Gustavo Petro cambió radicalmente con la prensa. Ya no es aquel candidato amable que asistía a todos los medios de comunicación para dar a conocer su programa de gobierno y promesas de campaña. Desde su llegada a la Casa de Nariño empezó a lanzar cuestionamientos contra los comunicadores del país y únicamente le sirven aquellos que no destapan escándalos de su administración.
Sin embargo, en las últimas semanas está desatado contra el periodismo e incluso dijo que en Colombia “no hay comunicación social” e intentó justificar su afirmación en las teorías del filósofo Jürgen Habermas. El mismo día que firmó una directiva para respetar a la prensa, la atacó ferozmente. Además, decidió repetir el discurso en alocución nacional para que su mensaje llegara a todo el país; eso sí, eliminando la participación del relator especial de la libertad de expresión de la CIDH, Pedro Vaca, quien durante el evento intervino pidiendo garantías para los comunicadores. “La teoría es mentir, mentir, mentir hasta que se crea como verdad, porque esa es la mejor manera de controlar una sociedad y dominarla bajo los (preceptos) nazis”, dijo Petro.
El presidente ha enviado mensajes peligrosos como que los medios forman parte del golpe blando en su contra, que fueron propulsores del paro camionero, que solo repiten la ideología de los dueños y “que nos gobiernan desde las mafias del narcotráfico, con los que se compran los votos de los ciudadanos”.
No hay un solo día en que Petro no use su cuenta en X para calificar de fake news cualquier información de algún medio, sea de radio, prensa o televisión. Incluso, ha dicho que “las periodistas del poder, las muñecas de la mafia, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar”.
Por esa razón, hay una preocupación generalizada. Todos los periodistas del país están en riesgo por las declaraciones del mandatario. Gustavo Gómez, director de 6AM, de Caracol Radio, dice sobre este punto que “todo lo que un presidente diga es importante, sobre todo si son sandeces, incoherencias, elucubraciones gaseosas, calumnias o amenazas. Las necedades del poder tienen un peso fatal que las sociedades a veces solo miden cuando se ven arrastradas hacia ese abismo que ya se ha engullido a la democracia”.
Cree que el ejercicio del periodismo se debe seguir haciendo sin temor y soportando la tempestad que hay en este momento. “El concepto petrista del periodismo está armado de genuflexiones y abanicos. Es incapaz de aceptar la lupa de los medios sobre su gestión. Cree que el periodismo es recibir una quincena salida del erario para vitorearlo. Entre bodegueros, gacetilleros, influencers de ocasión y cuartilleros a destajo es que se siente a gusto”, reiteró.
José Manuel Acevedo, director de Noticias RCN, reconoce que la relación con Petro es difícil, a pesar de que él ha podido entrevistarlo en cuatro ocasiones durante sus dos años de mandato. “Debo decir que ha habido respeto de nuestra parte y que él también ha sido respetuoso con preguntas abiertas y francas que personalmente le he podido formular en esos encuentros. Pero digo que es una relación difícil con la prensa en general porque sus declaraciones generalistas, sobre todo en X, terminan generando un estigma que ningún colega se merece y eso es muy lamentable”.
También es partidario de que el oficio debe continuar con el mismo compromiso que se viene adelantando porque es la mejor manera de responder a un ataque de quienes quieren limitar la actividad periodística. “Cuando un político –Petro o cualquier otro–, pero sobre todo él con la investidura y responsabilidad pública que tiene, señala o fustiga a un medio o a un periodista, lo pone en la mira automática de los más radicales y en un país de pasiones desenfrenadas como este, eso es tremendamente peligroso. La libertad de prensa no tiene matices. O se respeta o se vulnera. Eso lo tiene que tener en cuenta todo dirigente público”.
Érika Fontalvo, directora de El Heraldo, dice que la tendencia de Petro de estigmatizar, descalificar y señalar a los periodistas deterioró la relación entre comunicadores y la Casa de Nariño.
