La actual situación de emergencia por la que está atravesando la capital del país, debido a una extrema sequía en sus embalses, obligó al alcalde Carlos Fernando Galán a iniciar un racionamiento de agua. El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el particular y adoptó medidas al respecto.
En ese sentido, el mandatario colombiano anunció un completo revolcón a la matriz de inversión pública de las vigencias futuras, según él, para garantizar agua potable durante los próximos 30 años.
“Nuestra previsión sobre la crisis climática en una sequía y calor impredecible nos hizo creer que sería La Guajira el punto más crítico. Hoy por hoy, se ubica en Bogotá”, posteó Petro.
Y agregó en el mensaje que publicó en sus redes sociales: “La ciudadanía de la sabana de Bogotá puede hoy analizar, en la experiencia misma del vivir, si el criterio de urbanización sin trabas de la sabana de Bogotá y de la ciudad es sostenible. Habrá sequías peores que la que estamos afrontando”.
“El agua potable de la sabana y Bogotá proviene de una cuenca diferente a la de su territorio: se trasvasa agua de la Orinoquía. Esa agua producida en la cara oriental del páramo de Chingaza tiene un origen: la llegada de los llamados ríos voladores, el agua evaporada que sale de la copa de los árboles de la selva amazónica. Un 35 % del agua que llega a la sabana de Bogotá viene entonces por los vientos desde la selva amazónica”, expresó el jefe de Estado en su cuenta personal de X.
Además, indicó: “Si la selva desaparece en su conexión con la cordillera oriental, esta fuente desaparecerá. Cada ciudadano debe saber que la mitad de su agua depende entonces de que exista el páramo, de que exista la selva llegando a la cordillera y de que exista el bosque alto andino, que ya se depredó en un 80 % por sembrar pastos o hacer minería para la construcción”.
“En esa ausencia ya dramática de agua que surte la ciudad de Bogotá, usted podría observar la ausencia en las últimas décadas de una política de adaptación a la crisis climática en todo el país”, dijo.
El presidente agregó: “El intento de hacerlo en el POT de Bogotá Humana fue hundido por concejales como Miguel Uribe Turbay o como la magistrada García, amiga de Ordóñez. El afán de priorizar urbanización y negocios viales por concesión ha impedido financiar seriamente la adaptación al cambio climático en Colombia, que tiene como eje el agua”.
“Ayer, en reunión de los funcionarios a nivel nacional encargados del agua potable, encontramos que, si se mantiene el ritmo de los últimos años de inversión en agua potable y saneamiento ambiental, demoraremos un siglo en lograr que la población toda tenga estos servicios”, aseguró.
También dijo: “Se necesitan 100 billones de pesos para que 17 millones de personas que hoy no tienen agua potable y la mitad de la población que hoy no tiene saneamiento ambiental integral, lo puedan tener”.
Y avanzó en su tesis: “Eso es absurdamente irracional, en medio de una crisis climática, que arreciará por el consumo creciente de carbón y petróleo en las sociedades ricas del norte. Ordené hacer un cambio sustancial para lograr que, en los próximos 30, años toda la población de Colombia tenga agua y saneamiento ambiental como la principal política de adaptación a la crisis climática”.
“Partiendo desde ya, la matriz de vigencias futuras de la inversión pública nacional debe cambiar, priorizando la inversión en agua potable y tratamiento del agua en todo el país. El agua es la vida y no se puede ser potencia de la vida sin ser potencia del agua”, recalcó Petro.