El miércoles de esta semana, Bogotá experimentó un intenso calor que agobió a sus habitantes, lo que preocupó a las autoridades distritales en medio de la alerta por la sequía de embalses, que obligó al alcalde Carlos Fernando Galán a ordenar un racionamiento de agua en la capital.
Ese intenso sol, fue aprovechado por el presidente de la República Gustavo Petro para lanzar una aguda pulla en contra de la derecha, acusándola de tener una “doble moral”, sobre la problemática de la crisis climática.
“El calor que hoy sienten los bogotanos, se llama cambio o crisis climática. Agota el agua líquida embalsada. No es previsible y en los años será cada vez peor”, posteó Petro.
Y añadió en su cuenta personal de X: “Esta transformación es el producto de gases efecto invernadero en toda la atmósfera de la tierra por el uso del petróleo, carbón y gas en las economías del norte”.
“Existen políticas de adaptación que fueron puestas y decretadas en el POT de Bogotá Humana, dado que por primera vez un movimiento político puso este tema en el debate público en la campaña del 2011 a la alcaldía: el nuestro”, avanzó en el mensaje.
También hizo referencia al Plan de Ordenamiento Territorial: “El POT fue atacado por el entonces concejal Uribe Turbay quien dijo que el cambio climático no existía y por Camacol que lo veía contrario a los intereses de las grandes empresas constructoras”.
“El POT de Bogotá humana en efecto frenaba la expansión urbana en la Sabana de Bogotá y enfrentaba la tesis de Peñalosa de expansión, precisamente porque le decía a la sociedad bogotana que no había agua para sustentar dicha expansión. Que había que ordenar el territorio alrededor del agua”, recalcó.
Y detalló: “Una magistrada amiga del procurador Ordoñez de manera irresponsable con la vida misma, anuló el POT de Bogotá Humana por sectarismo político”.
“Desde entonces una voraz fiebre de expansión inmobiliaria se desató. Se urbanizó casi toda la sabana de Bogotá en contra de la ley, se hicieron enormes procesos de corrupción política por volteo de tierras, y se rompió el peligroso equilibrio que hay en la sabana entre agua disponible y población”, insistió.
Expresó: “El agua de Chingaza, el embalse que se seca, viene es de la cuenca de la Orinoquía que también entra en sequía. El absurdo voraz y depredador proyecto político de Peñalosa hablaba de recoger más agua de la Orinoquía para verterla en la sabana de Bogotá y sustentar las ganancias de las grandes constructoras, urbanizando más la sabana. Hoy tampoco la Orinoquía tiene agua”.
“La prensa, cuando impedimos la venta en bloque de agua del acueducto de Bogotá para impedir más urbanización de la sabana, de manera calumniosa dijo que íbamos a dejar sin agua a la gente. Defendían desde el gran capital a los grandes urbanizadores y no pensaron en la vida de la gente”, dijo Petro.
Dijo: “El cambio climático implica otro ordenamiento en la sabana de Bogotá. El racionamiento de agua que hizo Mockus fue por una razón técnica; esta vez es el cambio irreversible del clima en el mundo que puede acabar con la vida en el planeta”.
“Terrible la doble moral de la derecha, que desde el 2011 se opuso al proyecto de adaptar Bogotá al cambio climático, tumbó todas las medidas para realizar la adaptación, se transformó en negacionista, y ahora nos culpa del mismo cambio climático”, concluyó el jefe de Estado.