SEMANA: ¿Cuál es el ambiente en Armero ante el riesgo de una erupción del volcán Nevado del Huila?
JOSÉ YESID FERNÁNDEZ (J.F.): Existe una calma algo tensa por lo que pasó hace 37 años cuando ocurrió la tragedia. Nos encontramos muy alertas, pendientes de todos los informes que se están emitiendo por parte de las autoridades.
SEMANA: ¿Qué es lo que está pasando con las sirenas?
J.F.: En Armero, Guayabal, hay diferentes sirenas que están ubicadas alrededor de todo el municipio. Hay alrededor de 8 sirenas de este circuito de alarmas, pero hay dos que no están en funcionamiento: la de La Palmera y la del corregimiento de Méndez. Allí la comunidad confirma que cuando se enciende ‘gorgorea’ y está deteriorada. En dos oportunidades, la Alcaldía ha celebrado contratos para el mantenimiento de todo este circuito. Sin embargo, siguen existiendo dos que no se encuentran arregladas. Además, hay otro inconveniente: actualmente algunas se manejan por los presidentes de junta, pero se ha hablado de la necesidad e importancia de que las dirija el Cuerpo de Bomberos porque ellos son un organismo de socorro y trabajan 24 horas. Es decir, tienen la disposición y tendrían el manejo total del circuito de sirenas de emergencias de Armero, Guayabal. Es preocupante, después de la tragedia del volcán se creó la Unidad de Gestión del Riesgo y se supone que Armero debería estar en la vanguardia o dentro de los municipios pioneros en la implementación del sistema de gestión del riesgo, del mapa de evacuación.
SEMANA: ¿Por qué es tan importante atender el sistema de sirenas en estas dos zonas de Armero?
J.F.: Porque son dos lugares que se encuentran muy cerca al río Sabandija; que recorre 3.500 hectáreas de Armero, está a orillas del corregimiento de Méndez. En la ola invernal fuerte, esa área registró inundaciones por el incremento del caudal. Son lugares que están un poco distanciados de la cabeza municipal. Además, allá es casi imposible comunicarse porque no hay buena señal. La comunicación no es fluida. Por eso la importancia.
SEMANA: ¿Y frente a la amenaza del volcán Nevado del Ruiz hay algún problema en esas zonas?
J.F.: Dentro de los ríos que puede existir un posible riesgo está el Sabandija. No nace directamente allá, pero está el riesgo. Mariquita, Armero, se están preparando para atender cualquier calamidad que pueda derivarse de la posible erupción del volcán. Hace poco Mariquita activó sus sirenas para estar muy pendiente en caso de alguna emergencia. Cabe recordar que no es la primera vez que el Nevado del Ruiz está en alerta naranja. Él no ha descansado, es uno de los volcanes que está activo desde hace más de 11 años.
SEMANA: ¿La Alcaldía qué responde?
J.F.: De momento no se ha pronunciado. La verdad esperamos la revisión en detalle de este tema porque no es posible que se haya pagado dos veces por el mantenimiento de esta red de alertas tempranas y que en este momento existan algunas que no están en funcionamiento. Mucho más cuando se ha declarado la alerta roja en clínicas y hospitales y naranja por una posible erupción en días o semanas del volcán Nevado del Ruiz.
SEMANA: En caso de una eventual erupción del volcán, ¿qué zonas se afectarían? ¿Qué les han informado?
J.F.: Depende de las irrigaciones y los acuíferos que nacen allá. Se afectaría el antiguo Armero, algunas veredas circundantes como San Jorge, Maracaibo, que se encuentran alejadas. Incluso, también en el casco urbano se habla de un puente por donde cruza el río sabandija. Por allí -dicen- puede existir alguna afectación.
SEMANA: ¿La gente qué dice? En Bogotá vemos el tema con preocupación, ¿pero en la zona?
J.F.: Preocupados. En Méndez, una líder está bastante preocupada porque no tienen sirena, no saben qué hacer en caso de una emergencia porque desconocen cómo avisarle a todo el corregimiento. Es que las sirenas son para eso. Las campanas de la iglesia no son para eso sino las sirenas, para eso se hizo una inversión y que no sirvan y no funcionEn, eso genera malestar y zozobra a la ciudadanía.
SEMANA: El Gobierno reportó que hay gente que vive muy cerca del volcán que se resiste a retirarse de sus viviendas.
J.F.: Porque la gente está acostumbrada a que el volcán está en constante actividad, eso hace que la gente se acostumbre a su constante movimiento, su rugir, su constante fumarola, ceniza. Son campesinos que han vivido toda la vida ahí, que conocen el volcán y que no creen mucho en la institucionalidad. Eso hace que la gente se confíe frente a la evacuación.