El presidente Gustavo Petro sorprendió al país este viernes con una amenaza si sus polémicas reformas no son aprobadas por el Congreso: “Colombia tiene que ir a una asamblea nacional constituyente”. La advertencia del mandatario generó un terremoto político, pues implica, ni más ni menos, modificar la Constitución de 1991, lo cual, como muchos temen, le puede abrir las puertas a una reelección de Petro.
Desde Puerto Resistencia, en Cali, sitio insigne de la primera línea, el mandatario, visiblemente indignado, se despachó con un agresivo discurso sin antecedentes en lo que lleva de gobierno.
“Diálogo sí, concertación sí, pero con el pueblo en las calles si las instituciones que hoy tenemos en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo, a través de su voto, decretó, demandó, mandó y ordenó”, sostuvo Petro. ”Entonces, no es el pueblo el que se va arrodillado hacia su casa, derrotado, son las transformaciones de esas instituciones las que se tienen que presentar, no es el pueblo el que se va, es la institución la que cambia”, agregó el mandatario en tono airado.
Luego, al estilo de Hugo Chávez, soltó concretamente la amenaza que causó revuelo nacional. “Por tanto, si esta posibilidad de un Gobierno electo popularmente en medio de este Estado, y bajo la Constitución de Colombia, no puede aplicar la Constitución porque lo rodean para no aplicarla y se lo impiden, entonces Colombia tiene que ir a una asamblea nacional constituyente”.
Según Petro, “Colombia no se tiene que arrodillar, el triunfo popular de 2022 se respeta y la asamblea nacional constituyente debe transformar las instituciones para que le obedezcan al pueblo su mandato de paz y de justicia, que es fácil de lograr en Colombia”.
Con su discurso, el presidente Petro se contradice con lo que prometió en campaña. El 16 de diciembre de 2021, en un debate en SEMANA con los precandidatos del Pacto Histórico, el entonces candidato aseguró: “Nosotros hicimos la Constitución de 1991, las instituciones de Colombia hoy se originan en la Constituyente del 91 y nosotros fuimos la fuerza mayoritaria de la Asamblea Nacional Constituyente por voto popular. ¿Por qué vamos a desbaratar lo que hicimos? La Constitución de 1991 sirve para hacer los cambios en Colombia”.
En ese debate, Petro intentó espantar el fantasma de la constituyente que propuso en la campaña presidencial de 2018 y que tanto temor generó. “Propongo que una constituyente territorializada y pluralista haga las reformas que no hizo la Constitución del 91: la del territorio, la reforma a la salud, la educación, la justicia, la política y el tránsito hacia una economía productiva”, dijo Petro en su cuenta en Twitter el 18 de febrero de 2018.
De hecho, cuando pasó a la segunda vuelta frente a Iván Duque en 2018, y logró sumar a su favor el apoyo de figuras como la hoy precandidata presidencial Claudia López, entre otras, firmó la famosa tabla de los mandamientos. El segundo era claro: “No convocaré a una asamblea constituyente”. Ese día, en rueda de prensa, ante las cámaras, Petro lo reiteró: “Me comprometo a no convocar una asamblea constituyente y a defender a fondo la Constitución de 1991″.
Hoy, las cosas son a otro precio. Justo cuando el presidente va a cumplir en agosto dos años de mandato, y ve que sus polémicas reformas no han logrado el consenso necesario para ser aprobadas en el Congreso, se quita la careta y pone al país al borde de una riesgosa iniciativa para tocar uno de los principales logros democráticos de las últimas décadas en Colombia: la Constitución de 1991.
Rechazo generalizado
La propuesta de Petro generó todo tipo de reacciones, la mayoría de rechazo. Antonio Navarro Wolff, uno de sus excompañeros en el M-19, y quien fue copresidente de la Constituyente de 1991, se desmarcó de la polémica propuesta de Petro. Navarro Wolff le dijo a SEMANA que la idea del mandatario “no parece necesaria”.
El expresidente Álvaro Uribe dijo: “El país no puede hacer constituciones de primera línea”. Y agregó: “Para ser coherentes con lo que hemos dicho, ¿por qué no le consulta al pueblo sobre esas reformas? La consulta que nosotros habíamos propuesto”.
Igualmente, el expresidente Iván Duque señaló: “Vengo diciendo hace rato que hay una estrategia del presidente de quedarse en el poder y desestabilizar institucionalmente a Colombia. Claramente, el Gobierno ha iniciado una fase represiva a través de distintos organismos y quiere llevar al país a una fractura institucional. Petro quiere quedarse en el poder e imponer unas reformas retardatarias”.
Duque advirtió además que “todo indica que el Gobierno busca eludir el tránsito fijado por la ley para convocar la constituyente” y lo haría por medio de mecanismos extraordinarios. “Sería una gran catástrofe institucional”.
El exvicepresidente Germán Vargas Lleras advirtió que a Petro “nunca le importó el Estado de derecho y nos notifica su propósito de perpetuarse en el poder”.
La constitucionalista Martha Sáchica, quien fue secretaria general de la Corte Constitucional, sostuvo: “El tema no son las reformas. Es el pretexto perfecto para reformar las cortes, que son su freno. Sin embargo, el proceso para hacer una asamblea constituyente es complejo. Por eso ya había hablado de una nueva reforma a la justicia, pero acompañada de otras reformas”.
Según el senador Humberto de la Calle, no es la Constitución lo que hay que cambiar, sino la forma de gobernar. “La Constitución no es lo que el presidente quiere que sea. Ella contiene pesos y contrapesos. Lo que ha fallado es la capacidad del Gobierno de conducir el país dentro de un esquema de búsqueda de acuerdos”.
