SEMANA: ¿Sentía usted admiración por el exrepresentante Germán Navas Talero antes de los insultos en su contra?
Jennifer Pedraza (J.P.): De hecho, las primeras personas por las que yo repartí un volante en una campaña política fue por Navas Talero a la Cámara por Bogotá y Jorge Robledo al Senado. Eso fue quizás en las elecciones de 2014 y, en ese sentido, es absolutamente decepcionante e indignante la respuesta que él ha adoptado frente a mi respaldo decidido a las víctimas de violencia sexual y violencia basada en género. Lamentablemente, esta ha sido su posición desde hace varios años, desde que él fue uno de los principales defensores de Hollman Morris, independientemente de las denuncias que públicamente hizo su exesposa, y esto parece ser un asunto absolutamente irrelevante para él. Eliminar cualquier tipo de violencia contra nosotras es una gran lucha, pero cuando salimos a denunciarla, lo que recibimos es violencia política de parte de los pesos pesados, independientemente de qué partido sean.
SEMANA: ¿Cree que Gustavo Petro ha honrado el compromiso con las mujeres que prometió en campaña?
J.P.: Es contradictorio con lo que ha pregonado Petro y su eslogan de campaña, que fue uno de los motivos por los cuales decidí votar por él en segunda vuelta. En teoría, el cambio era con las mujeres, pero sus principales voceros y alfiles, lejos de hacer honor a esa causa, lo que terminan haciendo es violencia política contra las mujeres, que somos críticas de las decisiones del Gobierno, que son revictimizantes, como nombrar a Víctor de Currea como embajador en Emiratos Árabes.
SEMANA: A pesar de ser progresistas, algunos hombres de la izquierda parecen tener el machismo interiorizado...
J.P.: Yo sí tengo una vara diferente frente a las personas que defienden los derechos humanos. Los derechos de las mujeres hacen parte del bloque de derechos humanos. En ese sentido, por eso es que mi expectativa de las declaraciones de los sectores democráticos y alternativos es una vara más alta. Yo esperaría que, por ejemplo, antepusieran los derechos de las víctimas, adoptaran una posición autocrítica, pusieran en el centro propuestas de reparación para las mujeres que han denunciado este tipo de violencia y, sobre todo, que no usaran el Estado, el Gobierno nacional y regionales, para fortalecer a las personas denunciadas y atacar a las víctimas, revictimizándolas.
Por el contrario, debería ser su trabajo crear un entorno favorable para que las mujeres denunciemos, pero eso no está pasando con este Gobierno, que prometió lo contrario. Esperaría mucho más de ellos.
SEMANA: ¿Cree que alguien ha querido callar u opacar su voz en el legislativo por ser mujer, joven e independiente al Gobierno?
J.P.: Creo que aún no estamos en un escenario de igualdad. Personalmente, no solo por el hecho de ser mujer, sino por ser joven. Por ejemplo, cuando estábamos discutiendo la posibilidad de disminuir la edad para ser candidato a la Cámara de Representantes, la cantidad de comentarios e intervenciones en contra de la juventud, infantilizándonos y menospreciando nuestra capacidad de aportar, fueron muy evidentes.
En términos de lo que yo he sentido como mujer, esto que ha pasado con el señor Navas Talero, que si bien no es congresista, es copresidente de un partido de Gobierno que tiene una expresión importante en el Congreso. Es un escenario de violencia política que yo lamento mucho que no haya tenido un rechazo de parte del presidente o de la coalición de Gobierno. Es un aval implícito a este tipo de violencia política. Lo que sigue es que se exprese en el Congreso de manera explícita y eso no lo podemos permitir.
Ahora, creo que el movimiento feminista ha logrado cosas importantes. Hoy hay una censura en la opinión pública hacia las expresiones claras y agresivas de violencia política. Es fruto de la conciencia que ha creado el movimiento de mujeres.
SEMANA: Hay inconformismo en la bancada de Gobierno. ¿Cree que este grupo de independientes podría crecer?
J.P.: Depende mucho de las decisiones del Gobierno. Si el Gobierno insiste en ceder y gobernar con y para los sectores de la política tradicional, creo que el bloque independiente puede seguir fortaleciéndose. Muchas cosas juegan, como la burocracia y las elecciones regionales, pero he estado gratamente sorprendida con las personas que, a pesar de estar declaradas de Gobierno, no tragan entero. Se paran al lado nuestro a defender las posiciones que han defendido toda la vida. Lo que el Gobierno le pide a sectores de la Alianza Verde es que abandonen los principios que han luchado toda su vida.