“En su irremediable intolerancia, que además es inaceptable, frente al que cuestione, ponga en tela de juicio, critique sus posturas o piense simplemente distinto a lo que él considera como única palabra, el presidente Petro insiste en arremeter contra la prensa que es un pilar de la democracia y juega un papel determinante en nuestro Estado social de derecho. Sin libertad de prensa no hay democracia. Sin embargo, el jefe de Estado no pierde oportunidad para vincular de manera tendenciosa e irresponsable a la prensa en su delirante teoría del golpe blando, con la intención de hacerle daño”.
Fontalvo le pide a Petro que sea responsable porque la figura presidencial ejerce una enorme influencia en la ciudadanía y sus palabras son peligrosas. “Nos expone de manera muy riesgosa a través de sus señalamientos, quién sabe a qué tipo de situaciones. No son las palabras adecuadas de un jefe de Estado porque puede generar unos daños enormes al exponer a los periodistas a toda forma de violencia, de riesgo y de acoso digital, sobre todo a las periodistas con su señalamiento de las muñecas de la mafia. Está generando un clima de hostilidad hacia los medios de comunicación. Nosotros no somos sus enemigos por cumplir con nuestra labor”, contó.
Vicky Perea, directora de El País de Cali, cree que hay una relación de desprecio que está pasando al odio y eso se puede comprobar en sus escritos e intervenciones en varios lugares del país. “Para Petro, la prensa es la responsable de los males que lo aquejan a él, a su campaña, a su gabinete, a su gobierno y en particular a su desgobierno. Quisiera creer que esa posición corresponde a su resistencia innata a la crítica y no a un objetivo estructurado de censurar o, peor aún, de acallar a los medios de comunicación y a los periodistas que hacen su labor de forma seria y juiciosa”.
Coincide con sus colegas en que las palabras de Petro son peligrosas y ponen en riesgo a todos los periodistas de Colombia que pueden ser blanco de radicales. “Que el presidente de la república sea el promotor de ello es grave para el ejercicio del periodismo, y en particular es peligroso para el periodismo de provincia, que como lo ha padecido a lo largo de la historia, puede quedar bajo el ataque de grupos criminales, de la delincuencia organizada o de organizaciones sociales extremistas e incluso del mismo Estado. De los 165 periodistas asesinados en Colombia en el último siglo, según datos de la Flip, 158 han sido de provincia, lo que ratifica que están más expuestos”.
Néstor Morales, director de Mañanas Blu, ha hecho reiteradas críticas a Petro por sus ataques a la prensa y en su programa ha abierto el debate para que se entienda por qué el mandatario tiene esta actitud. “El presidente firmó una directiva para respetar la libertad de expresión, pero termina usando ese acto para atacar furiosamente a los periodistas y a los medios de comunicación. Eso es una paradoja, pero muy al estilo del presidente Petro”, dijo el pasado 10 de septiembre en el programa radial.
Agregó: “Es difícil, pero el presidente tiene tres obsesiones: que están dando un golpe de Estado, que lo quieren matar y que es la víctima de las oligarquías y dice que la prensa es cómplice”.
En esa emisión, donde Morales fijó su postura, reveló que en Blu hay una independencia y que las directivas respetan la libertad que tiene cada integrante de la emisora para entregar información responsable. “Pedro Vaca le dijo que él (Petro) era el primero que tenía que respetar a los periodistas, pero se defendió diciendo que él tiene libertad de crítica. Quiero decir que yo no hablo nunca con los dueños de esta empresa, lo que yo digo es responsabilidad mía y lo hago con total autonomía”. Finalmente, el director de Blu pidió respeto del mandatario hacia todos los periodistas del país.
No cabe duda de que la relación entre Petro y los medios de comunicación en los dos años que restan de gobierno será muy complicada, pero todos los directores de medios creen que nada cambiará en cuanto a la labor periodística y cada emisora, revista, noticiero o portal seguirá ejerciendo sus funciones, a pesar de la andanada del mandatario contra la libertad de expresión.