El constitucionalista Juan Manuel Charry advirtió que uno de los “grandes riesgos” de la propuesta de Petro “es que restablezca la reelección”. Sin embargo, dijo que “los tiempos no le dan y quizás tampoco la suerte. Lo veo muy difícil”.
“Políticamente hablando es un error”, agregó Charry. “Es desconocer el escenario de la deliberación democrática. La vía es jurídica y es válida, pero es un desconocimiento de los consensos en el Congreso. La Constituyente tiene varios requisitos, una ley que va a control constitucional, una convocatoria a elecciones y un periodo para que la Corte sesione. Al final del día es un ‘Congresito’. La ley fija la composición y el temario. Esa ley se aprueba con mayorías calificadas y va a revisión a la Corte”.
Y agregó además que “en Colombia se teme a las asambleas constituyentes. Siempre ha habido temor que sea para un tema específico, pero se exceda y se incluyan más temas. Eso no ocurrió con la Constituyente de 1991. Con buenos tiempos, por muy rápido, se demoraría dos años en sacar la ley, el control y las elecciones”, afirmó.
El senador David Luna, de Cambio Radical, aseguró: “Lo dije en el Foro de SEMANA de hace un mes y medio: el presidente Petro busca aprobar la reforma a la salud solo para manejar 80 billones de pesos directamente y así comprar todas las conciencias que necesite para mantenerse en el poder. Busca una asamblea constituyente solo para aprobar la reelección”.
El exprocurador Edgardo Maya Villazón afirmó que “cualquier convocatoria a referéndum, plebiscito, asamblea constituyente, entre otras, necesita de la aprobación del Congreso de la República. Si no le aprueban las reformas al Gobierno, no creo que aprueben la convocatoria a una asamblea constituyente. Eso quedó amarrado en la Constitución de 1991″.
Lo que dijo Petro este viernes en Cali se suma a sus advertencias de las últimas semanas contra el sistema electoral colombiano, al que comparó con el venezolano, y dijo que era peor. Aseguró que era susceptible de un “fraude” en las elecciones de 2026 y que tenía una “alta vulnerabilidad”. Esto sin contar con que, en reiteradas oportunidades, Petro y su vicepresidenta, Francia Márquez, han expresado que cuatro años son muy poco para su proyecto político. “Tenemos que volver a ganar en 2026″, dijo Petro recientemente.
Sus propios congresistas del Pacto Histórico, como el representante a la Cámara David Racero, han ambientado en las últimas semanas una reelección de Petro. “Algunos quieren ver de nuevo a Petro en campaña. No vaya a ser que se les cumpla el sueño para la continuidad del Gobierno progresista…”, dijo Racero. El exprecandidato del Pacto Histórico Alfredo Saade fue categórico: “Hay que reelegirlo y punto”.
Viviane Morales, exfiscal general de la nación, dijo que la propuesta de Petro “es una amenaza en clave dictatorial”. “Es un presidente que no acepta el ejercicio democrático del Congreso, sino que, desde el bastión de Puerto Resistencia, acompañado de guardias indígenas, amenaza el debate democrático con la vía de la ruptura institucional”, sostuvo Morales. “Se va para las calles movido dentro de sus primeras líneas. Es una amenaza de violencia a los demás ciudadanos”.
El exmagistrado Jaime Arrubla, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, dijo que “las reformas se llevan al Congreso porque el Legislativo representa al pueblo colombiano, todos son elegidos por votación popular. Lo de Petro es un presidencialismo exacerbado porque no se da cuenta de que la constituyente la tiene que convocar el mismo Congreso, es una ley que se convoca. Es una arenga política que no le hace bien a la democracia colombiana”.
Por su parte, el exministro de Justicia Juan Carlos Esguerra afirmó: “Me parece que es un monumental sofisma lo dicho por el presidente Petro, por muchas razones. La primera, porque él no es el pueblo; la segunda, porque el hecho de haber sido elegido por una mayoría para la Presidencia no significa que cada una de las cosas que él piensa que deben hacerse representan el querer del pueblo colombiano. Y tratándose de leyes, el querer del pueblo colombiano se expresa a través de quienes lo representan, que son los miembros del Congreso de la República. Lo dicho por el presidente es una equivocación monumental”.
El general (r) Eduardo Zapateiro, excomandante del Ejército, también rechazó la constituyente propuesta por Petro. “Colombia no quiere ni aprueba un dictador”. Algunos exministros de Petro, como Alejandro Gaviria, rechazaron de plano la idea del mandatario. “Me parece muy preocupante, es una amenaza a la democracia colombiana, y todos nos debemos unir en un frente democrático”.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, aseguró: “Petro quiere llevar a Colombia a una guerra civil, invoco los valores supremos de la democracia para rodear las instituciones”.
El exalcalde Enrique Peñalosa fue claro: “Yo tengo mucha preocupación de que Petro quiera quedarse en el poder, está obsesionado con quedarse por cualquier medio, a él no se le ha pasado por la mente que se va en 2026. No sé cuál sea la manera que él esté buscando para quedarse en el poder, pero hay muchas posibilidades absurdas e indicios muy malucos”.
A su turno, la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, dijo que la propuesta del presidente “es una amenaza que hay que tomarla en serio porque Petro quiere incendiar el país”.
Colombia tiene que estar alerta para proteger su democracia. El presidente Petro ya mostró su verdadera cara. El Congreso debe saber que lo primero que sucede ante una constituyente es que los senadores y representantes pueden ser revocados y reemplazados. El presidente debe reflexionar y saber que sus polémicas reformas solo podrán ser aprobadas por la vía democrática si logra consensos. Petro no puede pasar a la historia como un dictador.