La geopolítica sudamericana, como pocas veces en nuestra historia, se encuentra enrarecida por la intención de Nicolás Maduro de anexar un terreno perteneciente a Guyana al mapa venezolano. El líder del régimen propuso crear el estado de Guyana Esequiba después de que el referendo sobre la integración del territorio de más de 160.000 kilómetros cuadrados fuera aprobado por supuestas aplastantes mayorías.
Son claros los intereses de Venezuela: el territorio en disputa es rico en hidrocarburos y minerales como el oro. El petróleo abunda, dado que se han realizado 46 descubrimientos desde 2015, produciendo miles de barriles anuales.
A pesar de todas las alertas internacionales por lo que está sucediendo en el territorio, que bien podría desatar un enfrentamiento, el presidente Gustavo Petro de Colombia, reconocido pacifista y quien no duda al opinar sobre conflictos globales, no ha dicho ni replicado ningún mensaje alusivo.
La situación escala cada día desde el referendo del pasado domingo. Estados Unidos confirmó que, en colaboración con la Fuerza de Defensa de Guyana, el Comando Sur lleva a cabo operaciones de vuelo dentro del país. Por el temor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de que se desate una guerra en la región, Brasil decidió reforzar presencia militar en la frontera próxima a los países en disputa.
Por su parte, Irfaan Ali, presidente de Guyana, asegura que está involucrando a Estados Unidos en su estrategia de defensa. De acuerdo con el mandatario, las acciones de Maduro significan una “amenaza inminente” para el territorio. Antony Blinken, secretario de Estado del país norteamericano, expresó su apoyo “inquebrantable” a Guyana.
A pesar de los múltiples pronunciamientos de líderes del mundo, incluso cercanos ideológicos, el mandatario colombiano no ha opinado.
¿Solo Palestina importa?
Petro ha utilizado muy buena parte de sus últimos pronunciamientos, nacionales, internacionales y a través de redes sociales, para opinar sobre el conflicto en Medio Oriente entre Israel y el grupo terrorista Hamás. El mandatario no solo rechaza la hostilidad armada de la nación judía, sino que ha intentado dejar un mensaje en contras de la ocupación de Palestina.
Según el presidente colombiano, lo que ocurre es una ocupación ilegal de Palestina por parte de Israel, la cual iría en contra de los derechos del pueblo palestino. Llama la atención que, frente a un caso en el que Maduro explícitamente habla de apropiarse de un territorio que no le pertenece por ningún motivo, Petro no diga nada.
Petro también utiliza los silencios estratégicos con Rusia, país que ha sometido al pueblo ucraniano al intentar ocupar territorio y atentar contra la soberanía que el país europeo tiene de aliarse con otras potencias mundiales.
Todo apunta a que el mandatario no condena con la misma energía a aliados o naciones con líderes que podrían ser considerados afines ideológicos.
Petro tampoco opina sobre ataques contra la oposición
El presidente Gustavo Petro asegura que al expresidente peruano Pedro Castillo le dieron un “golpe” que terminó con su salida del poder. Sin embargo, no critica que la Fiscalía de Venezuela ordenó la detención de varios integrantes del equipo de la opositora María Corina Machado, quien sería su rival en las elecciones presidenciales.
Todo esto, según la candidata presidencial de la oposición, sería una estrategia para debilitarlos de cara a las elecciones.
“Los eventos de estas últimas horas son realmente muy graves. (...) Entendemos la responsabilidad que asumimos frente a Venezuela y la región, y tengan la seguridad de que nada ni nadie nos va a detener en este proceso de lograr convocar y movilizar a toda la fuerza ciudadana para que por la vía de elecciones presidenciales avancemos hacia una transición pacífica que nos lleve a la democracia y a la libertad”, dijo Machado.
Gustavo Petro quiere unificar a la región en torno a objetivos conjuntos, pero omite graves indicios de futuros conflictos provocados por un presidente que se convirtió en aliado estratégico del mandatario colombiano.