El pasado 14 de abril estaba programado un evento en el que el presidente Gustavo Petro posesionaría a la nueva directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), Luz Janeth Forero, en el cargo. Según el mandatario, no pudo asistir por condiciones climáticas y por eso anunció que agendaría una nueva fecha para las víctimas, sin embargo, eso hasta ahora no ha sucedido.
Forero dio detalles de los objetivos que tiene en el cargo y aseguró que pondrá todo su empeño para cumplirle a las víctimas y a sus familiares para darles respuestas de lo ocurrido en medio del conflicto armado del país.
SEMANA: ¿Cómo recibe la Unidad de Búsqueda de Víctimas?
LUZ JANETH FORERO (L.J.F.): Estoy bastante sorprendida y emocionada. Es una entidad que va en un buen proceso, no solo por su estructura orgánica y funcional, sino también en su claridad frente a los proyectos hacia dónde vamos. Hay un buen un buen sustrato sobre el cual se puede seguir avanzando.
SEMANA: En el gran reto de cumplirle a las víctimas, ¿cuál es su principal objetivo en el cargo?
L.J.F.: Responderle a las víctimas significa varios componentes fundamentales. El primero, identificar a sus personas desaparecidas. Otro componente clave es hablar de qué pasó, el derecho a la verdad o tener información sobre lo acaecido.
Esos dos componentes tienen que estar muy asociados en la tranquilidad que se le pueda dar a las víctimas, no solo es suficiente identificarlos, es necesario también saber qué pasó porque la verdad es reparadora. En algunos casos se podrá porque lo tenemos todo, en otros va a ser difícil, no me gusta usar la palabra imposible.
Lo que resulta siendo nuestro reloj en contra es que muchas de nuestras víctimas y familiares llevan muchos años de búsqueda y termina siendo absolutamente doloroso que por razones lógicas de los procesos fisiológicos humanos mueran y no tengan esas respuestas. Pero, vamos a hacer lo posible y, le digo a mi equipo, hasta lo imposible.
SEMANA: Como usted reconoce, en algunos casos será difícil acceder a la información de algunas víctimas o identificarlas individualmente, ¿qué les puede decir a ellos?
L.J.F.: Lograr responder a esa pregunta del qué pasó significa todo ese fortalecimiento que se hace a nuestros equipos investigativos, que son los que recogen, triangulan, procesan información de múltiples fuentes, para entender esas dinámicas en las que ocurrió esa desaparición, que es absolutamente diversa, hay que entender que está atada a la situación geográfica y a los actores que estuvieron en la influencia de los hechos.
Ese equipo tiene que seguir siendo nutrido para que pueda dar cuenta de esa verdad. Una cosa es mirar unos panoramas frente a contextos, pero la respuesta a las víctimas también es el uno a uno y cada familiar, eso es lo que necesita saber. Que lo que le pasó mi familia es parecido al del vecino, al amigo, pero finalmente aquí hay un reconocimiento de la circunstancia individual.
SEMANA: ¿Qué cifras claves encontró en su llegada a la Unidad?
L.F.J.: Un recurso clave se llama el universo de víctimas de personas dadas por desaparecidas, que está alrededor de los 104.000 registros. El segundo componente es lo que llamamos las solicitudes de búsqueda y estamos hablando de cerca de unas 22.000 solicitudes de búsqueda de 20.000 personas, porque por una sola persona puede haber hasta cinco solicitudes de búsqueda.
Desde que nace, la Unidad ha accedido a más o menos 8.000 casos que no estaban registrados en ninguna parte. Eso es un valor muy importante en el sentido de que está empezando a dar cuenta de ese subregistro histórico alrededor de las personas desaparecidas. La desaparición es la violación más grande a los derechos humanos. Entonces hablar de un caso es bastante. Son mensajes que siempre quiero dar porque las cifras a veces tienen el problema de minimizar las realidades. Es toda una historia de dolor y sufrimiento que queremos resumir en un dato y no es justo.
SEMANA: ¿Cuántas personas han logrado encontrar y qué hará en su gestión para hallar a más?
L.F.J.: Se han hecho más de 900 recuperaciones del sistema, interinstitucionales con la Fiscalía, la JEP, entre otras entidades e instituciones. De estos, a Medicina Legal se le han entregado alrededor de unos 766 cuerpos para el proceso de identificación.
Cada uno de los momentos va teniendo tiempos, procesos y procedimientos internos que aumentan los resultados. La búsqueda no la hace solo la Unidad, es un proceso en el que participamos muchas entidades.
Somos un cuerpo operativo importante para la investigación y la recuperación, pero finalmente el proceso técnico a cargo y con responsabilidad del Estado es allí. Entre todas las instituciones se han hecho 184 entregas dignas. La búsqueda siempre debe ser con presunción de vida con la esperanza de que los vamos a encontrar vivos. 12 personas han sido encontradas vivas en este periodo.
SEMANA: ¿Ya se ha reunido con directores de otras entidades con las que tendrá que trabajar?
L.F.J.: En la posesión, en el tiempo de espera, hicimos ejercicios, reuniones informales, de conversaciones amistosas, propositivas y asertivas, sobre la importancia de seguir fortaleciendo nuestros lazos para que juntos analicemos los posibles cuellos de botella que tenemos y resolvamos de forma conjunta, de manera ágil y flexible los problemas que podamos haber tenido.
SEMANA: ¿Qué pasó en su posesión que no llegó el presidente Gustavo Petro a la cita?
L.F.J.: Es empezar con gran aventura. Simplemente, nos citaron a la posesión en Sevilla, me emocionó profundamente, yo sí quería posesionarme en el territorio. Me parecía un hecho simbólico de lo que yo quiero hacer de mi administración, totalmente volcada al territorio, porque las víctimas de la desaparición en Colombia se buscan en el territorio.
Para mí era absolutamente emocionante. Viajé 10.000 kilómetros para posicionarme en Sevilla, estaba en Inglaterra. Cambié tiquetes, salí corriendo para Bogotá, llegué a las 4 de la mañana el jueves, fui a mi oficina, entregué mi cargo y a las 6 de la tarde salimos para Pereira. Cogimos carretera para Amenia, llegamos 1 a.m. a Sevilla y descansamos a esperar la posesión.
Estando allá esperamos todo el día la llegada, no llegó (Petro), y sobre las 3:30 de la tarde nos llaman de Palacio que si podríamos desplazarnos a Palmira porque el presidente no iba a Sevilla. Nos informaron que ya no nos iba a posesionar el presidente. De todas maneras se cumplió mi propósito, posesionarme en el territorio, en un marco interesante también para mí que fue la reunión de alcaldes de ciudades intermedias, en el que ocurrió mi posesión.
SEMANA: Es decir, ¿el presidente Petro la dejó plantada y a las víctimas que lo esperaban?
L.F.J.: Yo digo que a mí no. Hubiese sido muy lindo que lo hubiese hecho, es un mensaje contundente, sin dilaciones, hubiese sido un mensaje de una voluntad política enorme para las víctimas. Hubiese sido muy interesante, esperanzador y tranquilizador para las familias que saben que de verdad hay una voluntad clara de la institucionalidad del Estado de trabajar en esto.