SEMANA: Usted lideró el movimiento estudiantil antes de ser congresista. ¿Le satisfacen los planteamientos del Gobierno en educación?
J.P.: En términos de educación superior me parecen muy importantes. Primero, hay una decisión del Gobierno de promover una modificación de los artículos 86 y 87 de la Ley 30, que ha sido una reivindicación histórica del movimiento estudiantil para incrementar el presupuesto que fijo les llega a las universidades públicas para atender sus gastos. Eso es muy importante porque es lo que permite mejorar la calidad de las universidades y que no se nos sigan cayendo los techos. Dos, en materia del Icetex, me parece muy acertada la decisión de disminuir la tasa de interés que pagan los egresados de la educación superior, que han tenido que acceder a ella a través del crédito. Disminuir la tasa de interés real al 2 % y 3 % es una decisión que va por buen camino, pero no reemplaza la necesidad de hacer una reforma estructural. El cambio debe ser más allá de un auxilio temporal.
Tengo más preocupaciones en materia de educación básica y media, donde no se ha avanzado en la reforma al Sistema General de Participaciones, que es de donde sale la plata para eso. Por el contrario, hay anuncios preocupantes y regresivos en las garantías laborales del magisterio.
SEMANA: Desde el legislativo, ¿qué opina sobre lo que ha sido el Gobierno Petro hasta este momento?
J.P.: En términos generales, siento que hay un bloque de parlamentarios y parlamentarias que, a pesar de que están declarados de Gobierno, tienen una posición crítica en los aspectos que ellos consideran graves. También hay un bloque de congresistas independientes como Daniel Carvalho, Humberto de la Calle, Julia Miranda y yo, que creo que hemos sido voces importantes en varios de los debates. Creo que existe la posibilidad de persuadir personas críticas y también de reconocer cuando el Gobierno tome decisiones acertadas que vayan en sintonía con lo que propusieron en las elecciones y con el mandato de cambio.
Tengo esa sensación, creo que ha habido cosas en las que hemos avanzado. Hablando del tema de las mujeres, la resolución que emitió el Ministerio de Salud para garantizar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y la eliminación de barreras que existían previamente es muy importante. La apuesta de la creación del Sistema Nacional de Cuidado en el Ministerio de la Igualdad, muy importante. Sin embargo, hay unos vacíos muy evidentes en el Gobierno con la reforma política. No unos vacíos, si no que yo diría que una traición en varios temas al mandato de cambio que la gente eligió en las urnas. Por ejemplo, en la reforma política, atornillar a los congresistas otros cuatro años más en su curul, atacar a las minorías e intervenir en la elección del contralor, cuando habían prometido órganos de control independientes, entre otros puntos que creo que hay que criticar.
Hay espacio en la opinión pública para hacerlo y, sobre todo, la clave está en hacer un vínculo con el movimiento social para presionar al Gobierno, que yo creo que le debe la Presidencia en gran medida a la movilización social. También, el Gobierno hizo muchas concesiones para llegar al poder con la política tradicional y está en disputa. Se debate entre ellos y los sectores del movimiento social.
SEMANA: ¿Cuál de todas las reformas que se vienen para este año le preocupa más?
J.P.: Sin duda alguna, la reforma política es absolutamente grave. Una reforma política es lo que establece las normas de la democracia y abre o cierra puertas para los sectores que queremos expresarnos e incidir en la toma de decisiones, que nos afectan a todos. Es una reforma que condena a los sectores minoritarios e independientes, como el que hago parte, a una crisis tremenda. Nos quita el privilegio único de hacer listas conjuntas. Además, la reforma, como está ahora, permite que los congresistas se atornillen en sus curules otros cuatro años. ¿Quién va a votar negativo las otras reformas cuando el Gobierno les acaba de regalar otro periodo en la curul? Es una especie de vaselina para las reformas que el Gobierno presente.
SEMANA: De 0 a 5, ¿qué nota le da a lo que va del Gobierno Petro?
J.P.: Un 2,9. A poco de pasar, pero se raja igual. Uno pierde una materia con un 2,9.