. B.: En parte, hay de todo. La clase media en Bogotá se está derechizando por el alza en el precio de la gasolina, cosas de macroeconomía difíciles de explicar en un mensaje en X. Ahí es donde está mi reclamo a las comunicaciones del Gobierno en el sentido de que esas medidas, que son correctas porque si no el país se estaría hundiendo, hay que saberlas explicar. Hay que tener comunicadores que sepan trasladar un discurso macroeconómico a uno masticable para la gente y eso no se ha hecho.

SEMANA: ¿Usted imaginó su resultado?

G. B.: Sabíamos que íbamos a quedar segundos, no de terceros. Fue una cosa sorpresiva.

SEMANA: ¿Los líderes del Pacto Histórico lo apoyaron?

G. B.: Todos apoyaron, pero obviamente uno siente que faltó un poco de fuerza.

SEMANA: ¿Perdió por las intervenciones de Petro sobre el metro de Bogotá?

G. B.: Es una suma de cosas. Fue desafortunado que coincidiera el viaje de él a China con la última semana de elecciones porque él lo que ha querido es mejorar el metro. Claudia López, que es una política, salió a todas las emisoras y medios a gritar que Petro había ido a detener el metro, que no votaran por el candidato que iba a acabar la obra. Eso tuvo su efecto.

SEMANA: ¿El presidente debe cambiar el rumbo?

G. B.: Tiene que mejorar las comunicaciones y la ejecución. El Gobierno tiene que empezar a mostrar muchas obras. Y debe mejorar la gestión y el manejo en el Congreso.

Gustavo Bolívar dijo que si el Congreso no aprueba las reformas se deben volver a presentar. | Foto: YouTube: Debate candidatos alcaldía de Bogotá | Desnúdate con Eva

SEMANA: ¿Qué pasa si el Congreso no aprueba las reformas?

G. B.: Hay que volverlas a presentar. Petro no va a dar el brazo a torcer porque no llegó a la política por una pensión de presidente. Llegó para hacer reformas y transformar el país.

SEMANA: Esta semana se rumoró que Roy Barreras podría ser ministro del Interior, incluso de Defensa…

G. B.: No sé si el presidente quiera insistir con esas personas que le han hecho tanto daño a la imagen del Gobierno. No sé si por un tema estratégico, esa es una decisión de él.

SEMANA: ¿Cómo ve la actitud de La U, el Partido Conservador y el Partido Liberal frente a las reformas de Petro?

G. B.: Es que aquí no hay partidos. Si existieran habría deliberaciones y la confrontación sería con argumentos. Aquí existe la corporatocracia, esos partidos obedecen a los intereses de las corporaciones y por eso no quieren dar la discusión. Si existieran partidos, tendrían argumentación y en vez de retirarse de las plenarias darían las peleas con argumentos. No los hay. Quien más se acerca a lo que es un partido es el Centro Democrático porque tiene unas tesis y las defiende. Para mí son más respetables ellos que esos partidos que están como veletas cambiando de posición de acuerdo con los intereses.

SEMANA: ¿También se refiere a varios congresistas de la Alianza Verde que hoy no están con Petro ni con sus reformas?

G. B.: Claro. Esos sí no tienen ningún respeto, ya perdieron toda la coherencia. Reitero, coherencia tiene el Centro Democrático, que desde la campaña se opone a las reformas, pero esa gente que se elige con unas tesis progresistas y en el Congreso se arrodilla a los poderes, dan vergüenza. A mí me da vergüenza esa gente del ala derechista del Partido Verde.

SEMANA: Por ejemplo, ¿Catherine Juvinao?

G. B.: Está entre esas personas que estoy mencionando, que se eligen con unas tesis y luego terminan arrodilladas a los poderes y no son coherentes. Los coherentes son los de la derecha porque desde la campaña les han dicho no a las reformas.

Gustavo BolÍvar dice que no hay liderazgo dentro de la bancada del Pacto Histórico. | Foto: Juan Carlos Sierra

SEMANA: ¿Qué hacer con el Pacto Histórico?

G. B.: Tiene un solo camino: unir las personerías jurídicas, porque no podemos hacer alianzas en 2026. Si nos vamos separados, cada partido buscará cruzar el umbral para tener unos congresistas, pero lo más probable es que el 90 % de todos esos partidos desaparezcan. Yo, con fuerza para pasar el umbral, solo veo a la Colombia Humana y al Polo.

SEMANA: Con lo que está pasando, ¿seguirán en el poder después de 2026?

G. B.: Esa es la tarea. Dos años, ocho meses y unos días, tenemos ese tiempo para revertir el relato. En política, el relato es muy importante y hoy lo va ganando la derecha porque entre la población hay un discurso de que el Gobierno lo está haciendo mal (...). Hay que cambiarlo.

SEMANA: ¿A quién ve de candidatos de la izquierda para suceder a Petro en 2026? Ya saltó Daniel Quintero.

G. B.: Van a empezar a aparecer aspirantes, todo se decantará en una consulta interna, tiene que haber consulta. Por ahí suena Carlos Caicedo, no sé quién más.

SEMANA: ¿Usted se lanzaría?

G. B.: No estoy pensando en eso en este momento, me gustaría más ser presidente de la Colombia Humana. Haría más ahí.

SEMANA: ¿Podría ser Francia Márquez?

G. B.: Sería buena candidata, tiene dos años y ocho meses para demostrar su trabajo en el nuevo ministerio. Es que el Estado es muy lento, a veces pienso que no es que el presidente ni los ministros no quieran hacer cosas, sino que todo es muy lento, un estudio, una licitación tardan meses. Todo depende de cómo brille Francia Márquez. Ella es una candidata que me representa. Daniel Quintero, por ejemplo, no me representa.

SEMANA: ¿Cómo ve la bancada del Pacto Histórico?

G. B.: Yo esperaría más de la bancada, no tanto contundencia porque yo individualmente lo siento, pero no hay un liderazgo dentro de la bancada, no hay una persona que uno diga este es nuestro vocero, nuestra cabeza.

SEMANA: Petro se ve solo. ¿Tiene la misma percepción? ¿Está solo?

G. B.: Porque él quiere, los cuadros fieles están fuera del Gobierno. Las personas en las que él confía las llamó a cargos consulares y dentro de la administración, pero no están en su círculo cercano. Si quisiera puede llamar a estas personas y estar más rodeado de gente que es más fiel, que le protege la espalda, que nunca lo traicionará. Los episodios que hemos visto dicen lo contrario, él se rodeó de personas que no eran de su camino político y con ellos pasa cualquier cosa.