Este domingo 4 de septiembre, el pueblo de Chile le dijo “no” al plebiscito que tenía como fin implementar una nueva Constitución en el país; fueron 61,8 % de votos en contra frente a 38,1 % de votos a favor.

Esta derrota ha sido el golpe más duro que ha recibido el presidente Gabriel Boric, debido a que se había empeñado a fondo en esa apuesta que cargaba mucho esfuerzo, polémica y simbolismo. No obstante, el jefe de Estado de ese país, luego de conocer los resultados, anunció “ajustes” en su gobierno y llamó a tender puentes con la oposición en el Congreso desde este lunes.

“Más allá de las legítimas diferencias, sé que prevalece la voluntad de diálogo y encuentro”, dijo Boric en un mensaje al país tras cerrarse el escrutinio de los votos.

De igual manera, la expresidenta Michelle Bachelet dijo, antes de que se contaran los votos, que de ganar la opción del rechazo “las demandas de los chilenos no van a quedar satisfechas” y se debería convocar a un nuevo proceso constituyente. La exmandataria votó en Ginebra, Suiza, donde acaba de dejar su cargo como alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

Sin embargo, el presidente de la República, Gustavo Petro, ha despertado la polémica luego de que, de manera anticipada, reaccionara sobre los resultados que dio al “no” como ganador. “Revivió Pinochet”, indicó el mandatario en su cuenta de Twitter.

Asimismo, agregó en otro mensaje: “Solo si las fuerzas democráticas y sociales se unen, será posible dejar atrás un pasado que mancha a toda América Latina y abrir las alamedas democráticas”.

Estas declaraciones del presidente Petro no han caído muy bien en la política internacional, especialmente en Chile, así como en Colombia. Por ejemplo, el escritor y periodista Andrés Oppenheimer, a través de su cuenta de Twitter, lanzó fuertes críticas al jefe de Estado.

“Hipocresía política: el presidente de Colombia invoca el ‘principio de no intervención’ para no criticar la represión en Venezuela, Nicaragua o Cuba, pero se mete abiertamente en los asuntos internos de Chile y otros países”, indicó Oppenheimer.

Del mismo modo, el exministro de Justicia de Chile durante el gobierno de Michelle Bachelet, Isidro Solís, criticó el tuit del presidente Petro. “Cuando una opción gana con un 60 % normalmente un demócrata entiende que un pueblo ha hablado claro”, dijo en diálogo con SEMANA.

Sobre el hecho de que el presidente Petro nombrara al fallecido dictador Augusto Pinochet después de la elección, Solís declaró que era “una torpeza impropia de un mandatario”. Esto, recordando que las fuerzas que juntó el “rechazo” a la propuesta de la Constitución, unió a los movimientos desde la centroizquierda hasta la derecha.

Por otra parte, en el ámbito local se desató un fuerte choque entre el presidente Petro y el excandidato presidencial Federico Gutiérrez, por el trino del mandatario.

“Pinochet murió hace varios años. Otros quieren revivirlo como símbolo para llenar de odio a la sociedad y así justificar los supuestos ‘cambios’. En cambio, dictadores como Maduro y Ortega sí están vivos y haciendo mucho daño”, trinó Gutiérrez.

Frente a ese mensaje, respondió el mandatario Gustavo Petro también desde la misma tribuna de su cuenta oficial de Twitter, defendiendo el trino en el que señaló que “revivió Pinochet”.

“Pinochet está vivo en ciertos sectores políticos de América, en todos aquellos que piensan que hay que eliminar físicamente a su rival. El hombre que acabó con un Gobierno haciendo morir a su presidente, que mató, torturó y desapareció a miles e hizo una Constitución aún vigente”, publicó el jefe de Estado.

Finalmente, la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, al ver la polémica reacción del mandatario de Colombia, le respondió en la misma red social.

“Pinochet está muerto. Como Franco. Lo revive el imaginario socialista para crear fantasmas y destruir la única posibilidad de ser libres: coherencia y sentido común”, trinó Cabal en respuesta al presidente de la República de Colombia.